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México

Consejeros electorales ganarán una lanita extra de tan solo $183 mil 199

El Instituto Federal Electoral (IFE) publicó ayer su Manual de Percepciones para 2012, según el cual los emolumentos netos de los consejeros electorales será de 183 mil 199 pesos, en tanto el secretario general devengará 151 mil 379 y los directores ejecutivos 130 mil 662 pesos.

El monto global de los ingresos de los nueve consejeros, incluidas compensaciones garantizadas y otras prestaciones, será de 36.5 millones de pesos.

El otorgamiento extensivo del bono electoral a todos los funcionarios –incluidos los consejeros e integrantes de la junta general ejecutiva– enfrentará un problema legal que anteriormente no tenía: la ley de salarios máximos. Dicha legislación establece que ningún funcionario público puede devengar percepciones superiores a las del Presidente de la República, lo que supone que la entrega del bono a los altos mandos del IFE podría colocarlos en la ilegalidad, motivo por el cual se realizan revisiones sobre su viabilidad.

Según el manual de percepciones, el monto global de los salarios en el año que percibirían los nueve consejeros electorales ascendería 36.5 millones de pesos; el secretario ejecutivo, 3.4 millones, y siete directores ejecutivos, 22 millones de pesos.

Adiós a fondo inmobiliario

Por otro lado, el contralor general del IFE, Gregorio Guerrero Pozas, se refirió a la decisión de la Junta General Ejecutiva del organismo electoral de regresar a la Tesorería de la Federación los 348 millones de pesos de su fondo inmobiliario, mismo que conformó a partir de presuntos ahorros del ejercicio presupuestal correspondiente a 2010.Aquí el problema fue que no hicieron las cosas como lo prevé la ley, dijo.

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México

Apagones podrían costarle a México 200 millones de dólares por hora, advierte industria maquiladora

México enfrenta una amenaza energética que podría traducirse en pérdidas millonarias por hora. De acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), una hora sin electricidad en el país podría representar hasta 200 millones de dólares en pérdidas económicas, encendiendo las alarmas en sectores clave de la economía nacional.

La advertencia llega en medio de crecientes preocupaciones por la estabilidad del sistema eléctrico nacional. Especialistas del sector señalan que el Margen de Reserva Operativo (MRO), es decir, el porcentaje de capacidad adicional disponible para responder a picos de demanda, podría caer por debajo del 3% durante las horas críticas entre las 8:00 y 10:00 de la noche. Este umbral es considerado de alto riesgo, ya que pone en juego la capacidad del sistema para mantenerse estable ante cualquier eventualidad.

“La falta de electricidad interrumpe cadenas de suministro, frena líneas de producción y debilita la competitividad nacional”, señala el comunicado de Index. Además de afectar a la industria manufacturera y de exportación, el impacto alcanza a sectores esenciales como salud, telecomunicaciones, logística y alimentación.

Los riesgos se agravan en el contexto del cambio climático. La reciente ola de calor que golpeó al país entre el 14 y el 21 de mayo deterioró significativamente las reservas eléctricas, provocando cortes programados en distintas regiones. Expertos como el consultor energético Cadena advierten que “el riesgo es real y creciente”, y que el sistema eléctrico se encuentra bajo una presión sin precedentes.

En Nuevo León, la situación ya es crítica. La Cámara de la Industria de Transformación (Caintra) y el Clúster Energético del estado alertaron que, de no incrementarse la capacidad de generación y transmisión eléctrica en los próximos seis meses, podrían registrarse apagones sistemáticos. Esta advertencia cobra relevancia si se considera que tan solo el pasado 4 de marzo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) recibió 141,618 reportes por interrupciones en el servicio en ese estado.

Pero el problema no es exclusivo de la industria. En el plano doméstico, la ausencia de electricidad implica vivir sin refrigeración, agua caliente, internet o iluminación, afectando directamente la calidad de vida de millones de mexicanos. La dimensión del problema trasciende el ámbito económico y se convierte en una amenaza para la estabilidad social del país.

El verdadero desafío, advierten expertos, está en no solo responder al aumento en la demanda energética, sino hacerlo mediante soluciones sostenibles, eficientes y confiables. Frente a un futuro marcado por temperaturas extremas y fenómenos climáticos más severos, urge acelerar la transición hacia fuentes de energía alternativas y reforzar la infraestructura eléctrica nacional.

La advertencia del sector industrial es clara: sin acción inmediata y decidida, el país podría pagar un precio demasiado alto.

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