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Opinión

DE LAS MUJERES, por VICTOR OROZCO

VÍCTOR OROZCO

En medio de la vocinglería electoral, del uso descarado de estadísticas falsas o sesgadas para desinformar y confundir, del ocultamiento de información y de la saturación de mensajes televisivos por parte del gobierno federal, respiré la semana pasada varias bocanadas de aire fresco al leer los textos sobre el Día Internacional de la Mujer redactados por los participantes en el concurso de ensayo y cartel convocado por jóvenes integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional de Ciudad Juárez (MORENA). Como miembro del jurado, estuve en un aprieto derivado de dos causas, primera, porque hay en nuestra ciudad un buen número de mujeres de excelencia especialistas en diversos temas relacionados con el objeto del concurso. Me sentí un poco como usurpador en una función de seguro cumplida con mejor tino por alguna de estas personas. La segunda razón de mi apuro fue la dificultad para tomar una decisión, al encontrar a la mayoría de los textos dignos de ser galardonados, por su escritura y por la profundidad de sus reflexiones.
El 8 de marzo, ha ido convirtiéndose en una fecha conmemorativa de cada vez mayores significados. Nació vinculado al Primero de Mayo, por cuanto ambos tienen su fuente en luchas emancipadoras de los explotados. Incluso, se llamó originalmente «Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras» y fue convenido en agosto de 1910 por la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunida en Copenhague. En los ensayos del concurso, hubo quien recordó la iniciativa de la revolucionaria alemana Clara Zetkin, una de las pioneras en plantear la liberación de las mujeres como un tema central en la causa general del proletariado.
Miro, al escribir estas líneas una fotografía de ella y de Rosa Luxemburgo tomadas del brazo en aquella reunión. Ambas, aguerridas, iconoclastas, sabias, valerosas, siguen estando entre los ejemplos luminosos para mujeres y hombres de todas las épocas. En sus escritos y en sus acciones políticas no dejaron a ningún opresor o símbolo de la opresión intocado: reyes, militares, curas, burgueses, políticos hipócritas, líderes traidores, iglesias, parlamentos, cámaras. Sus vidas encarnaron hazañas de la voluntad y de la inteligencia, pero también de la pasión por las causas liberadoras. Me detengo en su indumentaria: las pesadas faldas apenas dejan ver la punta de los zapatos y confirmo cómo a lo largo de las épocas, el atuendo impuesto a las mujeres -hasta el siglo XX- fue otra de las tantas cadenas con las cuales cargaron, impidiéndoles correr, nadar, montar, ejercer distintos oficios. ¿Cómo hacerlo con los corsés que les oprimían la cintura y la columna vertebral?.
En adecuación a tal vestimenta -capaz hasta de inhibir el apetito sexual, con el tiempo empleado en despojarse de un empalme tras otro- estaba el lenguaje, utilizado todavía en estos días. La autora del ensayo distinguido con el primer lugar, cuyo largo seudónimo fue «Seamos muchas pero no muchas machas» recupera una buena serie de las frases representativas de una cultura todavía presente: “Mientras tú seas la ‘catedral’, no importa que tenga sus ‘capillitas’ ”, “Hija, ahorita haces eso, sírvele a tu hermano de comer”, ”Una como mujer, tiene que aguantar muchas cosas por sus hijos, por su familia”, “Mientras a ti no te falte nada, hazte de la vista gorda de vez en cuando”, “No me da confianza como supervisora, capaz y cuando venga en sus ‘días’ se va a desquitar con uno”, “Tu no porque eres niña”, “Los hombres no lloran, ¡aguántese!». ¡Ah!, cuántas veces se escuchan estas expresiones o similares en las cuales se denota otro obstáculo a vencer, el del habla cotidiana. Como en el racismo, poseedor y desarrollador de su propio léxico: «negrito», «morenito», «prietito», «…era hermosa, blanca como la nieve», «…los caballeros las prefieren rubias»… Mafalda, esa argentinita cuyas agudezas nos han cautivado por décadas, coleccionó otras perlas: «Zorro=Héroe justiciero. Zorra=Puta / Aventurero=Osado, valiente, arriesgado. Aventurera=Puta / Cualquier=Fulano, mengano, zutano. Cualquiera = Puta / Hombre público=Personaje prominente, funcionario público. Mujer pública=Puta / Dios=Creador del universo y cuya divinidad se transmitió a