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Donald Trump se niega a regresar a Twitter; Elon Musk se burla

La red social ha sufrido una serie de cambios a lo largo de las últimas semanas desde que llegó a la dirección Elon Musk

El nuevo dueño de Twitter, Elon Musk, se burló este domingo del expresidente Donald Trump por negarse a regresar a la plataforma social a pesar de que su cuenta fue restituida.

Musk realizó una polémica votación en Twitter para ver si los usuarios querían el regreso de Trump, cuya cuenta fue suspendida en 2021 —tras el asalto al Capitolio— por incitación a la violencia. En aquel momento, se mencionó que era una suspensión permanente.

Trump entonces creó su propia plataforma, Truth Social, donde cuenta con 4.6 millones de seguidores.

Desde que asumió el control de Twitter, Musk insinuó la posibilidad de devolver su cuenta a Trump, en aras de la “libertad de expresión”.

Pero, a pesar de que la cuenta ya está activa, y de que el propio Trump pidió a su gente participar en la votación, el magnate rechazó volver y dijo que se quedará en Truth Social. Después de todo, es dueño de 90% de las acciones de esa plataforma.

Pero Musk parece no estar tomando muy bien el desdén de Trump. Este domingo posteó una polémica imagen de una mujer con la falda levantada. El pajarito azul de Twitter está colocado justo sobre el trasero de la mujer, que lo muestra a un monje etiquetado con el nombre de Donald Trump.

Musk subió el tuit con esta frase: “Y no nos dejes caer en tentación”, aludiendo a la resistencia del ex mandatario a regresar a Twitter.

Trump tiene una cláusula de exclusividad con Truth Social que, no obstante, le permite postear comentarios de índole político, o para recaudar fondos o votantes en otras redes sociales, por lo que podría usar ese argumento para volver a Twitter.

Sin embargo, el republicano prometió no regresar a esta red social cuando fue vetado y, si bien es cierto que la reactivación de su cuenta puede sentarle bien a su ego, también tiene que sopesar las consecuencias de hacer a un lado a Truth Social.

Expertos señalan que no se vería bien que deje hundir, justo cuando acaba de lanzar su aspiración presidencial con miras a 2024, una red que es su creación.

Otros dicen que, pese a que Trump no ha tuiteado nada desde el 8 de enero de 2021, su cuenta tiene ya más de 87 millones de seguidores, una “tentación” demasiado grande para obviar para el millonario.

Fuente: publimetro.com

Opinión

El G20: ¿Progreso real o más promesas vacías? Por Sigrid Moctezuma

Hablar del G20 es hablar de una oportunidad única: una reunión que pone sobre la mesa problemas que afectan directamente nuestras vidas, como la pobreza y el cambio climático. Pero, ¿Estamos realmente avanzando o seguimos atrapados en las buenas intenciones?

En pleno 2024, más de 700 millones de personas en el mundo viven con menos de 2 dólares al día, y el cambio climático sigue empujando a millones al borde de la desesperación. Según la FAO, en 2023 hubo un aumento alarmante de 122 millones de personas que enfrentan inseguridad alimentaria debido a conflictos y fenómenos climáticos extremos. Estas cifras no son abstractas; son vidas humanas, historias de lucha diaria que rara vez llegan a los titulares.

Erradicar la pobreza no es simplemente “dar más dinero”. Se trata de atacar la raíz del problema: desigualdades históricas y estructuras económicas que privilegian a unos pocos. Por ejemplo, los países del G20 representan el 85% del PIB mundial, pero también son responsables del 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es una contradicción enorme: quienes tienen más recursos para ayudar son también quienes más contribuyen al problema.

También es fácil hablar de «transición energética» y «economía verde», pero ¿Qué significa esto para alguien que perdió su casa por un huracán? En México, por ejemplo, los desastres naturales generaron pérdidas económicas por más de 45 mil millones de pesos en 2023. Y mientras tanto, los países más contaminantes siguen retrasando acciones contundentes, como reducir su dependencia de los combustibles fósiles. ¿Por qué? Porque aún les resulta más barato contaminar que invertir en soluciones sostenibles?.

¿Qué se debería hacer?

Las soluciones están claras, pero falta voluntad política. El G20 propone algunas ideas interesantes: redistribuir recursos, apoyar economías locales y fomentar la innovación tecnológica para reducir desigualdades. Pero todo esto suena a más promesas, a menos que veamos medidas concretas. ¿Dónde están los fondos para las comunidades más vulnerables? ¿Por qué no se prioriza la educación y la formación laboral en zonas desfavorecidas?

Como sociedad, necesitamos exigir que las grandes cumbres dejen de ser solo escenarios de fotos grupales. Los líderes globales deben recordar que detrás de cada estadística hay una persona que sufre, pero también que sueña con un futuro mejor. Si no empezamos a construir ese futuro ahora, ¿cuándo lo haremos?

El G20 no es la solución mágica, pero puede ser un catalizador. Si los compromisos se traducen en acciones reales, estaremos un paso más cerca de un mundo más justo. Si no, solo estaremos alimentando un ciclo de discursos vacíos que poco tienen que ver con las necesidades reales de la gente.

¿Qué opinas tú? ¿Crees que estas cumbres realmente cambian algo o son puro espectáculo?

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