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Opinión

COMENTARIOS DE PRENSA POR LUIS OCHOA MINJARES

No solamente los cirujanos plásticos hacen milagros en los rostros humanos deteriorados y avejentados por los años. También hay “doctores” de excelente gusto tipográfico y evidente experiencia y dominio de las artes gráficas que no han podido ser desbancadas todavía ni por la milagrería de la computación ni los prodigios de la Internet.

Desde el lunes pasado nadie de los lectores dejamos pasar desapercibido el nuevo y lozano rostro de El Diario y la renovada y original presentación tipográfica de su material impreso. Pero lo más sorprendente es la maestría y la eficacia con las que la nueva cara de El Diario juarense transmite al lector el dinamismo y el nuevo ritmo que imponen la vida moderna.

Por todo ello, séanos permitido, por medio de estas líneas, enviar una calurosa felicitación y un sincero reconocimiento al nutrido grupo de trabajadores y comunicadores del Diario que no se rezagan un instante frente al impetuoso avance del progreso y, particularmente a su dirección que no ceja en mantenerse a la vanguardia.

DICE AÑEJO  REFRÁN:

RENOVARSE O MORIR

Decíamos que la nueva fisonomía tipográfica de los Diarios no solamente nos ha cautivado, sino inducido a meditar, y en mi caso personal como modesto articulista, a una severa y sincera autocrítica que me ponga en consonancia con el viejo y sabio adagio “renovase o morir”, pero fundamentalmente con los propósitos de la empresa de retener y aumentar los lectores a base de calidad en los servicios que les ofrece.

Los lectores de la letra impresa demandan  notas y artículos “precisos, concisos y macizos” no mamotretos “profusos, confusos y difusos”, y no pocos de esos trabajos adolecen de tales defectos que deberíamos corregir en afán de contribuir con un granito de arena a detener el creciente éxodo de lectores hacia los medios cibernéticos.

Me decía un maestro de ciencias de a comunicación de la UACH que la cosa es bien sencilla, basta considerar que la mayoría de los lectores de periódicos son adultos mayores de vista cansada y escaso tiempo para leer. Mucho les ayudaría párrafos cortos, puntos y a parte y cuando proceda, subtítulos que crean blancos de descanso a la vista.

Cuanto tenemos que hacer por delante para mantenernos vigentes y, sobretodo, para corresponder al exitoso esfuerzo de modernización de El Diario  y su equipo.

INCREIBLE  MILAGRO

DE LA GASTRONOMÍA

Cambiemos de tema: Quien anhele devolver el brillo a sus ojos, la sonrisa a sus labios y atajar el avance de las arrugas, no debe desdeñar el increíble milagro vegetariano del mundialmente famoso “Licuado Matusalén”, único que armoniza la eterna querella entre la edad y el colesterol que su vez conduce a la alta presión y de ahí a los problemas cardiacos, sin excluir la incurable diabetes.

En algunas regiones del país como Veracruz le dicen licuado de la “eterna juventud” y es común escuchar en los puestos de frutas y verduras el grito jarocho  “oye tú chico, prepárame un “ataja los años”. En las playas se le conoce como “quita arrugas” y en el norte como “Licuado Matusalén”, tal vez en memoria del patriarca hebreo quien, dicen, alcanzó una edad de varias centurias.

El llamado licuado Matusalén se compone de seis vegetales de uso diario en la gastronomía mexicana, los cuales están al alcance de la mano en cualquier época del año. En todos los casos complementa al jugo de los cítricos y pasa a ser factor alimenticio por el resto de la vida  cuando convencen sus bondades, casi milagrosas.

SANTUARIOS DE

LOS VEGETALES

En la más modesta verdulería de barriada se encuentran sus seis ingredientes. No se diga en los grandes centros comerciales cuyos departamentos de frutas, verduras y legumbres son verdaderos santuarios de las delicias producidas por la naturaleza a través de la tierra y el agua, elementos que tan descuidados tenemos.

Gracias al sencillo licuado muchos seres humanos vuelven a ver el brillo en sus ojos y la sonrisa en sus rostros, expresión de una buena digestión y una excelente salud. Otros vuelven a disfrutar de las excelencias de infinidad de platillos y guisos prohibidos por el dietista a causa de su alto contenido en grasas.

Quienes se afilian al licuado Matusalén desde temprana edad preparan los cimientos sólidos para disfrutar de una ancianidad plácida, tranquila y sin problemas de altas y bajas de la presión cardiovascular y de la perniciosa diabetes. Cada uno de los ingredientes de este licuado acreditan su bondad y eficacia desde épocas inmemoriales.

PREVENTIVO DE LA

TEMIBLE DIABETES

Los seis elementos del Matusalén cumplen una función específica.  Uno de ellos consolida las defensas de la sangre y vigoriza las llamadas plaquetas, cuya disminución dicen, provoca la indefensión del organismo. Otro más, rico en ácido cítrico, contribuye a quemar la grasa de la sangre y las arterias.

Uno más, por su riqueza en fibra se transforma en una auténtica barredora que limpia y purifica el aparato digestivo y agiliza el proceso de la digestión. El más humilde de los componentes del licuado “Eternamente Joven”, es a la vez el más activo y eficiente preventivo de la úlcera estomacal   y la temible diabetes.

La confección de esta maravilla culinaria es tan sencilla que  hasta un infante puede  prepararla. En su licuadora ponga un agua mineral o electro pura y agregue una porción al gusto y necesidad de su organismo de cada uno de los seis ingredientes o componentes del multicitado licuado.

