El ingenio de los mexicanos no tiene límites. Y para prueba el nacimiento de un deporte tan peculiar como el Pádel y que tuvo origen nada más y nada menos que en bello puerto de Acapulco a finales de la década de los años sesentas (1969).

El padre del Pádel tiene nombre y apellido: Enrique Corcuera(q.e.p.d.). El mexicano era un apasionado del frontón, pero algunas ‘imperfecciones’ en su hogar ubicado en Las Brisas, Acapulco, lo llevaron a hacer ajustes para disfrutar del deportes, sin saber que poco a poco se estaba ganando un lugar en la historia.

Entrevista con Enrique Corcuera junior.

“A mediados de los años 50, mi padre tenía un frontón para jugar a la pelota vasca y un día se le ocurrió poner una red de tenis en medio del terreno de juego y pronto se dio cuenta de que era muy divertido jugar al tenis con las paredes alrededor.

Como era demasiado rápido con las raquetas de tenis y la cancha era demasiado grande, comenzó a experimentar. Y cuando compró una casa en Acapulco en 1969, creó una pista más pequeña, con paredes alrededor, de 20 metros por 10, muy parecidas a las que conocemos hoy. Fue el resultado de casi 15 años de experimentación.

¡Es interesante pensar que fue capaz de convencer a sus amigos de practicar un deporte que no existía y de involucrarlos en sus mejoras!

Al principio jugaban con raquetas de madera, pero rompieron con la pelota de tenis. Empezó a reforzarlos, añadiéndoles piezas de metal, y gracias a eso aguantaban más los impactos”.

Un juego para divertirse con amigos y familiares.

Una cancha de tenis requiere 1000 m² [Nota del editor: 600 a 700 m² sin los alrededores] y mi padre solo tenía 300, entonces hizo una cancha más pequeña. En Acapulco tenía muchos amigos y les sugirió que vinieran a probarlo y enseguida les gustó. Así se pusieron a construir pistas en casa. Es un deporte muy social, se puede jugar en familia, la gente que lo ve lo disfruta.

Al principio, nunca habría creído que el padel puede convertirse en un deporte internacional. Para él era un juego para divertirse con amigos y familiares. Veinte años después se dio cuenta de la magnitud que estaba tomando. Mi madre llevó el deporte a Argentina y los amigos de mi padre a España. En los años 80, cuando vio que a la gente le comenzaba a gustar este deporte, decidió solicitar una patente para ser reconocido como el inventor de este deporte.

Padel Corcuera

“Al principio se complicó el nombre, lo llamó Pádel Corcuera. Fue con este nombre que mis padres hicieron las primeras reglas de este deporte en los años 80. Ya existía un deporte americano llamado pádel, que parece pero sin paredes. De ahí viene el nombre de pádel. Y luego acordaron quitar el nombre de Corcuera.

Uno de los mejores amigos de mi padre, el príncipe Alfonso de Hohenlohe, venía todos los inviernos a la casa de Acapulco, le gustaba mucho, ya su regreso a España construyó el Marbella Club, con cuatro padel. Por tanto, es en Andalucía donde se popularizó el deporte, antes de ser exportado. Mi mamá es de Argentina, y unos amigos que estaban de vacaciones en mi casa en Acapulco tomaron la idea allá, construyeron pistas y el deporte creció en popularidad.

¿Por qué este deporte no se desarrolló primero en el país donde fue creado? Enrique nos responde: “Creo que viene de la cultura deportiva. En España y Argentina, la gente es más atlética. En México, el boom es ahora. En ese entonces, la gente solo jugaba en sus casas”.

La creación de la Federación Internacional

“Había dos federaciones de padel, uno en Argentina y otro en España. Mi padre y su amigo Ignacio Soto Borja los unieron y crearon la Federación Internacional de padel. Luego patentaron las ventanas y luego ofrecieron la patente para que el deporte pudiera crecer más rápido. Las reglas que conocemos hoy en día son más o menos las mismas excepto por una: mi padre consideraba incorrecto un saque que tocaba la ventanilla lateral. En ese momento no había muchos buenos jugadores y era más fácil jugar así.

En 1990 organizamos la Copa Corcuera, con los mejores jugadores del mundo, y no lo podíamos creer. Por ejemplo, cuando los jugadores se salían de la pista para devolver la pelota, ni siquiera sabíamos que era posible. ¡Estas cosas las inventan los jugadores!

Mi hermano jugaba en la selección mexicana pero cuando se enfrentaron a españoles y argentinos vieron que no podían hacer nada. Somos amateurs (ver a Enrique jugando padel es AQUÍ). Para ser profesional hay que jugar cinco o seis horas al día. Ningún aficionado puede luchar contra los profesionales”.

¡Jean-Noël Grinda, el mejor jugador de la época!

“En la casa de Acapulco, mi padre jugaba backgammon con algunos de los mejores jugadores del mundo. Y uno de ellos fue Jean-Noël Grinda, un gran tenista, que disputó la Copa Davis con Francia. Y cuando vio el rastro de padel, le gustó enseguida, y muy rápidamente se convirtió en el mejor de la época. Digamos que en ese momento era el mejor jugador del mundo, y siempre quiso exportar este deporte a Francia.

Una vida marcada por padel

“Siempre hemos sido embajadores de World Padel Tour, siempre hemos ayudado a desarrollar este deporte cuyo crecimiento fue lineal. Y durante la pandemia, el boom se ha vuelto increíble”.

“Mi familia montó una empresa llamada CoPa (Corcuera Padel) para hacer raquetas, pelotas, ropa, que respeten la herencia de mi padre. La idea es usar las mejores tecnologías pero con un estilo retro. Estamos empezando en México y Estados Unidos, y luego veremos con empresas españolas para lanzar en la Unión Europea. El producto solo se comercializará a partir de junio o julio”.

Honrando el legado de su padre

“Si mi padre viera el desarrollo de padel hoy, no daría crédito a sus ojos, sería extremadamente feliz. Cuando murió, el padel Ya se practicaba en dos países, y ya había un circuito profesional, pero con el boom actual, no lo podía creer. Estaría muy orgulloso, por eso queremos honrar su legado”.