su Hijo varón por línea paterna. Diosa=Ser mitológico de culturas supersticiosas, obsoletas y olvidadas / Suegro=Padre político. Suegra=Bruja, metiche / Sacerdote=Padre, varón sabio y venerable. Sacerdotisa=Usurpadora, charlatana, bruja. Y, ¿Cómo olvidarnos de estos curiosos personajes del Medioevo quienes han sobrevivido administrando los miedos, las fobias y los prejuicios, personales o colectivos, llamados obispos o pastores? Uno de ellos, superior en la diócesis de Granada, España, convocó hace unos meses a los violadores para que aprovechasen la oferta venida del más allá: «Si la mujer aborta, da a los varones licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de ella». Previamente, estos jerarcas han popularizado el adjetivo de asesinas a las mujeres que suspenden el embarazo y el sofisma según el cual un cigoto es una persona equiparable a un niño. Saben, gracias a una experiencia de siglos, que si se esfuma el temor al infierno pierden un lazo de control, si desaparece el sometimiento de la mujer, se les va otro y si se deja de confundir a la moral con la religión, se rompe otra cadena.
En Ciudad Juárez se suman a los agravios generales sufridos por las mujeres y en un rango pavoroso, los crímenes cebados en el cuerpo y en el alma femeninos. El ensayo ganador del segundo lugar, se refiere al contexto fronterizo y significativamente se tituló: «Ya bastito». La autora comparte una cuestión recurrente en los últimos tiempos: ¿Cómo llegamos hasta este sitio, en esta espiral de violencia, de irrespeto por la vida?. Recuerda unas reflexiones de Anah Arendt, quien buscaba explicar la razón por la cual millones de personas marcharon rumbo a las cámaras de gas sin resistencia y de manera análoga se interroga: ¿Qué calidad ética-política tiene una ciudad en donde una madre decide manifestarse con los restos de su hija asesinada, enfrente del lugar donde el Estado asegura impartir justicia, sin recibir una voz de vuelta? ¿Cómo decidimos dejar pasar el asesinato de una niña, sin más que conformarnos a ver la nota roja en voz de Cabada? ¿En qué punto nos permitimos caminar hacia la cámara de gas sin decir nada, sin resistir?. Las palabras son fuertes, dolorosas, calan muy hondo en las llagas sociales, parecen sacadas de una tragedia griega, pero se refieren a hechos del aquí y ahora. Entrañan al mismo tiempo una crítica radical al sistema, inoperante para combatir al crimen o cómplice del mismo y otra a la colectividad pasiva, inerte, resignada ante su colapso, aturdida por la demagogia y la mentira.
Escribir sobre la mujer para los hombres es una labor con frecuencia equívoca y fallida. La hembra ha sido musa inspiradora del canto erótico y también el centro de la devoción y el cariño sublimes. Los poemas a la madre y a la amante abundan en la literatura de todos los pueblos. Los mexicanos, tenemos a la primera de las figuras como al ser magnífico e intocable: ¿Entre nosotros, existe un insulto más ofensivo que una mentada de madre subrayada con rabia y coraje?. La palabra posee una mágica e infinita multiplicidad de sentidos, cambiantes con una simple entonación o énfasis al principio o al final. Por eso mismo, la madre es símbolo de la fuerza, pero también de la debilidad frente al padre. Pensando en la primera alegoría, quizá por ello otro de los trabajos consigna: «A mí me da pavor que te creas ese cuento de que la mujer es «el sexo débil». Me da pavor porque nos dejarías indefensos, a merced de nuestra brutalidad autodestructiva» . Es un hombre desafiante de los riesgos, que se atreve a cavilar sobre la mujer y se sobrepone a esta añeja concepción de la mujer-apoyo, de la mujer-añadidura, de la mujer-escaparate, para optar por la antípoda del sexo débil: «Entera en ti misma, sin complementar a nadie ni a nada, ahora debes, mujer, abrir de tajo una fisura…».
Carezco de espacio -pues no de ganas- para referirme y hacer una mínima justicia a otros de los ensayos escritos por estos jóvenes, cuya indignación, entusiasmo, compromiso con su tiempo y consigo mismos, alientan la esperanza de un México airoso, capaz de abandonar el pantano y alzar el vuelo. Debemos congratularnos de que en MORENA y en otros espacios políticos o culturales crezcan estos inconformes y estos espíritus generosos. Sin ellos, nos esperaría un destino de pigmeos colonizados.

