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Resto del mundo

Donald Trump es arrestado en Miami. Lo presentan ante el juez

 

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump (2017-2021), llegó al tribunal de Miami donde este martes 13 de junio se celebrará la primera audiencia de un proceso judicial en el que deberá responder por 37 cargos federales en su contra.

Tal como mostraron las imágenes de las cadenas de televisión estadounidenses, una caravana de vehículos que transportaba a Trump abandonó el Trump National Doral Miami, hotel donde el expresidente pasó la noche y en el que se concentraron grupos de seguidores.

La comitiva estuvo acompañada de vehículos policiales en su camino hacia la sede de los tribunales federales, donde está previsto que comience la audiencia judicial.

La caravana llegó a la corte una media hora después, en medio de fuertes medidas de seguridad.


Está previsto que agentes le tomen lashuellas dactilares a Trump y, según anunciaron a EFE y los medios apostados en la corte, no es seguro que le tomen una fotografía policial y, si fuera el caso, no se va a divulgar.

En la sala, el magistrado federal Jonathan Goodman le notificará de los 37 cargos que le ha imputado un Gran Jurado, 31 de los cuales corresponden al delito tipificado como retención deliberada de información de defensa nacional.

Desde tempranas horas se han ido concentrando con camisetas y carteles seguidores del exmandatario en los exteriores del tribunal, donde ha dispuesto una fuerte presencia policial y no se han registrado incidentes.

Trump, que en la sala previsiblemente se declarará no culpable, .atribuye la acusación liderada por el fiscal especial Jack Smith a una “gran caza de brujas” lanzada por el actual presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, y que responde a una campaña de “interferencia electoral”, como lo reiteró hoy en su red social, Truth Social.

Los otros cargos que enfrenta Trump son por conspiración para obstruir a la Justicia, ocultación de manera “corrupta” de un documento o registro, ocultación de un documento en una investigación federal, plan para ocultar declaración y representación falsas.

Según el documento de 49 páginas que recoge la acusación, los delitos más graves que se le imputan a Trump, como obstrucción a la Justicia y conspiración, están penados con un máximo de 20 años de cárcel y multas de hasta 250 mil dólares y los menos graves, como conspiración para ocultar, con 5 años de cárcel y la misma sanción económica.

La investigación, que lidera el fiscal especial Jack Smith, se inició en 2022 a raíz de un registro realizado en Mar-a-Lago, la casa deTrump en Palm Beach (Florida), por agentes del FBI.

Encontraron más de 11 mil documentos oficiales, entre los cuales había un centenar catalogados como secretos o “ultrasecretos”.

Deportes

Wimbledon sin jueces de línea: el fin de una era que muchos ya extrañan

Por primera vez en sus 148 años de historia, Wimbledon ha eliminado por completo a los jueces de línea humanos, reemplazándolos con un sistema electrónico automatizado. Esta decisión marca un punto de inflexión en uno de los torneos de tenis más tradicionales del mundo, generando una mezcla de aceptación tecnológica y nostalgia por la humanidad que esta figura representaba en la cancha.

Pauline Eyre, quien fue jueza de línea en 16 ediciones del torneo, recuerda con orgullo su primera vez pisando el césped sagrado del All England Club a los 21 años. “Era un sentimiento extraordinario”, comenta. Lejos de haber soñado con ganar un trofeo como jugadora —ella misma se describe como una mala competidora juvenil—, su máximo orgullo fue formar parte del equipo de oficiales, un grupo que consideraba “visiblemente diferente y especial”.

Esa esencia humana es justo lo que, para Eyre y otros puristas, se pierde con esta transformación. Aunque el sistema electrónico —el mismo adoptado por el Abierto de Australia y el US Open— promete precisión absoluta, Eyre sostiene que el cambio elimina una parte esencial del deporte: la imperfección humana. “El tenis es sobre personas. Si le quitas la humanidad, estás quitando una parte fundamental del juego”, afirma.

La medida, anunciada por el All England Lawn Tennis Club en octubre pasado, responde a la intención de garantizar la máxima precisión en el arbitraje y ofrecer condiciones homogéneas para los jugadores, en línea con la mayoría de los torneos del circuito ATP y WTA. Sally Bolton, directora ejecutiva del club, explicó que la transición busca estandarizar el entorno competitivo. Sin embargo, incluso antiguos funcionarios como Andrew Jarrett, ex árbitro principal de Wimbledon entre 2006 y 2019, admiten que el cambio, aunque lógico desde el punto de vista tecnológico, tiene un “costo humano”.

Jarrett subraya que durante su gestión nunca se contempló seriamente eliminar a los jueces de línea, aunque reconocía que la introducción del sistema Hawk-Eye en 2007 marcaba el inicio de una posible transición. Para Eyre, ese momento fue revelador: “Hawk-Eye nos demostró que casi siempre teníamos razón”, dice, con cierta melancolía.

La eliminación de estos oficiales también impacta el futuro del arbitraje en el tenis. “¿Por qué un joven de 15 años querría ahora pasar sus fines de semana arbitrando partidos infantiles si ya no puede soñar con llegar a Wimbledon?”, cuestiona Eyre.

Entre los jugadores, la reacción es dividida. Aryna Sabalenka, número uno del mundo, considera que el sistema electrónico elimina controversias y aporta claridad, aunque reconoce estar «50/50». Por otro lado, Barbora Krej?íková y Frances Tiafoe expresaron su preferencia por el estilo tradicional, destacando el «fanfarroneo» y la interacción humana que ofrecían los desafíos a jueces de línea.

El sistema automático no está exento de fallas. Durante un partido de segunda ronda, el sistema emitió un llamado de «fuera» entre puntos, generando confusión y risas entre el público. Otros jugadores también señalaron que las señales automatizadas son a veces demasiado tenues para escucharse, especialmente en canchas con mayor ruido ambiental.

De los aproximadamente 300 jueces de línea que solían participar en Wimbledon, solo 80 permanecen este año como asistentes de cancha en caso de fallos técnicos del sistema.

Lo que antes era una aspiración para muchos —ser parte del torneo más prestigioso del mundo, aunque fuera desde los márgenes del terreno de juego— ahora queda relegado a la historia. Eyre, ahora comediante de stand-up, recuerda cuando fue abucheada por sancionar al favorito local Greg Rusedski o cuando John McEnroe la fulminó con la mirada por marcarle un error.

Con humor y algo de resignación, reconoce que los jueces de línea eran vistos como “jugadores fracasados y personas demasiado autoritarias”. Pero, en el fondo, lo hacían por amor al tenis. “Solo queríamos ser parte de algo que amamos”, concluye.

Y quizás, como muchas cosas en la vida, no sabíamos cuánto los íbamos a extrañar… hasta que desaparecieron.

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