En el PRI se agudizan los vientos de fractura. Con las aplastantes victorias a nivel nacional y local, muchos esperaban una buena tajada del pastel, proporcional al menos al empeño que pusieron durante la campaña, pero no alcanza para todos.
Leonel de la Rosa no ha tenido el tacto adecuado para repartir las candidaturas, muchas de ellas con altísimas probabilidades de victoria. Así, varios aspirantes a las alcaldías de Chihuahua y Juárez, simplemente no entienden porqué unos si tuvieron el visto bueno del partido, y ellos no.
La elección de candidatos “dedounidad” siempre ha sido una institución en el PRI, y es imposible que no queden llagas en el camino, pero ahora parece que hay descalabrados, mutilados y hasta destripados políticos, luego del destape de precandidatos para Chihuahua y Juárez, en el que se excluyó -y a la mala- a muchos que consideran, con razón o no, que tienen derecho a ser al menos considerados.
Y es que el destape a muchos les cayó por sorpresa, pues esperaban que al menos los convocaran antes para explicarles porqué quedaban fuera, y en una de esas, hasta les ofrecían un premio de consolación. Pero ni los pelaron.
Otro aspecto que levantó ampollas fue que el destape se haya realizado antes de la reunión del Consejo Político, la cual consideran clave para tomar este tipo de decisiones que, se suponía, involucraban a todo el priísmo, o al menos lo simulaban.
En resumen: De la Rosa ninguneó a varios aspirantes, dejó claro que no hace falta consultar al priísmo, tomar en cuenta las encuestas, ni esperar los tiempos. ¿A qué se deberá esta manera tan áspera y hostil de operar?
Para la dirigencia tricolor, los más fuertes parecen ser Enrique Serrano y Javier Garfio Pacheco, pero ya en el trabajo de calle, ¿qué tan buenos gallos son?, pues Serrano nunca ha ganado ninguna elección, y su personalidad difícilmente podrá llenar el hueco de “Teto”, un político acostumbrado, como él mismo cuenta, a embarrarse de mocos y lodo, y a realizar una especie de política circense, y ahora que si como rival le toca Ramón Galindo, con experiencia en conquista del voto y buen conocimiento de los corazones juarenses, el PRI podría llevarse una sorpresa nada grata.
En Chihuahua, Javier Garfio Pacheco tiene sin duda vara alta entre las cúpulas, pero tampoco es visto como el ideal de candidato y muchos no pueden hacerse a la idea de ver su rostro en los pendones, pero la verdad sea dicha, por el PAN tampoco aparece alguien que le haga sombra. Imagínese el rostro de Tere Ortuño tapizando la capital, como que no, ¿verdad?
Y ya que mencionamos a Ortuño, hablemos también de su protector, Gustavo Madero, a quien le están dando duro en casa, pues le achacan las dos derrotas más estrepitosas de la historia del panismo: perder la presidencia y al 80% de los militantes, pues consideran que eligió el peor momento para depurar los padrones.
Otro dolor de cabeza es que Josefina Vázquez Mota, contra todo pronóstico, reapareció en la sesión del Consejo Nacional del PAN, y parece que le disputará al paisano Madero la dirigencia de lo que queda de Acción Nacional. Después de seis meses de ausencia, hasta su cuenta de Twitter volvió a utilizar, señal de que trae ganas de hacer ruido. Y lo hará.
Un panista más que volvió para vengarse es Javier Corral, quien al parecer logrará llevar hasta el Tribunal Electoral las cuentas que están pendientes desde la elección interna para elegir a los candidatos del PAN al Senado, en el que hubo desde los tradicionales acarreados, hasta compra de votos, alianzas en lo oscurito y hasta el apoyo de otros partidos.
Ya hace un mes que en el Comité Directivo Estatal del PAN se decidió enviar el tema a la Comisión de Orden y Justicia, y aunque Cruz Cuéllar intentó zanjarlo con más triquiñuelas, los de su partido no lo respaldaron, algo inédito. Corral no se va a quedar contento con una llamada de atención para sus compañeros, y está dispuesto a llegar a las últimas consecuencias.
En el PAN no hizo falta pasar la guadaña para dejar sin aspiraciones a seis de los ocho aspirantes a la candidatura, pues a estas alturas solo Antonio López y Teresa Ortuño siguen en la carrera, aunque ninguno convence a los propios panistas.
Y es que Toño López no ha podido superar el nocaut electoral que le propinó Marco Adán Quezada, ni con las frases de superación personal que a diario postea en Facebook. Los panistas tampoco lo han superado.
En el caso de Ortuño, carta fuerte de Madero y del yunquismo, muchos no ven más que a otra Josefina Vázquez Mota, destinada a perder, y por mucho. Mientras en el PRI parece que sobran candidatos, en el PAN no se hace uno. Pese a ser sólo dos perfiles los que quedan, es seguro que el panismo llegará dividido a las elecciones, hay muchas heridas abiertas y, francamente, muy poco por ganar.
Ya que andamos por los ámbitos municipales, tal parece que Eloy García Tarín y Raymundo Romero, usarán su arma más poderosa contra manifestaciones y agitamientos: el tiempo. Los plantones, sobre todo en Chihuahua, se marchitan pronto cuando no hay un respaldo económico o político que los azuce, y en este caso no lo hay.
You must be logged in to post a comment Login