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Crece desmesuradamente: tiene 10 meses y pesa 30 kilos

El nacimiento de Luis Manuel fue como el de cualquier otro niño. Midió 52 centímetros y pesaba tres kilos y medio. Pero todo cambiaría con el paso del tiempo. Sus padres notaron un crecimiento desmedido para sus escasos días de nacido.

Al mes de nacido nos dimos cuenta que estaba dejando la ropa muy pronto. Y le teníamos que poner de un año, dos años. Y empezamos a ver que el niño empezó a engordar. Que estaba engordando muy rápido” dijo a Excélsior Isabel Pantoja, Madre de Luisito.

La familia González Pantoja vive en el municipio de Tecomán en el estado de Colima, su hijo Luis Manuel acaba de cumplir 10 meses de nacido y ya pesa 30 kilos, el equivalente a un niño de 9 años. Este sobrepeso del pequeño Luis, hay traído complicaciones muy graves a su salud. Isabel, la madre de Luis, explica que en todo momento se debe estar al pendiente del bebé, “a veces no duerme en las noches, porque siente ahogarse, por lo mismo de su peso”.

Desde su nacimiento a Luisito le han hecho múltiples estudios, aun no se determina con exactitud cuál es origen de su condición. Los médico, creen que Luis pudiera padecer el Síndrome de Prader Willi, una enfermedad que provoca el sobre peso y atrofia muscular. Esta sería la primera vez que se presenta un caso así en el municipio de Tecomán, en Colima.

Con este posible diagnóstico, los padres de Luis están preocupado, porque las afectaciones en la salud de los pacientes se presentan aun con el tratamiento. “En algunos casos con el tiempo del tratamiento, hay ocasiones que los niños han fallecido, pero por paro cardiaco por el peso que tienen más que nada”, dijo Mario González, padre de Luis.

Por otro lado, las preocupaciones también están relacionadas con la economía, pues de confirmarse el diagnóstico, el tratamiento consta de varias inyecciones de hormas, y cada una tiene un valor diez mil pesos, lo que supera por mucho los ingresos de esta familia. Por ello solicitan ayuda a la población.

“Nosotros vamos estarles informando, enseñándoles documentos verídicos, que lo poco o mucho que estén ayudando, toda la ayuda que nos den, poco o mucho es para él”. Aseguró Mario González.

Los interesados en apoyar a Luisito, pueden hacer donativos a la cuenta 1017 9958 711 de Bancoppel, o contactarse con Isabel Pantoja Martínez a través de redes sociales.

Los padres de Luisito han gastado más de 15 mil pesos en un mes para estudios de laboratorio, y artículos especiales. Lo que ha golpeado la estabilidad del hogar.

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Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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