Las inundaciones que arrancaron casas de sus cimientos y las dejaron bajo deslaves se extendían por Japón, mientras más ríos desbordaban sus orillas, provocando al menos 23 desaparecidos y forzando a más de 100 mil personas a huir.
Una severa advertencia de lluvias seguía vigente para partes del norte de Japón, pero la crecida estaba bajando lentamente en la ciudad de Joso, la más afectada, después de arrasar casas, a veces con sus dueños todavía dentro, en escenas que recordaban a las de un tsunami.
Tres personas murieron, incluyendo a una mujer de 63 años que se golpeó cuando su casa fue impactada por un deslave y otra cuando su coche fue arrastrado por el agua. Al menos 28 personas resultaron heridas, ocho de gravedad.
Dos niños de ocho años estaban entre los desaparecidos, mientras las inundaciones se extendían al norte hacia la prefectura de Miyagi, cuya línea costera fue asolada por el terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 que provocó la muerte de casi 20 mil personas.
Algunos de los rescatados el viernes dijeron que las inundaciones les recordaron aquel desastre.
«El 11 de marzo fue igual. La gente que no corrió, diciendo que nunca iba a llegar un tsunami, enfrentó la muerte», dijo un hombre. «Por supuesto esta situación no es tan mala pero debes ser responsable de tu propia vida», agregó.
Las inundaciones no alcanzaron los reactores nucleares dañados en el desastre de Fukushima del 2011.
Algunas partes de Japón recibieron en 48 horas más del doble de la cantidad de lluvia normal para septiembre hacia el mediodía del jueves, desatando algunas de las peores inundaciones en más de 60 años.
Fuente El Financiero