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Opinión

#DesdeQatar – La recta final. Por José Luis Font

El sorteo final para la Copa Mundial de la FIFA Catar 2022™ se llevó a cabo este pasado 1ro de abril en Doha donde se hace un mega panchote como una especie de premios Oscar del fut con VIPs, celebridades, astros del futbol, equipos participantes del mundial, influencers de los chidos y los que se creen chidos para, ultimadamente, saber quién juega contra quien y dónde.

Caleb Ordoñez

El “¿dónde?” vale un poco de madre por tratarse de Qatar ya que, como es bien sabido, no hay sedes a donde viajar muy lejos; todos los estadios están bastante cerca entre sí y aunque, técnicamente, algunos están en otras ciudades, éstas están lo suficientemente cerca de Doha que bien podrían considerarse como parte de la zona metropolitana de esta creciente ciudad.

Este sorteo final es uno de los milestones de cada ciclo mundialista y que, para mi empresa, representa un paso importantísimo dentro de nuestra operación; aunado al proceso de clasificación de los equipos de cada confederación, una vez que sabemos quiénes son los que vienen a este desmadrito, es igual de importante ahora ver contra quien juegan ya que repercute en todas las áreas que atendemos; desde la operación y montaje de nuestras villas de Hospitality hasta los objetivos comerciales que nos hemos trazado.

Empecemos con el hecho de que cada país tiene su base de aficionados que es independiente a su nivel futbolístico. Sin menospreciar a ningún país, no es lo mismo que clasifique Panamá en lugar a México por el simple hecho de que en México somos un chingo más, nos vale completamente madre todo cuando se trata de futbol y nos vamos como gordos en tobogán para asistir al Mundial.

Con mucho orgullo lo repito en cada plática y en cada entrevista de que México, por cuarto Mundial consecutivo (que son los que he tenido la fortuna de formar parte), es el país que encabeza nuestras ventas a nivel global desde mucho antes de que clasifiquen. Y aunque demasiadas veces la Selección Nacional nos trae a todos con el Jesús en la boca durante el proceso de clasificación, la estadística nos dicta que vamos al Mundial ahuevo… y este no será la excepción.

Este monitoreo, seguimiento y ventas se hace a nivel global donde vemos cómo van las 31 naciones que potencialmente calificarán (la número 32 es el anfitrión Qatar que clasifica en automático) y donde nos vamos preparando a los volúmenes de personas que asistirán; una vez conocidos los 32 países que vendrán, ahora toca ver, en el sorteo final, contra quien juegan que es igual de importante para nuestra planeación; no es lo mismo México vs Bélgica que un México vs Argentina como veremos el 26 de noviembre en el Estadio Lusail; los argentinos son otra afición que viene en grandes números y por lo mismo nos toca ponernos a sortear un montón de retos para albergar en todas nuestras áreas de Hospitality lo que, sin duda, será uno de los mejores y más anticipados partidos de todo el Mundial.

Así como fue en Rusia 2018 el México vs Alemania uno de los más grandes partidos que ha habido – si también porque lo ganamos – jugar contra Argentina con tanta historia y rivalidad en Mundiales pasados va a ser una cosa chingonsísima y no nada más para los aficionados de ambos países sino para todos los que estemos aquí viviendo el partido y aquellos viéndolo en casa alrededor del mundo.

El caso es que, una vez pasado el sorteo final, nos toca ponernos a chambear; ajustar inventarios porque sabiendo cuáles son los equipos y estadios se liberan boletos para algunas de nuestras categorías y con base a esas ventas, vamos sorteando todas las diferentes situaciones que tenemos de espacios, cálculos de alimentos y bebidas a servir, logística, transporte, estacionamiento, entretenimiento y todo un mundo de cosas que ni nos enteramos suceden detrás de los 22 tipos pateando el balón.

Los otros dos partidos, el primero contra Polonia y el tercero contra Arabia Saudita parecieran ser menos concurridos pero ambas naciones suelen traer grandes números de aficionados y aunque Polonia quizá con un poco menos de aficionados no descartemos a Arabia Saudita que es vecino de Qatar, tiene un chingo de lana y chingos más de ganas de asistir a este Mundial que lo tienen a tiro de piedra por lo que los retos para los partidos, en particular, de México se volvieron muy interesantes. 

