E y reafirmaron su intolerancia ante posibles demoras en el desmantelamiento de las armas químicas del país árabe.
El secretario de Estado, John Kerry, señaló que continuarán las presiones destinadas a la aprobación de «una fuerte resolución» sobre el tema en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para implementar de forma expedita el plan de desarme.
Sin embargo, Rusia ha ratificado que vetaría cualquier documento de esa instancia que incluya una amenaza del uso de la fuerza.
El canciller francés, Laurent Fabius, puso el énfasis en el incremento del apoyo a los grupos armados que operan en Siria, algunos de los cuales han dicho que se sintieron traicionados por la decisión de Washington de postergar un golpe militar contra la nación levantina, señala hoy el diario The New York Times.
Fabius dijo que para negociar una solución política se necesita una posición más sólida, por lo que «si queremos derrocar al gobierno de Bashar al Assad sin que asuman el poder los terroristas es necesario apoyar a la oposición moderada».
Por otra parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confirmó este lunes el uso de armas químicas en significativas proporciones en Siria el pasado 21 de agosto, pero rechazó referirse a los posibles autores del hecho.
Tras presentar el texto en una reunión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad, Ban dijo que el equipo de expertos volverá a Siria para ultimar algunos detalles de la investigación, tan pronto como sea posible.
Los especialistas de la ONU, dirigidos por el científico sueco Ake Sellström, afirmaron que las armas químicas se utilizaron en las afueras de Damasco el 21 de agosto en una escala significativa, con el uso de gas nervioso paralizante.
En este sentido, el presidente de turno del Consejo, el embajador australiano Gary Quinlan, dijo que ese órgano principal de Naciones Unidas debate en este momento una propuesta de resolución sobre Siria.
Por su parte, los representantes permanentes de Estados Unidos, Reino Unido y Francia ante la ONU afirman que sólo el gobierno sirio pudo estar detrás del ataque, a pesar de que el informe del Sellstrom no menciona en concreto a ningún responsable.
El embajador británico ante la ONU, Mark Lyall Grant, dijo que su país es partidario de aprobar una resolución que haga mención al Capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas, mediante el cual se permite una intervención militar, y en similares términos se expresaron sus colegas de Francia y Estados Unidos.
Sin embargo, Grant aclaró que ahora hay que esperar el pronunciamiento de la Organización para la Destrucción de Armas Químicas y la Organización Mundial de la Salud antes de someter a votación una resolución en el Consejo.
Por su parte, el embajador ruso, Vitali Churkin, consideró que sus colegas occidentales no han tenido tiempo ni de leer el informe y sin embargo se precipitan a adjudicar el ataque a las fuerzas del presidente Al Assad.
El representante de Moscú señaló que todavía hay muchas cuestiones que tienen que ser analizadas de forma seria y profesional.
Siria y Rusia culpan del ataque del 21 de agosto a las bandas armadas que intentan derrocar por la fuerza a Al Assad, mientras Estados Unidos y sus aliados responsabilizan a las unidades leales al mandatario sirio.
Una propuesta de Moscú, con la anuencia de Damasco, estipula brindar información sobre la cantidad y ubicación de las sustancias tóxicas sirias, la inspección por expertos internacionales de los silos de almacenamiento y su destrucción en colaboración con instancias internacionales.
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