Conecta con nosotros

Salud y Bienestar

¡Cuidado! El reflujo puede derivar el cáncer de esófago

La esofagitis, inflamación del epitelio de la mucosa que cubre el esófago, es causada principalmente por el reflujo gastroesofágico, es decir, se regresa el contenido de los alimentos que se ingieren devolviéndose del estómago hacia el esófago, dijo el doctor Julio César Briones Báez.

En un comunicado, el jefe del departamento clínico, de la Unidad Médica de Alta Especialidad No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) apuntó que la mucosa del esófago, a diferencia de la del estómago, no está diseñada para soportar ácidos ni sustancias irritantes.

Briones Báez señaló que también este padecimiento se asocia con la obesidad, esto porque se genera una presión en la cavidad abdominal y al comprimirse el estómago el contenido alimenticio se regresa.

Cuando no hay atención y persisten los síntomas pueden pasar cosas muy graves, añadió, como la enfermedad péptica, una úlcera en el esófago que puede llegarse a perforar y derramar líquidos provocando una infección severa, enfatizó.

Asimismo, precisó que se llegan a dar cambios en la mucosa del esófago que no es normal y da como resultado una displasia pre maligna, que en su evolución puede ocasionar un cáncer de esófago.

Ante ello, recomendó a la población estar pendientes de los síntomas mencionados para que, en caso de requerirlo, acudan a revisión médica para realizar lo necesario.

Fuente Excelsior

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto