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Crecen 385% los suicidios de menores; padres dejan pasar señales de alerta

Michel era un alumno popular, guapo y bromista. A sus 13 años era un talentoso futbolista y hábil con la guitarra.

Por eso Adriana repasa la vida de su hijo y no ve razones para que se haya suicidado. De eso hace diez meses.

Jamás detecté una depresión, un trastorno mental; nunca lo vi triste. ¿Pero quién quiere aceptar que un niño no es feliz? Menos cuando se trata de tu hijo”, reconoce.

En México, los suicidios entre menores de 15 años subieron 385% de 1990 (47 muertes) a 2016 (228), de acuerdo con datos del Inegi.

Adriana ya aceptó que ser padre no es ver que los hijos hagan la tarea o trabajar para darles el celular de moda.

Es realmente conocerlos. Lo que pasa en su corazón, lo que sienten. Dedicarles tiempo”, platica a Excélsior.

Para Teresita Morfín, investigadora del ITESO, estas tragedias pueden prevenirse al hablar con los hijos sobre el suicidio, de manera abierta, pero informada. Coincide con la sicóloga forense Alejandra Kornhauser: hacerlo no pone en riesgo a los niños o les siembra ideas suicidas.

Morfín ha entrevistado a 53 menores de entre 8 y 11 años y a 86 padres y madres. Descubrió que la mayoría de los niños sabe el significado del suicidio por los videojuegos, el internet o la TV. También, que los papás ejercen poca vigilancia sobre lo que consumen sus hijos en esos medios. “No hay comprensión ni acompañamiento”, afirma.

En una paciente de ocho años de Kornhauser, la alerta fueron unos dibujos que halló la mamá. “Cuando revivió en el cielo; ¡ya no es mala!”, escribió en la hoja.

“ERROR NO ACEPTAR SEÑALES DE ALERTA”

Hace diez meses, Adriana prefirió ocultar a gente hasta de su propia familia la causa de la muerte de su hijo de 13 años: suicidio. Primero, dijo que se había caído de la cama, luego, simplemente que se accidentó.

Tenía que hacerlo por este dolor, que muchas veces siento que me va a matar y me despierta con pesadillas. No podía soportar lidiar con explicaciones, además, del miedo que me daba ser juzgada. Muchos, cuando saben que uno de tus hijos se suicidó, te consideran un monstruo o piensan que no lo amabas, pero realmente el error que yo cometí fue no aceptar las señales que me podrían haber alertado de que había algo mal”.

Adriana ha regresado cuadro por cuadro la vida de su hijo, ya no sólo desde el alumno popular y guapo que las niñas seguían en la secundaria, desde esa sonrisa enorme que cautivaba a quienes lo conocían o la persona bromista que era, el talentoso futbolista que jugaba de medio delantero en liga infantil de Pumas o el hábil guitarrista de una banda de rock y fanático de Queen; sino que se ha concentrado en hacer una disección de esos momentos oscuros que puedan ayudarla a conocer y a identificar los móviles que lo condujeron a ese final.

Jamás detecté como tal una depresión o un trastorno mental. Yo nunca lo vi triste. ¿Pero quién quiere aceptar que un niño no es feliz? Menos, cuando se trata de tu propio hijo”.

Con el paso de los meses, Adriana ha ido digiriendo que ser padre no solamente significa enviarlos a la escuela, que hagan la tarea, coman bien, llevarlos de vacaciones, trabajar para ofrecerles la mejor vida económica o darles el último modelo de celular o los tenis de moda.

No nada más se trata de llenar a los hijos de lujos. Es realmente conocerlos. Lo que pasa en su corazón, lo que sienten. Es dedicarles tiempo. A veces uno, como madre trabajadora, piensas en la casa, la comida, en las tareas, los trastes, el quehacer y tratas de partirte en miles de pedazos. Ahora ya lo entiendo, los trastes se pueden esperar, la ropa puede esperar, no importa, todo puede esperar”.

