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Cumple Pedro Infante 55 años de fallecido

A 55 años de su muerte, Pedro Infante, quien se convirtió en ídolo del pueblo mexicano por su trabajo en más de 60 filmes y su manera de interpretar temas como “Amorcito corazón”, será recordado con diversos homenajes durante el presente mes.

El pasado 12 de abril recibió un tributo en el espectáculo teatral ¡Si nos dejan!, en esta función especial, se contó con la presencia de la actriz Irma Dorantes, quien fuera la última esposa del recordado artista.

En el sur de Mérida, a pocos metros de donde sucedió el accidente, se realizarán diversos eventos en honor al “Idolo del pueblo”, entre ellos, una carrera de 5 mil 300 metros y una caminata de mil 700 metros, en punto de las 8:00 horas.

Posteriormente, Armando “El Torito” Infante, hijo del fallecido actor, será el encargado del espectáculo musical en el que se contará con la presencia de mariachis, así como músicos locales.

En el Distrito Federal, agrupaciones de motociclistas, así como la Asociación Nacional de Charros, realizarán este 21 de abril eventos en honor al actor.

En otros estados de la República también se ofrecerán conciertos en recuerdo a Pedro Infante a lo largo de todo el mes de abril.

José Pedro Infante Cruz nació el 18 de noviembre de 1917 en Sinaloa, en el seno de una familia humilde conformada por el músico Delfino Infante García y María del Refugio Cruz Aranda, además de ocho hermanos.

En 1919 se trasladó con su familia a Guamúchil, donde adquirió algunas nociones de música, y fue en sus primeros años aprendiz de carpintero, fue también miembro de un conjunto musical que actuaba en la localidad de Guasave.

Desde temprana edad mostró talento y afición por la música, al aprender diversos instrumentos. Durante su adolescencia en Guamúchil se casó con María Luisa León, su única esposa legal, con la que adoptó a Dora Luisa, y quien consideró que su voz suave y entonada podía tener futuro por lo que la impulsó para que siguiera su carrera de cantante.

Así llegaron al Distrito Federal en 1935; donde empezó a darse a conocer con la interpretación de canciones de autores como Alberto Cervantes, José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, Tomás Méndez, Rubén Fuentes, Chava Flores y otros.

Su primera grabación musical, El soldado raso, fue realizada el 19 de noviembre de 1943, para el sello Discos Peerless, aunque se dice que la primera canción que grabó fue el vals Mañana, que pasó sin pena ni gloria.

Pedro Infante inició su carrera en el cine como extra en la película En un burro tres baturros y participó en algunos filmes como actor secundario, pero su primer papel principal fue en la película La feria de las flores, en 1943.

Jorge Negrete lo escuchó cantar y lo recomendó de inmediato con Joselito Rodríguez, hermano de Ismael Rodríguez, director de las películas más exitosas de Infante.

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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