¿A DÓNDE LE ENVIAMOS

LA RECETA MATUSALÉN?

Eche a volar su licuadora durante treinta segundos o más, sírvalo en dos vasos y disfrútelo diariamente con su compañero-a. Si se trata de compartir la magia del licuado con los miembros de la familia, agregue una porción por cada una de las personas y vivan felices por muchos años en comunión con la naturaleza.

Si a usted, estimada lectora o lector le interesa esta maravilla gastronómica, envíenos su correo a (lom927@hotmail.com) y con mucho gusto, sin estipendio alguno,  compartiremos la receta, como expresión de solidaridad gastronómica.

LLEGARON LAS

GOLONDRINAS

Puntuales, como todos los veranos, la semana pasada llegaron las golondrinas, lo que fue motivo para que se recordara el inmortal soneto del poeta hispano Gustavo Adolfo Bécquer titulado “Volverán”:

Volverán las oscuras golondrinas

En tu balcón sus nidos a colgar,

Y otra vez con el ala a sus cristales

              Jugando llamarán;

Pero aquellas que el vuelo refrenaban

Tu hermosura y mi dicha a contemplar;

Aquellas que aprendieron nuestros nombres

              Esas….¡no volverán!

 

Volverán las tupidas madreselvas

De tu jardín las tapias a escalar,

Y otra vez a la tarde, aún más hermosas,

               Sus flores abrirán;

Pero aquellas cuajadas de rocío,

Cuyas gotas mirábamos temblar

Y caer, como lágrimas de día…

                Esas ¡no volverán!

 

Volverán del amor en tus oídos

Las palabras ardientes a sonar;

Tu corazón, de su profundo sueño

                Tal vez despertará;

Pero mudo y absorto y de rodillas,

Como se adora a Dios ante su altar

Como yo te he querido…desengáñate;

                ¡Así no te querrán!

 

ANTOJERÍAS DE

AÑEJA  ESTIRPE

Si de gastronomía se trata, hagamos el recuerdo de uno de los apetitosos antojitos milenarios de la cocina mexicana:

QUESADILLAS DE

“HUITLACOCHE”

Tres mil años de fama

Garantizan su bondad,

Fue platillo de Cacama

Y hoy cobra actualidad.

Opinión

Diálogos. Por Raúl Saucedo

El Eco de la Paz

En el crisol de la historia, las disputas bélicas han dejado cicatrices profundas en el tejido de
la humanidad. Sin embargo, en medio del estruendo de los cañones y las balas metrallas, ha
persistido un susurro: El Diálogo. A lo largo de los siglos, las mesas de negociación han
emergido como esperanza, ofreciendo una vía para la resolución de conflictos y el cese de
hostilidades entre grupos, ideas y naciones.
Desde la antigüedad, encontramos ejemplos donde el diálogo ha prevalecido sobre la espada.
Las guerras médicas entre griegos y persas culminaron en la Paz de Calias, un acuerdo
negociado que marcó el fin de décadas de conflicto. En la Edad Media, los tratados de paz
entre reinos enfrentados, como el Tratado de Verdún, establecieron las bases para una nueva
configuración política en Europa.
En tiempos más recientes, la Primera Guerra Mundial, un conflicto de proporciones
colosales, finalmente encontró su conclusión en el Tratado de Versalles. Aunque
controvertido, este acuerdo buscó sentar las bases para una paz duradera. La Segunda Guerra
Mundial, con su devastación sin precedentes en el mundo moderno, también llegó a su fin a
través de negociaciones y acuerdos entre las potencias.
La Guerra Fría, un enfrentamiento ideológico que amenazó con sumir al mundo en un
conflicto nuclear, también encontró su resolución a través del diálogo. Las cumbres entre los
líderes nucleares, los acuerdos de limitación de armas y los canales de comunicación abiertos
permitieron evitar una posible catástrofe global.
En conflictos más recientes, y su incipiente camino en las mesa de negociación ha sido un
instrumento crucial para lograr el cese de hostilidades de momento, esta semana se ha
caracterizado por aquellas realizadas en Arabia Saudita y París.
Estos ejemplos históricos subrayan la importancia del diálogo como herramienta para la
resolución de conflictos. Aunque las guerras pudieran parecer inevitables e interminables en
ocasiones, la historia nos muestra que siempre existe la posibilidad de encontrar una vía
pacífica. Las mesas de negociación ofrecen un espacio para que las partes en conflicto
puedan expresar sus preocupaciones, encontrar puntos en común y llegar a acuerdos que
permitan poner fin.
Sin embargo, el diálogo no es una tarea fácil. Requiere voluntad política, compromiso y la
disposición de todas las partes para ceder en ciertos puntos. También requiere la participación
de mediadores imparciales que puedan facilitar las conversaciones y ayudar a encontrar
soluciones mutuamente aceptables.
En un mundo cada vez más complejo e interconectado, el diálogo se vuelve aún más crucial.
Los conflictos actuales, ya sean guerras civiles, disputas territoriales o enfrentamientos
ideológicos, exigen un enfoque pacífico y negociado. La historia nos enseña que la guerra
deja cicatrices profundas y duraderas, mientras que el diálogo ofrece la posibilidad de
construir un futuro más pacífico y próspero para todos.
Los diálogos siempre serán una vía, aunque el diálogo más importante será con uno mismo
para tener la paz anhelada.
@RaulSaucedo
rsaucedo@uach.mx

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