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Opinión

EL AUTO-DESTAPE DEL ALCALDE DE CD. JUÁREZ. POR LUIS OCHOA MINJARES

EL AUTO-DESTAPE  DEL ALCALDE DE C. JUAREZ

Luis Ochoa Minjares

“Alabanza en boca propia es vituperio”, dice el ingenio popular en la infinita y eterna sabiduría de sus refranes, adagios y dichos. Y en la actividad política tal sentencia tiene tanta validez como en cualquier otra actividad social del ser humano. Tal vez por ello llamó la atención el inesperado y repentino auto-destape del alcalde del municipio de Juárez como aspirante a gobernador del Estado Grande de Chihuahua.

Sorprendió también la auto-postulación por la parsimonia, tranquilidad, lentitud, paciencia con las que el alcalde fronterizo lleva su gestión, en contraste agresivo con el dinamismo, inquietud en incansable actividad del gobernador estatal César Duarte Jáquez a quien se le reconoce un poder de ubicuidad sin precedente.

Y del mismo modo que la atonía o falta de tono y vigor en los tejidos orgánicos produce laxitud, abulia, desidia y falta de emoción, así la atonía administrativa municipal de Juárez está generando  desesperación, impaciencia, desengaño y frustración en muchos sectores sociales a los que durante la campaña electoral les despertamos expectativas que cubrían sus anhelos y se hacían cargo de sus penalidades y necesidades urbanas.

Resulta explicable que surjan voces, aunque sean equivocadas, que suspiren por administraciones pasadas consideradas «menos piores» que la presente, y a las que criticamos y a veces combatimos por su miopía social, su falta de decisiones y sobre todo, de obras materiales que contribuyeran a modificar la fisonomía urbana de la comunidad y a prestar con eficacia los más elementales servicios públicos llamados primarios.

Es cierto que los vicios y rezagos urbanos que nos heredaron varias administraciones panistas consecutivas son de tal magnitud y envergadura, que, como dice el vulgo, su solución no es «enchílame otra» ni se pueden corregir de la noche a la mañana. Pero por lo menos queda el recurso de gastar el trienio con el ritmo de trabajo y el dinamismo que requieren los rezagos de toda índole y las circunstancias adversas.

El ejemplo de la conducta personal de gobernantes y funcionarios tiene una fuerza extraordinaria para contagiar e infundir optimismo, confianza, esperanza y, sobre todo respeto a la colectividad. Y no es de creerse que un munícipe proclive al madruguete político, y amante de asistir a ceremonias y actos políticos en los que se pierde un tiempo valioso e irrecuperable, constituya un ejemplo para levantar los ánimos de quienes le dimos nuestro voto.

Agarrar el toro por los cuernos del municipio y no soltarlo hasta dominarlo, parece ser el único camino para un buen alcalde o alcaldesa juarense. La desventaja es que no dejaría tiempo para buscar reflectores, escuchar porras, asistir a espectáculos populistas, ni siquiera para asistir a los actos clave de la grilla nacional. Pero es también el único sendero para “sacar al buey de la barranca” y arañara las páginas de la historia.

¿UNA MUJER PARA EL

MUNICIPIO JUARENSE?

Medio siglo ha transcurrido desde que el presidente don Adolfo Ruiz Cortines, en uno de los actos de gobierno más trascendentes de la historia de México, le otorgó el voto a la mujer y todos los derechos y obligaciones políticas que entonces correspondían solamente al hombre.

No obstante el tiempo transcurrido, todavía no hemos evolucionado lo suficiente y alcanzado la plena igualdad de género en materia de derechos y oportunidades para nuestras eternas y sufridas compañeras.

Las pocas ciudadanas  que en el pasado, a gritos y sombrerazos han logrado transitar a lugares de más o menos igualdad, lo han tenido que hacer con grandes sacrificios y a veces, con el uso de su tarjeta “cuerpomática”.

Hoy los tiempos parece que han cambiado a favor de la plena igualdad de género. Tal vez  por ello, en el ambiente político de Chihuahua y particularmente del municipio de Juárez, Chih., surjan y se mencionen de manera espontánea, sin auto-destapes, los primeros nombres de las mujeres como prospectos para la residencia municipal.

Los nombres, por ejemplo, de la legisladora federal Adriana Fuentes, de la senadora Lidia Merodio, de Adriana Terrazas recién electa legisladora estatal y de las hermanas  Alejandra y Guadalupe de la Vega destacadas y dinámicas militantes del poderoso y bien organizado sector privado, estos nombres, decimos, están boca del electorado.

Tal vez el hueco que deje el alcalde juarense Enrique Serrano, se ocupado por primera vez en la historia juarense, por una de estas ciudadanas. Tal vez

NUEVOS HORIZONTES

PARA LOS PERIOISTAS

Ayer sábado los medios nos dieron a conocer con amplitud y objetividad la renovación de la directiva de la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez, viejo y arraigado organismo que agrupa a los comunicadores sociales de la frontera y acoge en sus filas a las nuevas y cada vez más numerosas oleadas de periodistas jóvenes de todos los medios.

Por absoluta mayoría fue electo como presidente, por enésima  vez, el patriarca de la televisión fronteriza y maestro de incontables generaciones de comunicadores de la radio y la televisión, que son las especialidades de don Arnoldo Cabada. Tendrá a su cargo por cierto, seguir depurando y corrigiendo las fallas del gremio y el cuidado de nuestro idioma.

En materia de radiofonía, por ejemplo, frecuentemente se escuchan palabrejas degradantes del idioma español en algunos medios radiofónicos, con programas de lo más corriente que se pueda concebir y que van dirigidos a sectores desprotegidos de la más elemental malicia, ya no digamos cultura.

