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¿Conoces el fenómeno de la ‘luna azul’? Podrá verse durante la noche de Halloween

Este 31 de octubre, durante la celebración de la noche de brujas, el cielo tendrá como protagonista un fenómeno poco frecuente: la “luna azul,” un evento cósmico que no se volverá repetir durante Halloween hasta el año 2039.

Aunque el nombre que se le ha otorgado a este fenómeno de luna azul genera mucho misticismo a su alrededor, la realidad es que, durante esta fecha, la luna no cambiará a una tonalidad azul, simplemente se le conoce con este nombre porque será la segunda luna llena que aparece en un mismo mes.

“Usualmente, los meses solo tienen una luna llena, pero a veces una segunda se cuela. Las fases llenas están separadas por 29 días, mientras que la mayoría de los meses tiene 30 o 31 días de duración, por lo que es posible que quepan dos lunas llenas en un solo mes. Esto ocurre cada dos años y medio en promedio”, explicó la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa).

En el portal de la Nasa, la agencia también explicó que este fenómeno no afecta en nada el color de la luna, y que, de hecho, “la mayoría de las lunas azules se ven pálidas y blancas, al igual que la luna que vemos en cualquier otra noche”.

La explicación de este evento cósmico recae en el ciclo metónico, nombrado así por el griego Metón de Atenas, quien descubrió el ciclo lunar. En este, tienen que pasar 19 años para que las órbitas de la Tierra y de la Luna coincidan en el mismo punto, y es por ello, que no se volverá a ver una luna azul durante Halloween hasta 2039, 2058 o 2077.

La Luna estará completamente iluminada en esta fecha y podrá verse durante toda la noche en cualquier parte del mundo, por lo que no necesita ningún instrumento en específico para poder verla. De preferencia, es mejor estar en un lugar con cielos oscuros, es decir, donde no haya tanta contaminación lumínica para poder apreciarla en su completo esplendor.

Según la organización Royal Museums Greenwich, el mejor momento para observar la Luna desde Colombia será a las 7:49 pm, ya que será a esa hora en la que el Sol y la Luna estén completamente alineados a cada lado de la Tierra.

De acuerdo con la agencia espacial, el origen del nombre de este fenómeno surgió en los años 40 cuando el Maine Farmer´s Almanac, la fuente más confiable respecto a eventos climáticos desde hace 200 años, ofrecía una definición muy confusa sobre lo que era la ‘Luna Azul’, pues involucraba factores como fechas eclesiásticas como la Pascua y la Cuarentena.

«Con el objetivo de explicar el fenómeno de la Luna Azul, en términos sencillos, la revista Sky & Telescope publicó un artículo en 1946 titulado “Una vez cada Luna azul”. El autor, James Hugh Pruett, citó el almanaque de Maine de 1937 y opinó que la “segunda Luna llena en un mes, según mi interpretación, se llama Luna azul”, y así fue como nació la moderna Luna azul, explicó la Nasa.

¿Existen las lunas azules?

De acuerdo con la Nasa, la Luna sí se puede llegar a ver de una tonalidad azul, pero para que esto suceda se necesita, generalmente, de una erupción volcánica.

La agencia espacial explica que, en 1883, luego de que el volcán indonesio Krakatoa erupcionara “con la fuerza de una bomba nuclear de 100 megatones”, se vieron lunas azules durante casi todas las noches.

“Esto se debió a las cenizas del volcán. Algunos de los penachos estaban llenos de partículas de 1 micra de ancho, lo que es prácticamente igual a la longitud de onda de la luz roja. Las partículas de este tamaño especial son ideales para dispersar la luz roja, mientras que permiten el paso de la luz azul. De esta manera, las nubes del Krakatoa actuaron como un filtro azul”, explicó la Nasa en su portal.

En 1983, luego de la explosión del volcán el Chichón, en México, de acuerdo con la agencia espacial, también se registraron lunas con tonalidades azules. Igualmente, se informó que este fenómeno se vio luego de las erupciones del monte Santa Helena, en Estados Unidos en 1980, y la del monte Pinatubo en las islas Filipinas en 1991.

La Nasa además expuso que los incendios forestales también pueden causar el mismo evento. Ejemplo de ello, fueron los incendios forestales en las ciénagas de Alberta, Canadá en 1953.

“Nubes de humo que contenían gotas de aceite de tamaño micrométrico produjeron soles de color lavanda y lunas azuladas que se extendieron desde América del Norte, hasta Inglaterra”, afirma la agencia espacial en su portal web.

Fuente: Infobae

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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