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Cumbre de las Américas supera las expectativas

Panamá.- La Cumbre de las Américas en Panamá se le recordará como la cita que sentó por primera vez a los presidentes de Cuba y Estados Unidos desde su anuncio en diciembre encaminado a restablecer sus relaciones, pero al mismo tiempo como el escenario en que numerosas voces se alzaron contra el decreto de Washington que proclama a Venezuela una amenaza para la seguridad estadounidense.

La séptima cita cumplió su cometido en el tema Cuba-Estados Unidos, al tiempo en que reunió por unos minutos a Obama con el mandatario venezolano Nicolás Maduro, en un contacto cuyos detalles se desconocen pero que tuvo lugar después de acentuarse la tensión entre las dos naciones en las últimas semanas tras la polémica declaración norteamericana.

«No había mucho de verdad, respeto y cordialidad», tuiteó Teresa Maniglia, una asesora de Maduro sobre el encuentro.

Maduro no entregó el sábado, como se esperaba, la lista con millones de firmas de venezolanos y personas de otros países que piden a Obama que quite esa declaración contra la nación petrolera, aclarando que lo hará por la vía diplomática, sin precisar fechas.

En tanto, esta semana y previo de la cumbre el gobierno de Maduro recibió al diplomático estadounidense Thomas Shannon, asesor del secretario de Estado norteamericano John Kerry, a quien se le dijo que Caracas está dispuesto a un diálogo en el marco del «respeto» y «sincero», con los Estados Unidos, manifestó Maduro el sábado.

Pero Maduro exige como una de las condiciones para ese diálogo la derogación del decreto, al que considera una intervención en los asuntos internos de Venezuela y que abre la posibilidad de una acción armada estadounidense. Aunque sin mencionar a Venezuela, Obama dijo en la cumbre que Estados Unidos mantiene su firme defensa de la libertad y la democracia.

Ex presidentes de España y Latinoamérica exigieron en la víspera de la cumbre la libertad de los presos políticos y elecciones parlamentarias libres este año en Venezuela, aunque Maduro defendió el sábado el sistema electoral de su país.

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La cumbre le dio la bienvenida a Cuba, la siempre gran ausente del foro por haber sido expulsada en 1962 de la Organización de los Estados Americanos que ejerce la secretaría general del evento.

Y Cuba pareció sacar réditos en Panamá.

«En la reunión que se efectuó en la tarde de hoy (sábado) me parece que uno de los resultados principales (es) que ambos gobiernos conocemos mejor nuestros respectivos intereses y también los límites de nuestras diferencias y hemos encontrado terreno común en la disposición de tener un comportamiento civilizado que respete nuestras diferencias», expuso el canciller cubano Bruno Rodríguez en una conferencia de prensa posterior.

«Es una actitud positiva y lo valoramos», dijo antes la presidenta argentina Cristina Fernández al hacer referencia a los esfuerzos de Washington y La Habana por poner fin a su prolongada hostilidad. «Es un triunfo de la revolución cubana». Pero consideró que el decreto «es una pena realmente».

Para la presidenta brasileña Dilma Rousseff, «estas medidas unilaterales son contraproducentes». La mandataria también reafirmó que Brasil sigue la línea trazada por la Unión de Naciones Suramericanas de utilizar la vía del diálogo entre gobierno y oposición para resolver la crisis política en la nación petrolera.

A su turno Castro también despotricó por el decreto de Obama, aunque al mismo tiempo expresó su disposición de continuar tratativas con Estados Unidos.

«Hemos expresado y le reitero ahora al presidente Barack Obama nuestra disposición al diálogo respetuoso y a la convivencia civilizada de ambos estados dentro de nuestras profundas diferencias», manifestó Castro.

«Aprecio como un paso positivo su reciente declaración de que decidirá rápidamente sobre la presencia de Cuba en una lista de países patrocinadores del terrorismo en la que nunca debió estar, impuesto bajo el gobierno del presidente (Ronald) Reagan».

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto mencionó, por su parte, las implicaciones del paso dado por ambos países.

«Los líderes de ambas naciones le han recordado al mundo que la apertura al diálogo está cargado de futuro y posibilidades», expuso. «También quiero aquí expresar el reconocimiento al proceso de paz que está viviendo Colombia».

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Según el presidente ecuatoriano Rafael Correa, la «alegría no puede ser completa. Queda el bloqueo (estadounidense contra Cuba) y la devolución de (la base) de Guantánamo».

Para el analista político y fundador del influyente diario La Prensa de Panamá, Roberto Eisenmann, ésta fue una cumbre de Obama y Castro.

«No veo solución inmediata a lo de Venezuela mientras exista el documento (decreto) de Estados Unidos y no me parece que Obama pueda cambiar esto por asuntos políticos internos», planteó Eisenmann en un correo a The Associated Press.

