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Opinión

Cuando llueve, truena. Por Itali Heide

Itali Heide

En tiempos en que las sequías han afectado a los habitantes de Chihuahua y otras regiones durante años, los cielos nublados y los días de lluvia son recibidos con los brazos abiertos.

Los agricultores se alegran de que sus campos se rieguen, los animales de granja se hidratan felizmente y disfrutan del crecimiento de las plantas comestibles, los niños se ponen botas de lluvia para chapotear en los charcos, el vapor del café caliente en un día de lluvia llena cualquier habitación de un olor agradable y el ruido de la lluvia al otro lado de la ventana es el mejor sonido para conciliar el sueño.

Sin embargo, las fuertes lluvias que se han abatido sobre la región también muestran cosas malas: los daños colaterales causados por las pésimas infraestructuras, las inundaciones, los cientos de baches en calles y carreteras, el desbordamiento de los ríos y, en el peor de los casos, la pérdida de vida de personas en situaciones de vulnerabilidad.

En Cuauhtémoc, el Corredor Comercial nunca había estado en tan mal estado, en su mayoría causado por el abandono gubernamental y la mala infraestructura que sólo empeora con las fuertes lluvias. ¿Cómo es posible que el corredor más importante de toda América Latina provoque que decenas de autos pierden llantas, rines y se accidenten a diario?

En los pueblos y ciudades, las inundaciones han hecho que la gente pierda sus casas, sus pertenencias y sus medios de vida. Aunque hay personas y organizaciones de buen corazón que hacen todo lo posible para remediar estas situaciones, nunca será suficiente hasta que los gobiernos locales, estatales y federales pongan en marcha estructuras para evitar que esto ocurra.

Lo más triste es que los más afectados suelen ser los que viven en la pobreza. Los que no pueden perder sus casas ni sus pertenencias porque apenas pueden salir adelante.

Es caro arreglar una infraestructura que lleva décadas siendo igual, y lo entiendo. Pero también es caro tener que buscar soluciones a corto plazo cada temporada de lluvias.

Además, el gobierno tiene recursos a mano que podrían hacer posible estos cambios, aunque estos se produzcan lentamente en el tiempo. No necesitamos que todo se arregle ahora mismo, pero sí necesitamos un gobierno cohesionado que luche por mejorar la vida de la gente durante muchos años, independientemente de que se reemplacen los partidos, gobernadores, diputados y otros funcionarios.

Un país es tan bueno como lo son sus infraestructuras, ya que éstas son uno de los factores más importantes que contribuyen a la calidad de vida de las personas, las economías locales, el transporte, la vivienda y la seguridad.

México claramente se encuentra por debajo de la lista de infraestructuras seguras a nivel global, y sin embargo parece que se hace poco al respecto.

No necesitamos monumentos, ni nuevas placas, ni puentes inútiles, ni vehículos policiales recién decorados, ni más franquicias. Necesitamos calles seguras, formas de librarse de las inundaciones, viviendas seguras, apoyo a los más vulnerables, solidaridad y protección.

El público lo exige, lo pide, lo necesita y lo requiere, ¿a qué esperan?

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Opinión

Diplomacia. Por Raúl Saucedo

Estirar la liga

En un mundo interconectado y globalizado, la diplomacia como máxima de la política entre las naciones se erige como un pilar fundamental para el mantenimiento de la paz, la estabilidad y la cooperación. La importancia de la diplomacia radica en su capacidad para resolver conflictos, fomentar el diálogo y promover el entendimiento mutuo en un escenario internacional cada vez más complejo y diverso.

La diplomacia, en su esencia, consiste en el arte de la negociación y el manejo de las relaciones internacionales entre los países. A través del diálogo y la negociación, los diplomáticos buscan alcanzar acuerdos y soluciones que beneficien a todas las partes involucradas. En un mundo marcado por la interdependencia y la multiplicidad de actores internacionales, la diplomacia se convierte en una herramienta indispensable para abordar los desafíos globales, como el cambio climático, las guerras, la migración y la inequidad de la riqueza.