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Opinión

Torruco Garza: el oportunista que quiere tomar el Mundial 2026

Miguel Torruco Garza, que ni siquiera ha asentado el polvo de su reciente nombramiento por parte de la Presidenta de la República Claudia Sheinbaum como Director Nacional de Promoción al Deporte y Bienestar, ya demuestra tener una meta más ambiciosa en mente. No contento con su rol en la Secretaría de Educación Pública, Torruco Garza busca posicionarse y se presenta así ante empresarios, como la figura que coordinará la Copa Mundial de la FIFA 2026 en México.

En un movimiento que bien podría interpretarse como un intento por escalar más allá de sus credenciales, este oportunista político parece haber identificado en el Mundial un trampolín de exposición y relevancia que, en su visión y apoyado por su padre, persona recurrente en estas prácticas, Miguel Torruco Marqués, trasciende las funciones de su cargo actual y le da el mayor reflector. Al prometer a empresarios con los que se ha reunido, que el «negocio» del Mundial pasará por su oficina, no solo revela su visión comercial del evento, sino también una preocupante desconexión con el compromiso institucional, sobre todo al margen de la aprobación presidencial y de otras dependencias competentes.

El malestar que se sabe ya existe en Palacio Nacional frente a la presunción de Torruco Jr. como supuesto intermediario con la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) al tratar de hacerse pasar como experto en temas de infraestructura, seguridad, turismo y deporte, no es poca cosa y ha incomodado no solo a la Presidencia de la República, sino también a secretarías como la de Turismo encabezada por Josefina Rodríguez, así como de Seguridad y Protección Ciudadana cuya titularidad recae en Omar García Harfuch, que se suman a las expresadas en áreas de logística y diplomacia deportiva.

A pesar de los años invertidos en posicionarse políticamente con el apoyo de su familia, ni la candidatura a la alcaldía de Miguel Hidalgo, ni sus acercamientos con la cúpula política, o la presencia en eventos sociales y de alto impacto como la Fórmula 1, han tenido para él el impacto deseado. Su afán por asumir un papel central en la organización del Mundial revela un intento de consolidarse en la escena política, percibido por algunos como una estrategia de protagonismo que prioriza su interés personal sobre el adecuado servicio a México en uno de los mayores eventos de relevancia internacional.

La organización del Comité Nacional para la Copa Mundial de la FIFA es un encargo muy importante, que define no solo la coordinación logística y de seguridad en el país sede, sino también su proyección internacional y éxito como anfitrión. A lo largo de la historia, la FIFA ha contado con personas de gran trayectoria al frente de sus comités organizadores, profesionales con experiencia probada en la administración pública y de eventos deportivos de gran envergadura, quienes además poseen habilidades diplomáticas y una comprensión profunda del impacto económico y social del fútbol. Figuras como Hassan Al-Thawadi en Qatar 2022 y Jerome Valcke en Brasil 2014fueron elegidos precisamente por sus logros en la planificación y ejecución de proyectos complejos, asegurando un legado duradero y la correcta representación de sus respectivos países en el escenario mundial. Estas selecciones, respaldadas por años de éxito y compromiso, no solo benefician al país organizador, sino que también fortalecen la posición de la FIFA como institución responsable de la transparencia y la calidad en sus eventos.

La posibilidad de que este rol caiga en manos de figuras caracterizadas por la ineficiencia y el oportunismo político genera gran preocupación. La gestión de Miguel Torruco Marqués en la Secretaría de Turismodurante el sexenio pasado dejó en evidencia cómo la improvisación y la búsqueda de reflectores pueden frenar el desarrollo de una institución clave. Bajo su dirección, el turismo en México padeció por la falta de políticas coherentes y visión a largo plazo. Con un evento de la magnitud del Mundial en puerta, repetir el modelo de la improvisación sería perjudicial.

La intención de Torruco Garza de encabezar el Comité Nacional para la Copa del Mundono refleja vocación de servicio ni un compromiso genuino con el país, sino más bien un intento de prolongar el poder familiar mediante proyectos de alto perfil. Este tipo de ambición sin mérito no solo deja de lado las competencias técnicas y estratégicas que el puesto requiere, sino que también expone a México a una posible situación de caos e ineficiencia, comprometiendo su imagen y desarrollo en un evento de alcance global.

Redes: @iremunoz

Correo: irene@irenemunoz.com

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