La presencia de «locutores» sin primaria y posiblemente sin permiso para manejar un micrófono y tener a su disposición un medio tan penetrante como es la radio, debe tener una limitante o pronto vamos a ver la lengua nacional convertida en un verdadero estropajo. La solución pudiera ser la capacitación permanente.

Mucho daño deben hacer esos seudo locutores y locutoras a los verdaderos comunicadores, maestros del micrófono y del manejo del lenguaje de ayer y de hoy, entre los que retengo en la memoria a Héctor Noriega, Héctor Mendoza Zubiate, Carlos Amaya, Arturo Luján, Trinidad Rivas, Mario Legarreta, Armando Cabada, Javier Mendoza, Jesús Meza, Eleazar Lara, Jesús Soltero Lozoya y tantos otros.

Ojalá la APCJ  y las escuelas de comunicación, los gremios a los que están afiliados los locutores y presentadores de programas de radio y televisión, pugnaran por la superación profesional de esos «locutores y locutoras» que desprestigian la radio, al idioma y a los verdaderos profesionales del micrófono.

DOLIDO LLANTO DE LA

“PAELLA VALENCIANA”

Como un doloroso llanto gastronómico, la Paella Valenciana derramó sus lágrimas por la inesperada partida al más allá de Toño Ruiz Caballero ocurrida el lunes pasado.

Maestro en su confección, generoso en su compartición y fanático de su estirpe valenciana, Ruiz Caballero hizo de ese platillo universal su escudo y estandarte para representar con orgullo y gallardía a su patria de origen.

Días antes de su fallecimiento, dedicamos el siguiente epigrama:

De estirpe valenciana/ de Toño Ruiz su Paella/ Deleita cada semana/ Y deja inolvidable huella.

La Paella Valenciana está de luto.

 

 

 

 

Opinión

La semilla. Por Raúl Saucedo

Libertad Dogmática

El 4 de diciembre de 1860 marcó un hito en la historia de México, un parteaguas en la relación entre el Estado Mexicano y la Iglesia. En medio de la de la “Guerra de Reforma», el gobierno liberal de Benito Juárez, refugiado en Veracruz, promulgó la Ley de Libertad de Cultos. Esta ley, piedra angular del Estado laico mexicano, estableció la libertad de conciencia y el derecho de cada individuo a practicar la religión de su elección sin interferencia del gobierno.

En aquel entonces, la Iglesia Católica ejercía un poder absoluto en la vida política y social del país. La Ley de Libertad de Cultos, junto con otras Leyes de Reforma, buscaba romper con ese dominio, arrebatándole privilegios y limitando su influencia en la esfera pública. No se trataba de un ataque a la religión en sí, sino de un esfuerzo por garantizar la libertad individual y la igualdad ante la ley, sin importar las creencias religiosas.
Esta ley pionera sentó las bases para la construcción de un México moderno y plural. Reconoció que la fe es un asunto privado y que el Estado no debe imponer una creencia particular. Se abrió así el camino para la tolerancia religiosa y la convivencia pacífica entre personas de diferentes confesiones.
El camino hacia la plena libertad religiosa en México ha sido largo y sinuoso. A pesar de los avances logrados en el lejano 1860, la Iglesia Católica mantuvo una fuerte influencia en la sociedad mexicana durante gran parte del siglo XX. Las tensiones entre el Estado y la Iglesia persistieron, y la aplicación de la Ley de Libertad de Cultos no siempre fue consistente.
Fue hasta la reforma constitucional de 1992 que se consolidó el Estado laico en México. Se reconoció plenamente la personalidad jurídica de las iglesias, se les otorgó el derecho a poseer bienes y se les permitió participar en la educación, aunque con ciertas restricciones. Estas modificaciones, lejos de debilitar la laicidad, la fortalecieron al establecer un marco legal claro para la relación entre el Estado y las iglesias.
Hoy en día, México es un país diverso en materia religiosa. Si bien la mayoría de la población se identifica como católica, existen importantes minorías que profesan otras religiones, como el protestantismo, el judaísmo, el islam y diversas creencias indígenas. La Ley de Libertad de Cultos, en su versión actual, garantiza el derecho de todos estos grupos a practicar su fe sin temor a la persecución o la discriminación.
No obstante, aún persisten desafíos en la construcción de una sociedad plenamente tolerante en materia religiosa. La discriminación y la intolerancia siguen presentes en algunos sectores de la sociedad, y es necesario seguir trabajando para garantizar que la libertad religiosa sea una realidad para todos los mexicanos.

La Ley de Libertad de Cultos de 1860 fue un paso fundamental en la construcción de un México más justo y libre. A 163 años de su promulgación, su legado sigue vigente y nos recuerda la importancia de defender la libertad de conciencia y la tolerancia religiosa como pilares de una sociedad democrática y plural.
Es importante recordar que la libertad religiosa no es un derecho absoluto. Existen límites establecidos por la ley para proteger los derechos de terceros y el orden público. Por ejemplo, ninguna religión puede promover la violencia, la discriminación o la comisión de delitos.
El deseo de escribir esta columna más allá de conmemorar la fecha, me viene a deseo dado que este último mes del año y sus fechas finales serán el marco de celebraciones espirituales en donde la mayoría de la población tendrá una fecha en particular, pero usted apreciable lector a sabiendas de esta ley en mención, sepa que es libre de conmemorar esa fecha a conciencia espiritual y Libertad Dogmática.

@Raul_Saucedo
rsaucedo@uach.mx

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