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Demandan a Sharon Stone por hacer comentarios racistas

La oscarizada actriz ha recibido una demanda por parte de su antigua niñera, Erlinda Elemen, quien le acusa de haberle insultado por su origen filipino durante una fuerte discusión relacionada con su salario y que, finalmente, desembocó en su fulminante despido. La asistenta asegura además que la artista se excedió al dirigirse a su comunidad étnica, utilizando calificativos ofensivos como «gente estúpida» para referirse a sus ciudadanos.

Según se desprende del informe de la acusación, la estrella de ‘Instinto Básico’ también criticaba con dureza su asistencia diaria a la iglesia y, en una ocasión, llegó a prohibir a su empleada que leyera la Biblia en su horario de trabajo en la casa. Asimismo, Sharon le ordenó que no hablara con sus tres hijos más allá de lo estrictamente necesario ya que quería evitar que terminaran «hablando como ella».

El abogado de la señora Elemen, Solomon Gresen, espera que este proceso judicial sensibilice al público sobre el trato denigrante que reciben muchas empleadas del hogar en California, una situación de abuso en la que, en su opinión, las estrellas de Hollywood también tienen una gran responsabilidad.

«Muchas empleadas domésticas de California tienen que lidiar con salarios injustos o con una situación laboral irregular que lleva a un trato vejatorio por parte de quienes les contratan. Afortunadamente, este tipo de demandas ayudan a la visibilidad pública del problema y a concienciar a la sociedad de que es necesario defender los derechos de los ciudadanos de a pie. No es de recibo en estos tiempos que una persona tenga que sufrir el acoso de alguien económicamente más poderoso», declaró el representante legal de la niñera.

Por su parte, el agente de la artista, Paul Bloch, rechaza todas las acusaciones vertidas por la asistenta, e insiste en que todo es un burdo montaje para enriquecerse a costa de la proyección pública de la intérprete.

«Obviamente, esta señora solo busca otra oportunidad para conseguir algo de dinero extra. Me parece frívolo aprovecharse así del sistema judicial y utilizar estos temas tan serios para ganar dinero. Todas las acusaciones son falsas, fabricadas y absurdas, y Sharon Stone no dudará en defender su honradez», apuntó.

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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