Como sé una chingada de futbol, no tengo ni idea cual es el “grupo de la muerte” para este Mundial, lo que sí sé es que, sin duda, el grupo C con México, Argentina, Polonia y Arabia Saudita será, operativamente, uno de los complicaditos e interesantes para este Mundial que me darán otra serie de aventuras para incluir en mi libro de anécdotas mundialistas.

José Luis Font

Opinión

DTmF: Identidad, Gentrificación y Nostalgia. Por Isaías León

 

El reciente álbum de Benito Antonio Martínez Ocasiocausó un gran revuelo en muchos lugares del mundo. Llama la atención la respuesta que hubo en Europa, donde la recepción inicial del nuevo material no fue lo que el continente occidental esperaba. Desde varios sitios hubo críticas al ritmo musical, alegando que no era lo que se anticipaba. La expectativa en esa región del globo era un disco lleno de reggaetón similar a YHLQMDLG, desestimando los ritmos latinos del más reciente álbum.

Es comprensible, creo, juzgar lo que no conocemos. Sin embargo, más allá de si gusta o no el artista y su música, este álbum tiene un contenido de crítica social y política significativa. Martínez Ocasio nos presenta una profunda visión de la identidad puertorriqueña y su crítica a todo lo que está ocurriendo en torno a la isla. A través de géneros a los que no estábamos acostumbrados a escuchar de Band Bunny, como la salsa y el jíbaro, el artista ofrece al mundo un manifiesto cultural y político fácil de digerir, que tal vez para algunos puristas del análisis político pueda parecer superficial.

Al respecto, destaca Lo que paso en Hawái, una canción que refleja la preocupación de muchos sobre lo que sucede en Puerto Rico, lugar que vive un proceso de invasión silenciosa, principalmente por el turismo norteamericano, mismo que se lleva sus recursos, identidad, cultura y tierras.

Este sentimiento es compartido desde un contexto como el mexicano, particularmente en la Ciudad de México, donde se vive un proceso muy fuerte de gentrificación. La pérdida de la identidad cultural y el hecho de que las comunidadeslocales se vean forzadas a desplazarse porque “ya no alcanza” es un tema presente en la conversación diaria. En el caso de México, esto se observa en la promoción que hacenlos desarrollos inmobiliarios con lemas como: “Spend in Pesos, Earn in Dollars” (“gana en dólares, gasta en pesos) o en restaurantes de la Roma-Condesa que optan por cambiar sus menús al idioma inglés.

Exponer Puerto Rico al mundo fue algo relativamente fácil para un artista con millones de oyentes en plataformas de streaming, pero hacerlo manteniendo un gran respeto por la identidad cultural del álbum fue fundamental. Es sobresaliente que el material fue grabado en la isla, usando y combinando muchos de sus ritmos musicales en canciones como Baile Inolvidable, La Mudanza y Café con Ron. Además, Bad Bunny ha anunciado recientemente conciertos de «residencia«, dirigidos especialmente a su gente durante varias fechas continuas. Es decir, la conexión que el artista busca fortalecer con la isla es crucial, llevando en sus letras la voz de muchos que sufren a diario los efectos del despojo y se curan con música y jíbaro.

Debí Tirar Más Fotos, con una portada que incluye dos sillas de plástico (esas que todos alguna vez hemos usado en una reunión o fiesta) y un fondo verde, intenta conectar con todo el pueblo latino. Es una imagen sencilla, común en muchas comunidades, muchas alejadas de las grandes ciudades, donde la calma y el aire fresco son los mayores tesoros:pequeños pueblos, donde muchos crecieron y tuvieron que salir en busca de una vida mejor.

Comprender el mundo actual de la música sin la presencia de un latino tan influyente como lo es la figura de Benito sería imposible, poniendo a los norteamericanos a aprender español, cambiando la pronunciación de la “l” por la “r”, y aun así criticando sus prácticas imperialistas.

Finalmente, después de entender lo que este disco nos quiere transmitir, más allá de bailar la música que para algunos era «de otra época» o descubrir la crítica social que lleva implícita, quiero interpretar DTmF (la canción en sí) como un recordatorio de la importancia de preservar los recuerdos de los momentos que realmente importan, con las personas que queremos, con nuestra gente. Esos momentos que nos obligan a extrañarlos cuando ya no estén, porque nadie sabe lo que va a pasar mañana.

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