En medio de las polémicas poselectorales y después una intensa jornada, Xóchitl Gálvez, la ex contendiente de la oposición en las elecciones presidenciales de este 2024, ha desatado una controversia al relatar un acalorado momento con Marko Cortés, presidente del Partido Acción Nacional (PAN). El motivo que desencadenó este altercado, se dio a una llamada telefónica que Gálvez hizo a Claudia Sheinbaum parafelicitarla por su triunfo, lo que Cortés consideró una traición política por no consultarlo antes.
En una entrevista dada al periodista Carlos Loret de Mola, Gálvez detalló cómo un gesto de cortesía hacia Sheinbaum, la vencedora según el conteo rápido, provocó una agresiva reacción del dirigente del PAN. «Marko Cortés me reclamó de manera muy agresiva y fuera de lugar», contó Gálvez, aún asombrada por la intensidad del enfrentamiento. La senadora explicó que su llamada fue un acto personal y no representaba a la coalición opositora.
Según Gálvez, el presidente del PAN la acusó, sugiriendo que el triunfo de Sheinbaum fue producto de una «elección de Estado». En palabras de Xóchitl, «Marko se enoja, me reclama con demasiado tono alto. No sé si a los hombres en general les gusta gritar, pero se pueden resolver los problemas o dialogar sin gritar y sí, sí levantó la voz. Me dijo que era indigno de mi parte felicitar a Claudia porque había sido una elección de Estado».
Xóchitl defendió su acción como un reflejo de madurez democrática. «En una democracia es importante saber ganar y perder», afirmó, insistiendo en que su llamada fue un simple acto de cortesía, no una validación del proceso electoral. Además, criticó la demora en el anuncio oficial de los resultados por parte del INE, sugiriendo que hubo irregularidades que deben ser investigadas.
De la misma forma, Gálvez anunció su intención de impulsar una reforma en el Senado para penalizar la intervención indebida en procesos electorales por parte del presidente de la República. A pesar de reconocer que no busca anular la elección, enfatizó la necesidad de sancionar cualquier acto ilegal que pueda empañar la integridad del proceso electoral.
Por su parte, Marko Cortés no se quedó callado. El líder del PAN admitió públicamente su desacuerdo con la felicitación de Gálvez, argumentando que era inapropiado felicitar a quien no ganó «a la buena». «Cuando Xóchitl habló esa noche para felicitar a Claudia, todavía se estaban contando los votos en buena parte del país», expresó Cortés. «Felicitas a alguien que ganó a la buena, pero no cuando te pisotean, cuando te avientan todo el Estado mexicano, cuando te difaman».
La controversia entre Gálvez y Cortés también puso al descubierto las tensiones internas dentro de la coalición opositora. Max Cortázar, ex coordinador de campaña de Gálvez, se unió a la refriega acusando una falta de recursos adecuados durante la campaña. Cortés, sin embargo, defendió la estrategia del partido, subrayando que el PAN destinó el 67% de los spots a la candidatura presidencial, más de lo acordado en el convenio de coalición.
«El convenio de coalición que firmamos era que 50 por ciento de los spots se entregaran a la candidatura presidencial y en el PAN entregamos el 67 por ciento», explicó Cortés. «Lo que falló en los spots fue el impacto que causaron, si generaban simpatía, convicción, si el mensaje era potente, el correcto o no era».
Las divisiones internas solo sirven para debilitar su posición frente a un partido gobernante que ha demostrado ser altamente efectivo en consolidar su poder. Para Gálvez, Cortés y sus colegas, el reto será encontrar una manera de reconciliar sus diferencias y presentar un frente unido que pueda competir efectivamente en las próximas contiendas electorales.