El presidente de Ecuador, Rafael Correa, arremetió contra el “neocolonialismo” y pidió la unidad de los Gobiernos latinoamericanos para combatir un orden mundial que tachó de “injusto” e “inmoral”.
Correa, en el discurso inaugural de la XII cumbre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (ALBA), que se celebra en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil (suroeste), subrayó la necesidad de defender a los pueblos ante estas manifestaciones de poder.
Es necesario “evitar que nuestras democracias sean restringidas” y “mantener nuestras soberanías, que están en peligro con ese orden mundial inmoral”, señaló el gobernante, quien consideró que el borrador de declaración final de la cumbre es “tremendamente tibio” ante estas amenazas.
Criticó el espionaje internacional, los tratados de protección recíproca de inversiones, las trasnacionales, los centros internacionales de arbitraje y la prensa “mala”, que calificó de “letal” para las democracias, al tiempo que cuestionó el papel de la Organización de Estados Americanos (OEA) y reclamó reformas en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH).
El Gobernante dio la bienvenida a los presidentes y delegaciones de los países de la ALBA, a la que pertenecen Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Nicaragua, San Vicente y Granadinas y Venezuela, así como Ecuador.
Los gobernantes o representantes de esos países están reunidos en la ciudad costera ecuatoriana para discutir sobre el fortalecimiento institucional del ALBA-TCP (Tratado de Comercio de los Pueblos) y acerca del uso generalizado del Sistema Unitario de Compensación Regional (SUCRE), un mecanismo para el ajuste interno de monedas en los intercambios comerciales.
También se hablará sobre el Fondo Común de Reservas ALBA-TCP y el incremento de los Programas y Misiones Sociales, según la Cancillería ecuatoriana.
Pero Correa invitó a los Gobiernos a reflexionar sobre temas como el SIDH, cuya reforma defiende el país andino en foros internacionales por considerar absurdo que Washington sea la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pese a no haber ratificado el pacto de San José, que es el “fundamento” del mismo.
Es una “irracionalidad” que la sede se encuentre en el país que promueve el bloque contra Cuba, dijo Correa, quien se preguntó “¿Hasta cuándo toleraremos esto?”.
El mandatario, quien calificó de “atrocidad” el reciente incidente vivido por el presidente de Bolivia, Evo Morales, a cuyo avión se impidió acceder al espacio aéreo de países europeos, mencionó como ejemplo de la necesidad de fortalecer la unidad latinoamericana la negativa del Reino Unido a dialogar con Argentina sobre las islas Malvinas. Ante ello, Correa apeló a los instrumentos que brindan la ALBA, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del caribe (Celac) para avanzar en la integración.
El mandatario ecuatoriano, además, resaltó que la lucha contra la pobreza es el gran “imperativo moral” que tienen los Gobiernos latinoamericanos ante sí para combatir “la esclavitud del siglo XXI”, como definió el hecho de “tener gente viviendo en la pobreza”.
Y para ello, defendió un uso racional de los recursos naturales no renovables para lograr un desarrollo con soberanía.
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