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Policiaca

Conductor de Uber intenta secuestrar a mujer e hijo

Eloisa Leíja y su hijo Leandro abordaron un taxi de la aplicación Uber luego de salir de un domicilio ubicado en la colonia Granjas México, alcaldía Iztacalco, en la Ciudad de México; sin embargo, durante el viaje el conductor intentó privarla de su libertad  junto con su niño.

Los hechos fueron denunciados por su hermano Víctor, quien alertó de lo ocurrido. Eran las 22:05 horas de ayer cuando el hombre dijo «Por favor ayuda, Uber México, tienen secuestrada a mi hermana; esto acaba de suceder«.

Momentos antes, a las 20:32 horas, Eloisa le había dicho a su mamá que ya se dirigía en camino y que casi no tenía pila. Las cosas cambiaron 14 minutos después cuando alertó que algo ocurría: «Oye ma, el del Uber tomó otra ruta y Leandro está dormido», dijo en un mensaje vía WhatsApp.

Tras leer eso, su mamá le pidió que le enviará los datos del viaje, por dónde iba y que le llamaría. Eran las 20:47 horas y la conversación se leía preocupante. «Ma, se está riendo feo», escribió Eloisa en alusión al conductor, y ante ello la señora volvió a preguntar por dónde iba.

Eloisa envió su ubicación a las 20:49 horas, pero su mamá le dijo que «no describe» y que mejor iba por ella a algún lugar. La situación en el vehículo escaló. «Viene como loco, ya agarró como tipo pista y Leandro está dormido».

“Voy a valer verga”

La señora le dijo que activara el Waze, y que le dijera que veía por el lugar para saber dónde estaba, pero esto ya no ocurrió. Un nuevo mensaje llegó: “Ma (…) que voy a valer verga”. Tras leer esto, la madre de Eloisa desde el otro lado de la conversación soltó un “¿Hija por dónde andas? Dime, voy a buscarte. Dame las características del coche para buscarlo hija, por favor; mándame los datos hija, por favor”.

Eloisa respondió de nuevo comentándole sólo que el conductor seguía manejando, pero la ubicación finalizó a las 21:05 horas entre la autopista México-Marquesa, muy cerca de Carretera San Mateo Sta. Rosa 327, Contadero, Cuajimalpa de Morelos.

Las horas y minutos pasaban. Víctor seguía pidiendo ayuda. En redes sociales, a las 20:39, la Secretaría de Seguridad del Estado de México informó que estaba en coordinación con el C5 para ayudar a dar con el paradero de la mujer y su hijo.

Y a las 12:09 horas Adrián Rubalcava, alcalde en Cuajimalpa, indicó en Twitter que estaría pendiente de lo que pasaba, pero necesitaba un número para contactarlo. “Víctor tendrás un número de teléfono q me puedas proporcionar?! Estoy al pendiente. Abrazo”, comentó.

Sin dar más detalles, a la 01:25 horas de hoy, Víctor informó que su hermana y sobrino fueron localizados. Aunque existe sigilo por la secrecía del caso, se sabe que “el conductor desvió la ruta y empezó a ofenderla y amenazarla”, así lo refirió Víctor en redes sociales.

De acuerdo con él, la mujer “tuvo que defenderse con su valor y su fuerza por lo que forcejeó con el conductor y logró salir del auto; tuvo que esconderse entre árboles y esperar a salir por ayuda”.

Fue entonces que un automovilista que iba pasando la ayudó. Tras estos hechos Víctor ha manifestado que “parece ser que Uber sabe usar muy bien la inteligencia artificial para sacar más dinero a sus clientes pero no para su seguridad: seguro hay algoritmos que identifiquen un desvió significativo de la ruta o una parada inesperada larga. Si el conductor tiene el control sobre los seguros del auto los pasajeros no pueden huir fácilmente. Parece que hay que abordar esos servicios con espada para defenderse”.

Uber informó a MILENIO que como parte del protocolo de respuesta, “desde el primer momento se inhabilitó la cuenta del socio conductor a fin de llevar a cabo la investigación”, además de que aseguró que se ha establecido contacto con la usuaria a quien de ser necesario apoyarán en el proceso de denuncia.

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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