Al realizar un cateo en un domicilio de Acapulco, elementos de la Fiscalía General de la República (FGR), detuvieron la tarde este miércoles al exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres.
Contra el ex mandatario pesa una orden de aprehensión por su presunta responsabilidad en el delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho. El delito del que se le acusa fue consignado bajo el sistema de justicia penal mixto, es decir, está tipificado como grave y no alcanza la libertad bajo caución.
En las próximas horas, el ex gobernador será trasladado a Cancún, Quintana Roo, para ser puesto a disposición de la autoridad que lo requiere.
En abril de 2019, la magistrada María Elena Suárez, titular del Primer Tribunal Unitario Vigésimo Séptimo Circuito, ordenó la aprehensión del ex gobernador así como del empresario Kamel Nacif, por su presunta responsabilidad en la tortura de Lydia Cacho, delito cometido en 2005.
También se ordenó la captura del ex jefe de la Policía Judicial de Puebla, Juan Sánchez Moreno, y del ex subdirector de Mandamientos Judiciales, Hugo Adolfo Karam.
?La resolución de la magistrada revocó la decisión del juez Segundo de Distrito en Quintana Roo, que en 2018 negó la orden de captura a la entonces Procuraduría General de la República.
El titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero, informó en su momento que solicitó a Interpol la emisión de una ficha rojapara detener al ex gobernador.
Por esta razón, el ex mandatario estatal era buscado en 194 países que están adheridos a la Organización Internacional de Policía Criminal.
En 2018, elementos de la Agencia de Investigación Criminal aprehendieron en Puebla al policía en funciones Alejandro Rocha Laureano, por su probable responsabilidad en el mencionado delito. Fue señalado de participar en el cumplimiento de la orden de aprehensión en contra de la periodista.
Cacho fue detenida en 2005 por la probable comisión de los delitos de difamación y calumnias, cargos presentados por Kamel Nacif Borge, conocido como El Rey de la mezclilla, a causa de la publicación del libro Los Demonios del Edén, en el que la escritora describe fiestas en las cuales supuestamente se pervertía a menores de edad.
En dicha época se dieron a conocer audios de las llamadas entre Kamel Nacif y Mario Marín, en las que este último manifestó su apoyo al empresario para imponerle un correctivo a la periodista.