Obama dio una rueda de prensa por la tarde y luego abandonó la capital panameña cuando aún la segunda sesión plenaria de la cumbre no había terminado.

Los líderes americanos ya habían consensuado a través de sus negociadores técnicos un documento que llama a la acción en iniciativas para ayudar a los sectores más vulnerable de la región, donde a pesar de su crecimiento económico de la última década aún se mantienen en pobreza alrededor de 167 millones de personas, casi el 30% de su población. Esta vez no hubo declaración final de índole político.

Nota Principal

Campos de detención: el terrible plan de Trump contra los migrantes

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender las alarmas en el ámbito migratorio al adelantar un plan que, de concretarse, marcaría un giro radical en la política de deportaciones de Estados Unidos. Sus recientes declaraciones apuntan a la creación de un sistema masivo de detención y expulsión, respaldado por el ejército, lo que ya ha generado controversia entre expertos, activistas y políticos de todas las esferas.

Una emergencia nacional para deportaciones masivas

Trump, quien regresará a la Casa Blanca en 2025, reafirmó en la plataforma Truth Socialque su administración estaría preparada para declarar un estado de emergencia nacionalcon el objetivo de enfrentar lo que ha llamado «una invasión permitida por Joe Biden».

Esta declaración se suma a los comentarios de Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, quien sugirió que se utilizarían recursos militares para implementar un programa de expulsiones masivas. El expresidente respondió tajantemente: «¡Es verdad!».

El alcance de este plan incluye el despliegue de la Guardia Nacional y, si es necesario, tropas federales. «La Guardia Nacional debería ser capaz de encargarse de las deportaciones; si no, usaría el ejército», afirmó Trump en una entrevista con Time en abril.

Durante su presidencia, Trump endureció significativamente las políticas migratorias, pero sus nuevas propuestas revelan un nivel de agresividad sin precedentes.  A esto se suma, la idea de establecer «campos de detención» en Texas, en donde se albergaría a los migrantes antes de ser deportados.

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Migrantes Créditos: Cuartoscuro

Texas ofrece tierras para la construcción de campos de detención masiva

La comisionada de la Oficina General de Tierras de Texas, Dawn Buckingham, ha propuesto una medida que podría convertirse en el primer paso hacia la creación de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.

En una carta dirigida al presidente electo Donald Trump, Buckingham ofreció al gobierno 567 hectáreas de tierra ubicadas en el condado de Starr, cerca de Rio Grande City, para la construcción de instalacionesdestinadas a procesar, detener y deportar a migrantes de manera masiva.

Este terreno, que actualmente se utiliza para cultivos agrícolas como cebollas, canola y maíz, sería destinado a albergar campos de detención, una propuesta que ha generado gran controversia en medio del debate migratorio.

Buckingham destacó que la Oficina General de Tierras de Texas está lista para colaborar con el Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias federales para hacer realidad este proyecto, el cual se alinea con los planes de Trump para reforzar las políticas de deportación y control fronterizo.

Cuartoscuro
Migrantes Créditos: Cuartoscuro

Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas y campos de detención

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su desacuerdo con laspolíticas migratorias propuestas por Donald Trump, especialmente en relación con la posible deportación masiva de migrantes y la construcción de campos de detención en la frontera sur de Estados Unidos.

Durante su conferencia de prensa mañanera, Sheinbaum destacó que su gobierno no acepta que los migrantes sean tratados como criminales, subrayando que existen instituciones de justicia para abordar estos temas de manera adecuada.

«Primero, evidentemente no estamos de acuerdo en que se trate a los migrantes como criminales, para eso existen las instituciones de justicia en cualquier lugar del mundo», afirmó la mandataria, quien también enfatizó la relevancia de la contribución de los trabajadores mexicanos en Estados Unidos.

Cuartos
Sheinbaum reacciona a deportaciones masivas Créditos: Cuartos

En este sentido, Sheinbaum detalló que su administración tiene cuantificados los beneficios que estos migrantes aportan al país vecino, tanto a nivel laboral como en términos de impuestos.

Como parte de las preparaciones para un posible cambio de administración en Estados Unidos, Sheinbaum informó que su gobierno trabaja en un plan para enfrentar la eventualidad de deportaciones, asegurando que, en caso de que se den, México está listo para recibir a los connacionales deportados.

«En caso de que hubiera deportaciones nosotros vamos a recibir a las y los mexicanos, tenemos un plan para ello, pero vamos a trabajar previo a ello que no tienen por qué deportarse a nuestros connacionales, que al contrario, benefician incluso la economía de Estados Unidos», añadió.

Además, la mandataria anunció que, en los próximos días, se celebrará una reunión con su gabinete para definir los temas clave que se tratarán con el equipo de Trump una vez que este asuma la presidencia, entre los que se incluyen la seguridad, el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), así como cuestiones culturales y de amistad bilateral.

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