Introducir hábitos saludables tempranamente puede hacer una gran diferencia en la salud de tu hijo posteriormente en la vida.
Según un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine, una gran parte del riesgo de obesidad de un niño se establece a los cinco años.
Pero, ¿cómo se ve realmente lo “saludable” para un niño de entre dos y cinco años? ¿Debes contar las calorías o ir al gimnasio? Y si tu hijo es caprichoso para comer; como la mayoría, ¿cómo puedes asegurarte de que reciben los nutrientes esenciales?
En un estudio reciente publicado en JAMA, la revista de la Asociación Médica Americana, se encontró que las tasas de obesidad entre los niños de dos a cinco años disminuyó un 43% entre 2003-2004 y 2011-2012, mientras que en la mayoría de los otros grupos de edad se dio poco o nada de disminución. La disminución puede deberse a que los padres jóvenes se vuelven más educados sobre los riesgos de obesidad infantil y buscan activamente prevenirla, dijo Wendy Palmer, una dietista registrada en Children’s Healthcare de Atlanta en Estados Unidos.
Lo primero que los padres deben saber es si sus hijos actualmente tienen un peso saludable, dijo Palmer. La obesidad puede ser difícil de medir en los niños.
«Podrías ver a un niño y pensar que no tiene un problema de peso en lo absoluto, o podrías pensar que tiene uno y en realidad no”, dijo.
La tercera parte de los niños y adolescentes en México, es decir más de 5 millones, tienen sobrepeso y obesidad de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012.
¿Qué podemos hacer contra la obesidad?
1. Medir el índice de masa corporal de nuestros hijos
Palmer dice que el índice de masa corporal, o IMC, es el mejor indicador del estado de peso de un niño. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos definen a la obesidad infantil como “un IMC de o por arriba del percentil 95 para los niños de la misma edad y sexo”.
Los padres pueden medir el IMC de sus hijos en casa por medio de varias herramientas en línea.
Aunque el IMC es una cifra útil, también es importante enfocarse en el patrón de crecimiento de un niño, dice Palmer. Algunos niños son consistentemente más grandes y pesados que otros y podrían estar todavía saludables.
Pero cuando los niños se vuelven más pesados con el tiempo, puede ser una advertencia de un problema de peso.
2. Enseñar a los niños a balancear sus comidas
Los padres son esenciales para ayudar a los niños a aprender a hacer elecciones saludables de estilo de vida. Con los niños, el enfoque debe estar en ofrecer un balance de nutrientes.
«Escuchas mucho sobre las calorías”, dijo Palmer. “Para los niños de estas edades, no se trata de calorías, se trata más de que tengan una extensa variedad de alimentos”.
Haz que los niños comiencen a comer comidas regulares y saludables. Todos sabemos que el desayuno es importante; y podría serlo todavía más posteriormente. En un estudio de 2013 del Centro de Nutrición Infantil de Arkansas en Estados Unidos se encontró que los niños que desayunaban utilizaban menos esfuerzo mental para resolver problemas de matemáticas y tenían mejores calificaciones en exámenes en comparación con estudiantes que no desayunaban.
Children’s Healthcare de Atlanta recomienda seguir las pautas deMyPlate destacadas por el USDA (siglas en inglés del Departamento de Agricultura de Estados Unidos), que sugieren llenar la mitad de cada plato con frutas y vegetales y dividir la otra mitad con granos enteros y proteínas magras.
Palmer dijo que seguir las pautas de MyPlate puede ser complicado para los niños, especialmente cuando preparan el desayuno. Recomienda incluir una fuente de proteína. Por ejemplo, un desayuno saludable para tu hijo podría ser un pan tostado integral, huevos y un vaso de leche reducida en grasas.
Para los que son caprichosos, hacer que la comida sea visualmente atractiva ayudará, dijo la experta en obesidad infantil y dietista registrada, Melissa Halas-Liang.
«Si la comida se presenta en una forma colorida y atractiva que un niño puede captar fácilmente… son más propensos a disfrutar y comer esa comida”, dijo.
Así que toma esa rebanada de pan tostado integral, úntale mantequilla de nuez para la proteína, y ponle fruta en rebanadas en forma de una carita sonriente.
Puede que algunos niños nunca adquieran el hábito de que les guste el desayuno, dice Halas-Liang, así que los padres pueden tener que hacer otros alimentos saludables que sus hijos disfruten, como arroz integral frito con aceite de oliva, y huevo y una variedad de vegetales, y servirlos como desayuno.
3. Haz que la experiencia de comer sea divertida
Emocionar a tu hijo sobre la comida al hacerla divertida y ofrecer una variedad de sabores, colores, formas, texturas y temperaturas puede ayudarlos a comer mejor en todas las comidas, dice Halas-Liang. Los niños que regularmente rechazan comidas deben estar activamente involucrados en ayudar a escogerlos y cocinarlos.
Palmer dice que una dieta saludable, llena de nutrientes funciona mejor para combatir la obesidad cuando se realiza junto con ejercicio regular.
4. Promueve el ejercicio entre tus hijos
Los niños de entre dos y cinco años deben hacer aproximadamente 60 minutos de ejercicio al día, dice Palmer.
Pero no tiene que ser todo al mismo tiempo; podría desglosarse en todo el día. Para los niños, se trata menos del ejercicio y más sobre mover sus cuerpos, dice, así que el juego activo normalmente es suficiente.
Es importante que los padres jueguen junto con sus hijos, en lugar de forzarlos a jugar, dice Palmer. Los padres que presentan el juego activo como algo divertido y participan en los juegos con sus hijos son más exitosos al hacer que se muevan y comprometan.
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