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El Covid-19 es una ‘sindemia’ y no una pandemia, dicen los científicos

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La pandemia del coronavirus, que comenzó a tener presencia en el mundo en noviembre del 2019 y con el paso del tiempo los científicos han determinado no solo las vías de contagio y prevención, pero también el comportamiento del virus.Ahora, cercanos al primer aniversario de la pandemia, nuevas opiniones revelan que las acciones tomadas hasta ahora son estrategias limitadas para detener el avance de la enfermedad.

«Todas nuestras intervenciones se han centrado en cortar las vías de transmisión viral, para controlar la propagación del patógeno», de acuerdo a Richard Horton, editor de la revista The Lancet.

El propio Horton explica que el SARS-CoV-2, que provoca el coronavirus, trabaja también en un contexto social; es decir, que las zonas desprotegidas, vulnerables o con un alto índice de pobreza y que no pueden cumplir con los protocolos de sanidad. De esta manera, el editor de la prestigiosa revista explicó que al Covid-19 se le debería considerar como una ‘sindemia’ y no como una ‘pandemia’ como tal.

Esto para comprender la crisis sanitaria por la que se atraviesa en la actualidad alrededor del mundo. En definición, una ‘sindemia’ es la conjunción de dos o más brotes de enfermedades concurrentes en una población con interacciones biológicas. Y que fue definido por primera vez en los años 90 por el antropólogo y médico norteamericano Merrill Singer: «Dos o más enfermedades que interactúan de tal forma que causan un daño mayor que la mera suma de estas dos enfermedades».

De esta manera, el aspecto social y el coronavirus interactúan de tal manera hasta ser lo que se convirtió el día de hoy. Un fenómeno similar al que estudió Singer y su grupo de trabajo con el uso de drogas en los Estados Unidos, bajo el mismo principio de clases sociales.

Singer explicó el fenómeno de enfermedades: «Vemos cómo interactúa con una variedad de condiciones preexistentes (diabetes, cáncer, problemas cardíacos y muchos otros factores) y vemos un índice desproporcionado de resultado adversos en comunidades empobrecidas, de bajos ingresos y minorías étnicas».

Y en cuanto a la interacción biológica, se entiende que el Covid-19 no solo concluirá con tratamiento e investigación médica.»Hay evidencia creciente de que la influenza y el resfriado común son contrasindémico. Es decir: la situación no empeora. Si una persona está infectada con los dos (virus), una (de las enfermedades) no se desarrolla», comentó Singer.
¿Debería existir una nueva estrategia? Singer describió: «Si realmente queremos acabar con esta pandemia cuyos efectos han sido devastadores en la gente, en la salud, en la economía, o con futuras pandemias de enfermedades infecciosas (sida, ébola, SARS, zika y Covid-19). La lección es que tenemos que abordar las condiciones subyacentes que hacen posible una sindemia».

Y por su parte, The Lancet explica: «No importa cuán efectivo sea un tratamiento o cuán protectora una vacuna, la búsqueda de una solución para el Covid-19 puramente biomédica fracasará, a menos que los gobiernos diseñen políticas y programas para revertir disparidades profundas, nuestras sociedades nunca estarán verdaderamente seguras frente al Covid-19».

Fuente: Marca Claro

México

Ganaderos alertan que controles por plaga del gusano barrenador encarecerán la carne

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Ciudad de México.- Productores de ganado advirtieron que las medidas implementadas por el Gobierno tras la declaratoria de emergencia nacional por la presencia del gusano barrenador han derivado en una sobrerregulación que está afectando de manera directa el suministro de carne en el país. De acuerdo con el sector, estas disposiciones ya generan incrementos en costos de operación, complicaciones logísticas y presiones en los precios finales al consumidor.

La Asociación Mexicana de Engordadores de Ganado Bovino informó en un comunicado que reconoce la gravedad de la plaga y mantiene su compromiso con la sanidad animal. Sin embargo, señaló que la multiplicación de retenes federales y estatales, así como los nuevos requisitos derivados de la emergencia, han creado un escenario de sobrecontrol que está frenando el movimiento regular de reses en territorio nacional.

La organización explicó que el ganado movilizado desde entidades del sur hacia los centros de engorda ubicados en el norte enfrenta aumentos significativos en los tiempos de traslado. Detalló que el recorrido, que antes se realizaba en alrededor de 20 horas, ahora puede extenderse hasta 32 horas, además de esperas superiores a 18 horas en puntos de inspección para cumplir los tiempos posteriores a la aplicación obligatoria de antiparasitarios.

A esto se suman retenes estatales adicionales que duplican las inspecciones federales. La asociación advirtió que los retrasos, la repetición de procedimientos y las múltiples maniobras de carga y descarga impactan el bienestar animal y elevan el riesgo de heridas que podrían convertirse en focos de infestación.

El sector ganadero insistió en que la actual dinámica regulatoria está generando efectos inmediatos en la cadena de suministro y reiteró la necesidad de ajustes que permitan mantener el control sanitario sin afectar la operación productiva.

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