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Cómo Meditar

Para entender como meditar debemos conocer la función de la meditación y en que aspectos nos puede ayudar. Debemos ser conscientes que como todo requiere un esfuerzo y un tiempo.
El fin de la meditación es transformar los estados mentales negativos en positivos, sean tristeza, odio, nervios… El trabajar con la meditación y saber como meditar correctamente no solo nos ayudará a conseguir un estado de mayor satisfacción emocional, si no que también nos ayudará a estar más tranquilos y equilibrados emocionalmente.
En la actualidad es normal no encontrar muchos momentos al día para dedicar a la meditación, pero sí realmente tenemos ganas de aprender a meditar seguro que encontraremos unos minutos al día que nos pueden ir genial, como por ejemplo antes de acostarse, al levantarse, al mediodía, etc.
Desde LeyCosmica ya anunciamos que meditar como lo hace un auténtico meditador no consiste simplemente en sentarse y no hacer nada, el hecho de meditar requiere una gran concentración. Muy posiblemente al principio nos cueste centrar la atención en distintos focos, pero si insistimos día a día veremos como cada vez nos es más fácil adquirir un estado de relajación y paz.
A continuación se exponen unas instrucciones básicas de como meditar, por supuesto hay muchas formas de hacerlo.

Como meditar

Escojamos un lugar tranquilo, silencioso, limpio y si puede ser ventilado, sitios al aire libre como parques suelen ser ideales para la meditación. Si no disponemos de tiempo o preferimos empezar poco a poco podemos escoger el dormitorio.
Saber como meditar es importante, y la meditación tradicional se hace sin música, aunque si lo preferimos se puede poner música de relajación, sonidos de la naturaleza suelen ir bien para meditar.
Posteriormente nos acomodarnos en una posición cómoda, en la cual podamos permanecer por un buen tiempo sin necesidad de movernos. Para meditar se puede sentar normal o con las piernas cruzadas al estilo oriental (flor de loto), o bien acostarse de barriga para arriba, con las piernas estiradas y los pies juntos.
Por supuesto cuando empecemos a meditar debemos llevar ropa cómoda. Meditar comodamente es importante, no es bueno interrumpir la meditación para rascarnos o movernos en busca de una postura mejor.
Una vez dispuestos podemos hacerlo o bien con los ojos abiertos o cerrados, aunque en LeyCosmica recomendamos hacerlo con los ojos cerrados, meditar con los ojos cerrados facilitará mucho más el estado de relajación.
A continuación debemos escoger un foco de atención, normalmente se utiliza la respiración. Pon tu atención en cómo entra y sale el aire por tus fosas nasales. No intentes cambiar la forma en la que lo estás haciendo. Solo deja que tu atención se centre en cómo fluye el aire por tus fosas nasales. Siente cómo el aire entra y sale. No lleves tu atención a ninguna otra parte de tu cuerpo.
Si lo hacemos bien deberemos de acabar eliminando el foco de atención, intentando dejar la mente vacía. La cuestión es reducir al máximo ese constante flujo de pensamientos que tenemos día a día, de este modo lograremos una mente más relajada.
Podemos ayudarnos repitiendo mentalmente frases como «Estoy relajado», «Estoy en paz», «Tranquilidad».

Fuente: http://www.leycosmica.org/como-meditar#ixzz2H22HVftX

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Demasiado pronto para un smartphone: advierten sobre graves efectos en la salud mental de menores de 13 años

Un estudio global reciente ha encendido las alarmas sobre el impacto negativo de los smartphones en la salud mental de niños menores de 13 años. La investigación, publicada en el Journal of the Human Development and Capabilities, analizó respuestas autodeclaradas de casi 2 millones de personas en 163 países y encontró que cuanto antes un menor accede a un teléfono inteligente, más probabilidades hay de que experimente efectos perjudiciales.

Entre los hallazgos más preocupantes están el aumento de pensamientos suicidas, dificultades en la regulación emocional, baja autoestima y desconexión con la realidad. Los efectos fueron especialmente marcados en niñas.

“El uso temprano del smartphone suele implicar acceso prematuro a redes sociales, lo que a su vez puede desencadenar acoso digital, alteraciones del sueño y deterioro de las relaciones familiares”, explicó Tara Thiagarajan, autora principal del estudio y fundadora de la organización sin fines de lucro Sapien Labs, encargada del levantamiento de datos.

Un llamado urgente a la acción global

La contundencia de los resultados llevó a los investigadores a proponer restricciones internacionales que limiten el uso de smartphones y redes sociales a menores de 13 años. “Se requiere una acción inmediata y global para proteger a los niños de entornos digitales que aún no están preparados para gestionar con madurez”, afirmó Thiagarajan.

El estudio no solo se centró en indicadores comunes como ansiedad o depresión, sino que analizó aspectos menos explorados como la autoimagen y la capacidad de gestionar emociones, revelando una correlación directa entre el uso temprano de dispositivos y el deterioro del bienestar psicológico.

¿Qué pueden hacer los padres?

Expertos como Melissa Greenberg, psicóloga clínica del Princeton Psychotherapy Center, recomiendan iniciar conversaciones comunitarias entre padres para acordar de manera conjunta retrasar la entrega de teléfonos inteligentes a sus hijos. Iniciativas como “Wait Until 8th” («Espera hasta el 8vo grado» – Equivalente a 2do de Secundaria) permiten a las familias comprometerse colectivamente a posponer la entrega de dispositivos hasta después de los 13 años.

Asimismo, sugiere buscar escuelas con políticas estrictas sobre el uso de smartphones en campus o exigir cambios en los reglamentos escolares. Thiagarajan advierte que los padres no pueden enfrentar este problema solos: “Incluso si prohíbo a mis hijas usar redes sociales, estarán expuestas a ellas a través de otros niños en la escuela o eventos extracurriculares. Es un asunto social, no solo familiar”.

¿Y si ya tienen un teléfono?

Greenberg aconseja no caer en el pánico. “Si ya le diste un smartphone a tu hijo, puedes ajustar el rumbo”, asegura. Recomienda establecer controles parentales, desinstalar ciertas apps, cambiar a un teléfono básico o simplemente limitar el uso.

Para aquellos padres que enfrentan resistencia, sugiere esta frase:
“Cuando te dimos tu teléfono, no sabíamos todo lo que ahora sabemos sobre cómo podría afectarte. Los científicos están aprendiendo más cada día, y queremos hacer lo mejor para ti”.

Aceptar que también los adultos luchan contra el uso excesivo del celular puede ayudar a los menores a comprender que es una dificultad compartida.

Un punto de inflexión para la crianza

Investigadores como el psicólogo social Jonathan Haidt, autor del libro “The Anxious Generation”, coinciden en que retrasar el acceso a redes sociales hasta los 16 años es una de las mejores decisiones que pueden tomar los padres hoy.

La evidencia es clara: dar un smartphone a un niño antes de los 13 puede tener consecuencias serias y duraderas. En un mundo cada vez más digitalizado, tal vez la verdadera rebeldía —y protección— esté en apagar el teléfono.

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