Miles de personas se echaron hoy a las calles de Irak por segundo día consecutivo para pedir más servicios básicos y oportunidades de trabajo, a pesar de que los enfrentamientos registrados con las fuerzas de seguridad desde el viernes han causado ya 63 muertos y casi 2.600 heridos.
A última hora de la tarde local, las autoridades cortaron la luz a los que se concentraban en la plaza Tahrir de Bagdad y sus alrededores, donde también actuaron los antidisturbios para desmantelar las carpas en las que los manifestantes pensaban pasar su segunda noche de acampada a la intemperie.
La intervención de esas fuerzas ha causado alrededor de una treintena de heridos, indicó a Efe una fuente del Ministerio de Interior que pidió el anonimato.
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El balance de fallecidos desde el inicio de la nueva oleada de protestas el viernes se eleva ya a 63 y el de heridos a 2.592, de los que la mitad se produjeron en la capital, según un comunicado del miembro de la gubernamental Comisión de Derechos Humanos de Irak Ali al Bayati.
Sólo en Bagdad se registraron una decena de decesos en los dos últimos días.
Se trata de la reanudación de las protestas registradas a principios de octubre para pedir servicios básicos y más empleo, además de condenar la corrupción, y en las que murieron 157 personas, la mayoría a causa de la represión policial.
La principal concentración en la capital tiene lugar en la céntrica Tahrir, donde hoy miles de personas, en su mayoría jóvenes y entre ellos varias decenas de mujeres, ondearon banderas iraquíes y corearon lemas contra la corrupción como «Todos son ladrones».
Según pudo constatar Efe, los participantes se repartían por la plaza, las calles adyacentes y las inmediaciones del puente Al Yumhuriya, que une Tahrir con la fortificada Zona Verde, en la que se ubican edificios gubernamentales y embajadas.
Excelsior