Conforme a lo antes expuesto querido lector usted habrá de traer a su pensamiento lo recientes sucesos en el país de Ecuador, donde la diplomacia (si es que existió) fracaso a tal modo dejó como estela imágenes de la irrupción de las fuerzas del orden ecuatorianas en la sede diplomática de México en aquel país Sudamericano.

Pero que es lo que esconde este “asalto” y falta grave a la diplomacia internacional, permítame tratar de resumirlo, antes de ello pongo a referencia para su consulta una columna que escribí en el pasado mes de enero donde hablo precisamente del perfil del presidente de ecuador Daniel Noboa (1).

Vayamos pues. La interrupción a una sede diplomática no es una acción tomada a la ligera, sino que implica la participación de fuerzas armadas, empresarios, partidos políticos y miembros del gobierno, y se planifica cuidadosamente considerando sus repercusiones. En el caso del asalto a la embajada de México en Quito por parte de la policía ecuatoriana, se sugiere que esta acción fue plenamente planificada, lo que lleva a cuestionar la verdadera autoridad del presidente ecuatoriano sugiriendo que su padre, el empresario Álvaro Noboa (Perdedor de 5 contiendas presidenciales), ejerce el poder en la sombra. Aunque la crisis diplomática resultante pueda revertirse a corto plazo, Ecuador logra momentáneamente su objetivo de impedir la salida al exilio del ex vicepresidente Jorge Glas Espinel.

Jorge Glas Espinel quien es el epicentro de la disputa diplomática fue vicepresidente de dicho país durante 2 periodos (Rafael Correa y Lenin Moreno), durante ese periodo Glas fue condenado a 8 años de cárcel por recibir sobornos de la constructora brasileña Odebretch, en un caso que abarca diferentes gobiernos de toda América Latina,  entre ellos México.

Jorge Glas Espinel. Salió del gobierno de Lenin Moreno y se entregó a las autoridades para cumplir su condena, pero por medio de los recursos jurídicos pudo obtener la libertad condicional a la mitad de su condena. Los procesos en su contra se mantuvieron y a finales de 2023, ya durante el gobierno de Daniel Noboa, lo citaron para que diera explicaciones

sobre el manejo de fondos sobre el terremoto que había ocurrido en la provincia de Manabí, (7 años antes).

Glas entonces buscó refugio diplomático en la embajada de México. Durante estos meses, las acciones judiciales para que el gobierno de México lo entregara no tuvieron éxito, acogiéndose nuestro país a la figura de “huésped” misma que no existe en el derecho internacional, no fue sino hasta las declaraciones del ejecutivo federal sobre el pasado proceso ecuatoriano donde empezó la tensión entre las naciones, declarando la no gratitud de la presencia de la embajadora de México en Ecuador y la declaración del asilo político de Glas misma que quizá fue tardía y sobre reaccionada ya con el conflicto encima.

Todo lo anterior expuesto desencadenó que la madrugada de este sábado un grupo de uniformados entró por la fuerza y en forma irregular a la sede diplomática y se llevó por la fuerza al dos veces vicepresidente Glas.

A la fecha México ha sido arropado por diferentes naciones y organizaciones internacionales referente a los sucesos, esto no puede marcar una directriz referente al futuro de las naciones, la respuesta tiene que ser enérgica y contundente.

Mientras los juristas y jugadores de padel definen como territorio mexicano la Embajada, yo apelo solamente a la condición de extraterritorialidad en el espacio de las casonas. Mientras tanto hago votos para que la situación se resarza silbando y cantando aquella del maestro Joaquín Sabina…. “De Sobra sabes que eres la primera.”

(1) https://segundoasegundo.com/el-milenial-por-raul-saucedo/

@Raul_Saucedo rsaucedo@uach.mx

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