Brasil suele ser uno de los países de América Latina más representados en los rankings mundiales de las mejores universidades del mundo. Y cuando compite contra toda la región, se luce aún más.
Así lo refleja el primer ranking de universidades latinoamericanas elaborado por la publicación británica Times Higher Education (THE), especializada en educación y conocida por sus listados universitarios mundiales.
En este listado Brasil es el líder indiscutido de la región.
En la edición latinoamericana del ranking de THE aparecen 50 centros y se basa en 13 indicadores de rendimiento, igual que el listado mundial, que abarcan desde la proporción entre alumnos y personal, hasta la influencia del centro a nivel internacional.
El secreto de Brasil
Brasil encabeza los primeros dos puestos, posee la mitad de las universidades en el top diez y detenta 23 de los 50 centros educativos listados en total.
En los primeros dos lugares del ranking se encuentran la Universidad de Sao Paulo y la Universidad de Campinas, ambas ubicadas en el estado de Sao Paulo.
El país vuelve a aparecer dentro del top diez en los puestos cinco (Universidad Federal de Río de Janeiro), seis (Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro) y siete (Universidad Federal de Minas Gerais).
Entrevistada por THE, Carolina Guzmán-Valenzuela, investigadora del Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile, explicó que el éxito de Brasil a nivel universitario se debe a sus publicaciones de calidad, su elevada producción de patentes y su alto gasto en investigación y desarrollo en relación al producto bruto interno (1,15%).
Por su parte, Javier Botero Álvarez, especialista de educación superior para América Latina del Banco Mundial, dijo a THE que las universidades públicas de Brasil sobresalen por dos factores: una elevada financiación estatal y un selecto sistema de elección de estudiantes.
Las mejores universidades de América Latina
1 Universidad de Sao Paulo (Brasil)
2 Universidad de Campinas (Brasil)
3 Pontificia Universidad Católica de Chile (Chile)
4 Universidad de Chile (Chile)
5 Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil)
6 Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (Brasil)
7 Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil)
8 Instituto Tecnológico de Monterrey (México)
9 Universidad Nacional Autónoma de México (México)
El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.