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Policiaca

Dan 10 años y 9 meses de cárcel a mujer robacarros

Una sentencia de nueve años, 10 meses de prisión, le fue dictada por un Juez de Garantías al término de un juicio oral a María Guadalupe Valenzuela Vega por el delito de robo de vehículo con violencia. Fue reconocida por la víctima cuando la detuvieron por otro robo con violencia y se publicó su fotografía en los medios.

En la imputación formulada por el Ministerio Público de la Unidad de Investigación de Delito de Robo de Vehículo en contra de la sentenciada, se establece que ella participó en el robo con violencia de un vehículo Volkswagen Bora, modelo 2009, registrado a las 21:30 horas del 13 de septiembre del 2010.

En la narrativa de la investigación, se establece que la víctima llevó a un amigo a su domicilio en la colonia Cerro Grande, cuando una camioneta Dodge Caliber, color guinda, les cerró el paso y de la cual, descendieron tres hombres y una mujer.

Asimismo, que los sujetos tenían el rostro cubierto y portaban armas de fuego con la que amagaron a los afectados para obligarlos a descender del vehículo tipo Bora y despojarlos además de sus pertenencias.

Se mencionó, que en esos hechos, la hoy sentenciada no se cubría el rostro y que fue ella quien se acercó a las víctimas para quitarles: carteras, celulares y otras pertenencias.

Un mes después, María Guadalupe Valenzuela Vega fue detenida como probable responsable de un robo con violencia, se publicó su fotografía en medios de comunicación y el afectado del robo de vehículo la reconoció plenamente.

Cabe hacer mención que la citada fémina, cumple una sentencia de 4 años y medio de cárcel por el delito de robo agravado derivado y ahora, se le acumula la sentencia de casi 10 años por el robo de vehículo con violencia.

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Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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