La visita de la jefa de Gobierno de la CDMX y corcholata por la sucesión dejó varias lecturas en lo local que se tornan interesantes para el análisis.
En primer lugar hablemos de un Juan Carlos Loera que se autoproclamó dueño de la Cuatroté en Chihuahua y que según él es el que mueve el pandero con la Sheinbaum, casi casi como su representante artístico.
En un evento previo a la conferencia de Claudia, organizado por Loera, que no se le despegaba ni un milímetro, se pudo observar a actores políticos ajenos a Morena que andan queriendo entrar al grupo de Sheinbaum, pero que reportan que deben someterse al visto bueno del superdelegado.
Ya en el evento al que vino, a su conferencia sobre prácticas exitosas de gobierno, Claudia se pudo dar cuenta que quien trae el músculo en Chihuahua y mueve a la raza es Cruz Pérez Cuéllar, que convocó a toda la clase política, social y empresarial al encuentro.
Y es que si bien la dirigencia es en su mayoría del bando de Loera, con Cruz es con quien está la raza, obviamente sin dejar de lado a liderazgos políticos tanto en el estatal como en cargos de elección popular.
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Con la cercanía del día de muertos, hay muchos muertos políticos que buscan revivir a base de meterse en temas que no les incumben.
Hablámos de la polémica por la obra de «La Golondrina y su Príncipe» de Alberto Espino de la Peña, donde muchos grillos que no logran repuntar comenzaron a hacer ruido con un tema exclusivo del gremio artístico, cultural e intelectual.
Claro que de entrada llama poderosamente la atención los 34 millones que se invertirán en esta obra, pero no logran ver más allá con la derrama económica que esto ocasionará, pues se trata de una puesta en escena de nivel mundial.
Y es que entre actores, producción, staff, músicos y demás, son más de 200 personas que hay que movilizar, escenografías, viáticos, comidas, obviamente honorarios, soporte técnico, transportación y un largo etcétera…
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Ya hablando de temas más calmados, pero que ayer fue un completo caos para muchos, fue el cambio de horario que no debió ser.
Resulta que como un gran porcentaje de la población confía su horario y rutina a los celulares, relojes inteligentes y demás aparatejos, estos hicieron su cambio normal y ¡pum!, afectaron la rutina de miles en Chihuahua.
Quizás les falló prever el tiempo de aprobación de la reforma para así dar aviso a los sistemas de Google, Apple y demás para con tiempo ver en qué quedarían los ajustes de horarios, quiénes permanecían igual y quienes si cambiarían su huso horario.