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Colágeno, fuente de la juventud. Por Dra. Luisa Ulibarri

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Dra. Luisa Ulibarri

El colágeno es la proteína mas abundante en el organismo. Su estructura similar a la fibra, es usada para crear tejido conectivo. Como su nombre lo indica, este tipo de tejido conecta otros tejidos y es un componente importante de los huesos, músculos, tendones, y cartílagos. Ayuda a que los tejidos sean fuertes y resistentes, capaces de soportar el estiramiento.

En los alimentos, el colágeno solo se encuentra naturalmente en productos de origen animal como la carne y el pescado que contienen tejido conectivo. Sin embargo, una variedad de alimentos, tanto animales como vegetales, contienenmateriales para la producción de colágeno en nuestro cuerpo.

Nuestro cuerpo produce gradualmente menos colágeno a medida que envejecemos, sin embargo, la producción de colágeno cae mas rápidamente debido a la exposición excesiva al sol, tabaquismo, exceso de alcohol, falta de sueño y ejercicio. Con el envejecimiento, el colágeno que se encuentra en las capas profundas de la piel, cambia de una red de fibras organizadas a un laberinto desorganizado. La exposición al ambiente puede dañar las fibras de colágeno reduciendo su grosor y resistencia, lo que da lugar a arrugas en la superficie de la piel.

Hablando de la suplementación de colágeno, a pesar de su abundancia en nuestro cuerpo, el colágeno se ha convertido en un suplemento de gran venta destinado a mejorar el cabello, la piel y las uñas, convirtiéndose en un componente clave de la fuente de la juventud. La idea de tomar una pastilla que no tiene efectos secundarios y que puede revertir los signos de envejecimiento, es atractiva para muchos. De acuerdo a las tendencias de Google, las búsquedas online sobre colágeno han aumentado constantemente desde 2014.

El colágeno apareció por primera vez como ingrediente en cremas y sueros para la piel. Sin embargo, los dermatólogos pusieron en duda su eficacia en la aplicación tópica, ya que el colágeno no se encuentra de forma natural en la superficie de la piel, sino en las capas mas profundas. Las fibras de colágeno son demasiado grandes para penetrar en las capas externas de la piel, la investigación no ha respaldado que las cadenas cortas de colágeno, llamadas péptidos, tengan éxito en esta hazaña.

Los suplementos orales de colágenos en forma de píldoras, polvos y ciertos alimentos son absorbidos eficazmente por el cuerpo y su popularidad se ha disparado entre los consumidores. Pueden venderse como péptidos de colágeno o colágeno hidrolizado, que son formas degradadas de colágeno que se absorben mas fácilmente. Los suplementos de colágeno contienen aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas, y algunos los encontramos en compañía de nutrientes adicionales relacionados con la salud de la piel y el cabello como la vitamina C, biotina o zinc.

La mayoría de las investigaciones de los suplementos de colágeno, están relacionadas con la salud de la piel y las articulaciones. Los estudios han encontrado que los suplementos de colágeno mejoran la elasticidad de la piel. Otros estudios encontraron que los suplementos mejoran la movilidad de las articulaciones y disminuyen el dolor articular, como ocurre con la osteoartritis o en los atletas. El colágeno comprende aproximadamente el 60% del cartílago, un tejido muy firme que rodea los huesos y los protege de los movimientos de alto impacto; por lo que una descomposición del colágeno podría provocar la perdida de cartílago y problemas en las articulaciones.

¿Podemos comer colágeno?

Muchos alimentos que apoyan la producción de colágeno generalmente se recomiendan como parte de un plan de alimentación saludable.

Existen alimentos ricos en colágeno, específicamente cortes duros de carne llenos de tejido conectivo como la carne, la pechuga y el cerdo. Sin embargo, no se recomienda una ingesta elevada de carnes rojas como parte de una dieta sana y ambientalmente sostenible a largo plazo. El colágeno también se encuentra en el pescado de agua dulce y salada.

El caldo de huesos, un alimento de moda destacado en las sopas, se promociona como un alimento rico en colágeno. El proceso implica en hervir a fuego lento huesos de animales en agua y una pequeña cantidad de vinagre (para ayudar a disolver el hueso, liberando colágeno y minerales) entre 4 y 24 hrs. La cantidad de aminoácidos varia según el tipo de hueso utilizado, el tiempo de cocción y la cantidad de procesamiento.

