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Coca-Cola está acusada de permitir el trabajo ilegal

Zumo de naranja a cualquier precio. En este caso, muy bajo. De eso es de lo que grupos ecologistas y asociaciones de agricultores acusan a Coca-Cola, uno de los principales compradores del concentrado de este fruto que se produce en Calabria, en el sur de Italia. Dicen que la multinacional hace la vista gorda ante el trabajo ilegal, muy extendido en esta región y paga precios por debajo de mercado.

El precio justo, de acuerdo con la unión de agricultores italiana Coldiretti, sería de 15 céntimos de euro, es decir el doble de lo que actualmente están pagando las empresas de refrescos -7 céntimos-. Las ganancias son tan exiguas que a veces los agricultores incluso prefieren que la fruta pudra en los árboles.

Coca-Cola, que cerró el pasado ejercicio fiscal con un beneficio de 8.572 millones de dólares, es uno de los principales adquisidores de las naranjas italianas. La empresa se defiende de las acusaciones con un comunicado en el que asegura cumplir con la normativa laboral italiana. Según el último informe comisionado a una auditoría independiente, de acuerdo con el comunicado, no se han detectado irregularidades. Coca-Cola, sin embargo, admite que sería imposible llevar a cabo controles exhaustivos de todos los proveedores involucrados en el amplio proceso de producción de Fanta.

Cada invierno, unos 2.000 temporeros, en su mayoría provenientes de África subsahariana, se desplazan hacia Calabria para la cosecha de los cítricos. La compensación por turnos de trabajo de 12-14 horas suele rondar los 25 euros. La mayoría de ellos vive en fábricas abandonadas, sin electricidad, ni servicios. En 2010, la prensa mundial se hizo eco del pequeño pueblo de Rosarno, de 15.000 habitantes, donde los africanos protagonizaron violentos disturbios a raíz de una agresión por parte de lugareños.

Medios italianos relatan que esta región, en la que se producen unas 870.000 toneladas anuales de naranjas, está en manos de las mafias locales, que se ocupan personalmente de la selección de los temporeros entre los inmigrantes. Los elegidos, además, tienen que pagar una comisión de cinco euros por el favor obtenido.

Coldiretti sostiene haber pedido en varias ocasiones a las empresas de refrescos una revisión de los precios de las naranjas y una mayor atención hacia los derechos de los trabajadores empleados en Calabria, pero asegura no haber obtenido respuesta.

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Deportes

Niño con autismo ganó un torneo nacional de golf, a pesar de haber jugado solo tres rondas en toda su vida.

Un niño llamado Bayleigh Teepa-Tarau sacudió recientemente el mundo del golf en su país natal, Nueva Zelanda. El niño de 12 años, que se encuentra en el espectro del autismo, ganó un torneo nacional a pesar de haber jugado solo tres rondas de golf en toda su vida antes del torneo.

Vistiendo zapatillas de baloncesto y palos de golf prestados, Bayleigh ganó la competencia de nueve hoyos en los Juegos de la Asociación de Escuelas Intermedias y Secundarias (AIMS), un torneo creado para promover la diversidad entre los jóvenes atletas de Nueva Zelanda. El niño terminó la competencia con una puntuación de 87 en el sistema de puntuación Stableford. Incluso con su falta de experiencia, logró vencer a aquellos que tenían acceso a un entrenador profesional o habían estado entrenando durante años.

Como sucede con muchas historias de éxito, todo comenzó con un educador observador y diligente. Whetu Wiremu, un ayudante de maestro en la Escuela T?neatua, a la que asiste Bayleigh, estuvo a su lado durante toda la competencia. Fue él quien notó que Bayleigh siempre estaba balanceando un palo, desde que pudo caminar, y tuvo la idea de introducirlo al golf.

«Nunca solía hablar con nadie», dijo Wiremu al New Zealand Herald. «He trabajado mucho con él durante los últimos años para sacarlo de su caparazón y llevarlo al deporte, y simplemente lo traté como a todos los demás niños». Bayleigh, que es maorí, solía pasar la mayor parte de su tiempo en clase debajo de su escritorio, sin hablar. Además de la dificultad de la comunicación, el pequeño pueblo de T?neatua no tiene un campo de golf, y Wiremu tuvo que preguntar entre sus amigos por equipo prestado.

Además de ganar la competencia individual, Bayleigh también ganó el título de equipo en colaboración con sus compañeros de escuela Pedro Robinson y Lincoln Reritito. «Vienen de un lugar donde hay pobreza, pandillas, drogas, violencia, y para ellos tener este tipo de oportunidad para ver y conocer a personas como estas es realmente conmovedor para mí», admite Wiremu.

Ahora, todo parece ir bien para el joven golfista. Un equipo de patrocinadores visitó recientemente su escuela para presentarle a Bayleigh su propio juego nuevo de palos de golf y bolas de golf con su nombre impreso en ellos. Él y sus amigos también forman parte del Whakatane Golf Club y se unirán a su programa de entrenamiento futuro para apoyar a otros 20 jóvenes golfistas de la Escuela T?neatua.

Por ahora, Bayleigh parece haber encontrado algo que lo llena de alegría y probablemente inspire a muchos más en su comunidad a practicar un deporte en el que a menudo no se ven representados. «Lo que me encanta del golf es pegarle a mi driver», dijo Bayleigh después de ganar. «Soñé con venir aquí y terminar en primer lugar. Y me divertí mucho».

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