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Desactivan principal explosivo en casa del asesino de Aurora

Washington. La policía desactivó este sábado las principales amenazas del sistema de explosivos escondido en el apartamento del joven que mató a 12 personas e hirió a 58 en un cine, durante el estreno de Batman en la ciudad de Aurora, Colorado.

Tras los infructuosos intentos del viernes, expertos en explosivos regresaron hoy al domicilio del atacante, James Holmes, un ex estudiante de neurociencias de 24 años que la madrugada del viernes abrió fuego en el cine Century 16 de Aurora, un pequeño suburbio de Denver, durante el estreno de «The Dark Knight Rises», la última entrega de la saga de Batman.

La policía dijo ser optimista en cuanto a haber eliminado en su totalidad «las amenazas principales» que presentaba el apartamento del tercer piso, ubicado a pocos kilómetros del cine de Aurora en que se produjo la masacre. Sin embargo, los expertos en explosivos dijeron que no estarán seguros de ello hasta no poder ingresar al apartamento. «Hemos tenido éxito en la desactivación de un segundo dispositivo de disparo», dijo la portavoz del Departamento de Policía de Aurora Cassidee Carlson. Poco después se oía una pequeña explosión.

«Permaneceremos en el lugar muchas horas, reuniendo pruebas y tratando de reducir riesgos», agregó. A la espera de encontrar pistas que revelen el móvil del atacante, los especialistas indicaron que podría realizarse una detonación controlada en el apartamento.

Los expertos se enfocarán en desactivar un cable trampa que ha frustrado hasta ahora los intentos de ingreso, afirmó la sargento Cassidee Carlson, de la policía de Aurora.

«Esto puede causar una fuerte explosión y puede ser que haya fuego», agregó.

Carlson afirmó que los expertos intentarán ser cuidadosos para salvar la mayor cantidad de evidencia posible. «No precisamos apurar nada», estimó. «Todavía no estamos seguros de todo lo que hay allí dentro».

La policía había informado que el apartamento tiene un sistema de detonantes «muy sofisticado», equipado con «elementos inflamables o explosivos», según dijo el jefe de la policía local, Dan Oates.

«Hay un montón de cables, frascos llenos de municiones, frascos llenos de líquidos. Tenemos un gran desafío», precisó.

El viernes la policía desalojó a los residentes del edificio de Holmes, y a otros tres o cuatro edificios vecinos, de acuerdo a distintas versiones, y sus habitantes enviados a refugios.

En tanto, la zona estaba fuertemente acordonada.

El atacante había acumulado un arsenal Oates confirmó que en el ataque Holmes disparó con un rifle de asalto AR-15, una escopeta Remington y una pistola automática Glock.

«En los últimos 60 días, (el detenido) compró cuatro armas en una tienda local (…) y más de 6.000 rondas de municiones a través de internet», dentro del marco legal, precisó Oates.

El arsenal que llevaba Holmes incluía más de 3.000 rondas de municiones para un rifle de asalto, 3.000 rondas para dos pistolas Glock, y 300 para una escopeta, indicó el jefe policial.

«Todos los días en la mañana andaba subiendo cajas y cajas y bolsas al auto. Eso sí se me hacía sospechoso, pero no pensábamos que fuera a hacer eso», dijo a la AFP su vecino Gabriel Macías, un mexicano que trabaja de noche en una fábrica y que cuenta que lo veía entrar y salir a diario con la carga.

En el hospital de niños local había seis jóvenes víctimas, la menor de ellas de sólo seis años. Al menos tres de los heridos eran militares estadounidenses.

Los disparos lanzados en la sala atravesaron las paredes y golpearon a personas en la sala contigua. La policía llegó en 90 segundos y poco después había 200 agentes en el lugar.

«Casi todo el mundo recibió un tiro», dijo Oates, agregando que sólo un puñado de los que están siendo tratados en los hospitales no tienen heridas de bala, sino lastimaduras sufridas durante el caos.

El esperado estreno de la última película del superhéroe llevó a que muchos fanáticos -principalmente adolescentes y jóvenes adultos- asistieran disfrazados a la sala, lo que habría permitido al atacante pasar desapercibido con las armas y la máscara antigás.

Tras la tragedia, la AMC, importante cadena de cines de Estados Unidos, anunció el refuerzo de los procedimientos de seguridad con la prohibición de uso de máscaras y armas de juguete en las salas.

Durante la vigilia la noche del viernes en honor a las víctimas, una mujer que se describió solamente como «una madre» dirigía una plegaria junto a un grupo de jóvenes que se abrazaban en círculo. Cuando terminaron de rezar, estaban todos llorando.

«Conocí a algunos de los muchachos que estaban allí», dijo Patty Almond. «Son todos amigos, mi hijo va a la escuela con ellos. Algunos están bien, pero acabamos de enterarnos de uno que no, que no se salvó. Estamos rezando por él», contó.

Sobre el césped, había varias filas de velas y flores rodeadas de mensajes. En una de las cartas, escrita con letra infantil, se leía: «A todas las almas inocentes… Esto es para ustedes. Nunca olvidaremos. Esto es Aurora».

El director de la película, el laureado Christopher Nolan, dijo a la prensa que sentía una «profunda pena ante esta tragedia absurda», que violó «la inocencia del cine».

La masacre provocó además la suspensión de la campaña electoral en Estados Unidos y un decreto de seis días de duelo.

El presidente Barack Obama se dijo «estupefacto» por el tiroteo y calificó la violencia de «sin sentido».

Aurora es una ciudad cercana al instituto de Columbine, donde en 1999 se produjo una matanza en la que dos estudiantes abrieron fuego dejando 13 muertos y 24 heridos, antes de suicidarse.

Christian Bale, el actor británico que interpreta a Batman en «The Dark Knight» expresó el sábado su «horror» ante la masacre, «Las palabras no pueden expresar el horror que siento. No puedo colocarme en el lugar de las víctimas y sus familiares, pero mi corazón está con ellos», dijo en un comunicado emitido por su representante.

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Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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