La gelatina en una forma de colágeno que se obtiene al hervir huesos, cartílagos y piel de animales durante varias horas. La descomposición de estos tejidos conectivos produce la gelatina. El colágeno y su derivado, la gelatina, se promueves en ciertos planes de alimentación como la dieta paleo.

Varios alimentos ricos en proteínas fomentan la producción de colágeno debido a que contienen los aminoácidos que producen el colágeno: glicina, prolina e hidroxiprolina. Estos se encuentran en pescado, aves, carne, huevos, lácteos, legumbres y soya.

La producción de colágeno también requiere nutrientes como el zinc, que se encuentra en mariscos, legumbres, carnes, nueces, semillas y granos integrales; y vitamina C de frutas cítricas, bayas, verduras de hoja verde, pimientos y tomates.

 

Junto con una dieta sana y equilibrada, aquí hay algunos habitos que pueden ayudar a proteger el colágeno natural de tu cuerpo:

 

Usa bloqueador solar o limita el tiempo que pasas bajo la luz solar directa (10 a 20 min en luz solar de medio día, 3 a 4 veces a la semana provee la vitamina D adecuada para la mayoría de las personas.
Duerme adecuadamente. Una persona promedio duerme entre 7 a 9 hrs por noche.
Evita fumar o estar cerca de fumadores
Control del estrés. Los niveles crónicos altos de cortisol puedes disminuir tu producción de colágeno.
Algunos estudios han encontrado que el realizar actividad física disminuye la actividad celular relacionada con el envejecimiento de la piel.

La producción de colágeno natural se sustenta a través de una dieta sana y equilibrada al consumir suficientes alimentos con proteínas, cereales integrales, frutas y verduras y reducir los factores de riesgo del estilo de vida.

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La corona que derribó al fiscal. Por Caleb Ordóñez T.

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Alejandro Gertz Manero no se fue por un solo escándalo. Su salida de la Fiscalía General es el cierre natural —y casi inevitable— de una historia acumulada durante décadas: un expediente no judicial, sino político, construido a fuerza de polémicas, enojos y decisiones que siempre parecían estar un milímetro antes (o después) del momento correcto. Una vida pública larga, tensa y llena de episodios que México nunca logró procesar del todo y que terminaron de golpe cuando la luz inesperada lo alumbró demasiado.

Para entender su renuncia, hay que regresar al principio. A 2001. A Puente Grande. A Joaquín “El Chapo” Guzmán desapareciendo como si el penal fuera un teatro mal montado. A un gabinete recién estrenado y a un secretario de Seguridad Pública —Gertz— que quedó tocado desde ese instante, aun cuando defendió hasta el cansancio que los penales no estaban bajo su control directo. Tenía razón en la letra, pero la política no se escribe con artículos constitucionales; se escribe con percepciones. Y la percepción quedó marcada: primera fuga, primer señalamiento.

Luego vendría “el caso familiar”, quizá el capítulo más corrosivo de su trayectoria. La denuncia por homicidio en contra de su excuñada Laura Morán y de su sobrina política, Alejandra Cuevas, terminó por convertirse en un espejo que devolvía una imagen poco favorecedora del fiscal. La figura jurídica de “garante accesoria”, que nadie encontraba en ningún código, la prisión de Cuevas, la reapertura del expediente cuando él ya era fiscal, y después los audios filtrados donde se quejaba del proyecto de sentencia de la Suprema Cort Ese episodio enterró la narrativa de imparcialidad y lo colocó en el centro del debate sobre el uso personal de la justicia. No su mejor capítulo.

Y sin embargo, tampoco ahí cayó.

Su paso por la FGR tuvo escenas memorables —algunas para bien, otras para museo del absurdo. Anunció con firmeza una cruzada contra la impunidad heredada: Odebrecht, Estafa Maestra, Pemex, la élite política del sexenio pasado. Era un fiscal que llegaba con autoridad intelectual: décadas de docencia, formación sólida en derecho penal, experiencia en seguridad y una convicción genuina de que el Ministerio Público tenía que recuperar su dignidad institucional. Ese punto —el positivo— hay que concedérselo: Gertz siempre habló de la Fiscalía como una institución que debía fortalecerse y, al menos en discurso, entendía la necesidad de autonomía y rigor técnico.