ESCALADA

En México, se han incrementado 385% los suicidios en menores de 15 años de 1990 (47 muertes) a 2016 (228 muertes) (Inegi 2018).

En la Ciudad de México se reportó que el primer intento de suicidio infantil se presentó mientras los adolescentes estudiados cursaban los últimos años de la primaria (González-Forteza, et al., 2002).

Mientras que en los Núcleos Urbanos de Bienestar Emocional (NUBE) del Instituto de la Juventud (Injuve) de la Ciudad de México, no ha habido mes sin que ingrese un nuevo paciente con ideación o intento suicida, de acuerdo con el coordinador general, Ernesto Romero.

Ni las evidencias sobre el aumento del suicidio infantil en el país han hecho que se dé luz o se aborde el tema abiertamente para conocer los diferentes factores de riesgo.

Adriana prefirió ocultarlo por miedo a ser señalada. Mientras que en Guadalajara, por ejemplo, se tuvo que discutir la conveniencia o no de entrevistar niños de 8 a 11 años, cuando la investigadora del Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES) del ITESO, Teresita Morfín, propuso indagar con niños de esa edad, acerca de lo que conocían sobre el suicidio y el entorno cultural que podría provocarlo.

FACTORES

Entre los factores de riesgo, que han identificado los expertos y estudios de infancia hechos por Naciones Unidas, están: ausencias y/o graves fallas graves en sus soportes, trastornos siquiátricos, pérdidas afectivas significativas, temor al fracaso en logros y expectativas, maltrato, bullying escolar.

Como grupos sociales, todos somos responsables de cuidarnos, todos somos red. Tenemos que darnos cuenta de lo importante que es escuchar al otro: a nuestros hijos, alumnos, compañeros, hermanos, hermanas, sobrinos, primos. Uno puede salvar la vida de alguien que está deprimido o con ideas suicidas, porque no sucede que un día alguien tome la decisión de atentar contra sí, es un proceso de meses, incluso, años en los que van mostrando señales”, afirmó Feggy Ostrosky, directora del laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Adriana, horas después de la muerte de su hijo, supo que el niño había subido a su habitación, después de una discusión con su papá y sus abuelos, para terminar con su vida.

Con los meses, ha ido recuperando la fortaleza para poder hablar del suicidio. Esta valentía para verbalizar la ha ido encontrando en otras mamás que se acercan a ella para confesarle que también habían sido víctimas, porque sus hijos e hijas habían intentado suicidarse.

Ahora sé que tal vez mi caso pueda prevenir a otro papá”, aseguró Adriana.

Tuvieron que pasar 10 meses para que Adriana volviera a cantar Michelle de The Beatles, la misma canción que desde el vientre le dedicó a su hijo, llamado Michel.

Fuente: Excelsior

México

Inflación ‘adelanta Navidad’: desacelera a 4.44 por ciento en primera quincena de diciembre

La inflación desaceleró en la primera quincena de diciembre y se ubicó en 4.44 por ciento a tasa anual, de acuerdo con los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

«En la primera quincena de diciembre de 2024, el inpc aumentó 0.42% respecto a la quincena anterior. Con este resultado, la inflación general anual se ubicó en 4.44 por ciento», precisó el Inegi.

De acuerdo con un sondeo realizado por Reuters, los analistas anticipaban una desaceleración del 4.40 por ciento, lo que significa que fue menos de lo previsto.

¿Cómo le fue a la inflación subyacente durante la primera quincena de diciembre?

Mientras que la inflación subyacente, que se considera un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios porque quita los productos de alta volatilidad, avanzó a un 3.62 por ciento anual desde el 3.57 por ciento de la segunda quincena de noviembre.

«El índice de precios subyacente incremento 0.50% a tasa quincenal y 3.62 por ciento a tasa anual», presentó el Inegi.

En este caso también el mercado esperaba una disminución de 3.56 por ciento.

Los rubros en los que más incrementos se presentaron fueron el transporte aéreo y el jitomate, mientras que bajaron la papaya y la cebolla.

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