Políticos de la oposición desestimaron la relevancia de los cambios de gabinete realizados por el presidente Enrique Peña Nieto, afirmando que consistieron en un «reacomodo político».
Los cambios en el gabinete «son incoherentes ante los graves problemas que enfrenta el país en materia económica, de inseguridad, combate a la corrupción y transparencia», afirmó el senador Fernando Herrera Ávila, del conservador Partido Acción Nacional (PAN).
Es un simple reacomodo político que responde más a lealtades y no a capacidades y experiencia en las áreas encomendadas», declaró el también coordinador de los senadores del PAN.
El gabinete necesita, afirmó, «una sacudida más fuerte frente a un entorno en que la economía no crece, los índices de inseguridad son preocupantes y la corrupción avanza sin control».
Por su parte, el líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, consideró que ni siquiera se puede hablar de gatopardismo ante los cambios, porque solo se irán el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, por motivos de salud, «y dos o tres secretarios segundones».
Al iniciar una gira por el estado sureño de Oaxaca, el dos veces candidato presidencial subrayó que se quedaron en sus puestos el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, «y los demás miembros del gabinete de seguridad, quienes son responsables de la fuga del Chapo».
A su vez, el PRD emitió un comunicado en que estimó que los cambios anunciados por Peña representan «un reacomodo del gabinete presidencial que no muestra la existencia de un proyecto distinto al que visiblemente está fracasando, por lo que ni siquiera alcanza el nivel de un relanzamiento de su Gobierno».