Pero entre lo que se quiere y lo que se logra suele haber un océano.

El caso Lozoya terminó convertido en una tragicomedia: el testigo estrella que prometía derribar a medio gabinete peñista terminó fotografiado en un restaurante, con un guion de colaboración que se desmoronó y un expediente repleto de promesas incumplidas. El famoso cheque de 2,000 millones de pesos, presentado en Palacio Nacional como “reparación del daño”, resultó más simbólico que real. Y mientras tanto, Rosario Robles vivió en prisión preventiva prolongada, exhibiendo el rostro más duro de la Fiscalía, mientras Lozoya parecía disfrutarse el fuero moral de la cooperación.

Su sello más polémico fue la justicia diferenciada. La exoneración exprés del general Salvador Cienfuegos tensó la relación con Estados Unidos; el intento de procesar a 31 científicos del Conacyt por delincuencia organizada levantó incluso carcajadas en los tribunales; los expedientes contra gobernadores y candidatos en temporada electoral alimentaron la narrativa de que la FGR olía más a estrategia que a proceso penal.

Y después llegó la guerra interna. El pleito con Julio Scherer, la batalla por el control de ciertos expedientes, las acusaciones cruzadas de extorsiones, venganzas y “operaciones sucias” mostraron una Fiscalía atrapada en el mismo laberinto político que juró superar.

Con todo, había una cualidad que incluso sus críticos reconocen: Gertz era persistente. Y conocía el aparato penal como pocos. Tenía método, obsesión por el detalle y una idea fija de orden institucional. No siempre funcionó, no siempre fue justa ni eficiente, pero era innegable que se trataba de un hombre que llevaba décadas pensando —de verdad pensando— en el sistema penal mexicano.

¿Entonces por qué renunció?

Porque la política no solo se derrumba por grandes actos de corrupción o colapsos institucionales. A veces cae por la presión inesperada del lugar menos imaginado. En este caso, una corona.

Todo estalló cuando México celebraba con júbilo el triunfo de Fátima Bosch como Miss Universo. Una mexicana ganando el certamen después de tantos años era un regalo para la narrativa nacional: orgullo, identidad, representación, el país hablando de algo luminoso por primera vez en semanas. Pero justo ahí, en plena celebración, comenzaron a circular los expedientes —sellados y empolvados en la FGR— relacionados con Raúl Rocha, presidente de la franquicia Miss Universo y vinculado en investigaciones mediáticas con presuntos contratos irregulares con Pemex.

La pregunta no era si existía una investigación. La pregunta era: ¿por qué se filtró justo ahora?

La respuesta implícita fue unánime: porque la FGR había perdido control interno. Porque intereses cruzados querían lastimar a la 4T. Porque la filtración no solo embarraba a un empresario, sino también a Bosch, la nueva joya mediática del país. Porque el triunfo, tan necesario en una nación saturada de malas noticias, se convirtió en combustible político en cuestión de horas. Porque México estaba celebrando una coronación, y alguien sacó un expediente que olía a guerra interna.

Eso, en Palacio Nacional, fue dinamita.

No se podía permitir que una victoria global, limpia y emocional, se convirtiera en pleito burocrático. Mucho menos cuando la Presidencia buscaba proyectar una nueva etapa institucional y evitar conflictos con la industria cultural y de entretenimiento que ya estaba devolviendo atención internacional al país. Gertz había sobrevivido a todo: a expedientes fallidos, a presiones, a audios filtrados, a críticas internacionales. Pero tocar un símbolo recién coronado fue otra cosa. Transformó un problema jurídico en un problema político. Y en México, los problemas políticos se resuelven de una sola forma: pidiendo renuncias.

El 27 de noviembre de 2025, presentó la suya.

Salió con un extraño nombramiento diplomático y un comunicado sin dramatismos, pero cargado de silencios. Fue la despedida de un fiscal que quiso ser reformador, que terminó siendo símbolo de poder concentrado y que cayó no por un caso penal, sino por una coronación que puso demasiados reflectores sobre sus polémicas.

Y así, la corona de Fátima Bosch terminó abollando algo más que el ego de los críticos: terminó abollando, también, el trono del fiscal más poderoso del México reciente.

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