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Resto del mundo

El horror volvió a Hiroshima un centro turístico de la paz

Siete décadas después de que las fuerzas armadas estadounidenses arrojaran una bomba atómica en la ciudad japonesa de Hiroshima para poner fin a la Segunda Guerra Mundial, el sitio de la devastación sigue siendo una de las atracciones turísticas más populares del país.

Y parece que va en aumento.

Según los medios de comunicación locales, las visitas de turistas extranjeros al Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima alcanzó una cifra récord de 234,360 visitantes en 2014. La cifra representa un incremento de más del 100% respecto a hace solo tres años.

Los visitantes vienen para admirar los restos quemados que se conservaron, los testimonios dolorosos de los sobrevivientes y las sombras humanas que quedaron visibles permanentemente luego de que la explosión de la bomba atómica causara una destrucción incandescente.

Varios factores contribuyen a que el sitio siga llamando la atención de los viajeros.

Algunas personas dicen que Hiroshima es un ejemplo apasionante, educativo y emotivo del «turismo sombrío», del «turismo del duelo» o del «turismo de campos de batalla», que incluye a los campos de concentración de los nazis en Europa, la prisión de tortura, los campos de fusilamiento de Camboya y los puertos de embarque de esclavos de África Occidental, así como el Parque de la Paz y el Museo de la Bomba Atómica de Nagasaki.

En este último se conmemoran los acontecimientos y la destrucción que causó la segunda bomba atómica en esa ciudad japonesa, tres días después del ataque a Hiroshima.

La mayoría de los turistas en Hiroshima miran atónitos la Cúpula Genbaku de la Bomba Atómica, que se volvió patrimonio de la humanidad de la Unesco en 1996.

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La estructura icónica, diseño de un arquitecto checo en 1915, era el Salón de Promoción Industrial de la ciudad. Cuando Estados Unidos arrojó la bomba, el 6 de agosto de 1945, explotó justo sobre este edificio, pero no lo destruyó totalmente porque la explosión inmediata y el calor se amortiguaron en la zona cero.

35 ‘proyectos de paz’ planeados para 2015

Además del Museo Conmemorativo de la Paz, las autoridades de Hiroshima promueven activamente la identidad pacifista de la ciudad.

El alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, designó 2015 como el momento para «compartir el deseo de paz de Hiroshima» y emprendió 35 proyectos que se completarán en los próximos meses.

Los proyectos, cuyo costo se estima en aproximadamente 107 millones de yenes (unos 13,350 millones de pesos), se centran en la preservación de los recuerdos de los sobrevivientes de la bomba y en mejorar la capacidad de la ciudad para atraer y alojar a los turistas.

Entre ellos están la remodelación del Cenotafio de las Víctimas de la Bomba Atómica que se sitúa en el corazón del Parque Conmemorativo de la Paz de Hiroshima, así como la remodelación de la Casa de Descanso, uno de los pocos edificios que sobrevivió a la explosión y que actualmente es un centro de información turística.

La remodelación del interior servirá para alojar y atender a más personas. La ciudad también ha recurrido a la tecnología para facilitar la navegación.

En honor al 70 aniversario de este año, el alcalde destinó recursos para crear y consolidar aplicaciones para smartphones que brinden información sobre el turismo de la paz.

Aunque no hubiera proyectos nuevos, Hiroshima es uno de los destinos más populares de Japón. Unos 363,000 turistas visitaron la ciudad de Hiroshima en 2012, según las estadísticas más recientes disponibles.

Los estadounidenses son el grupo más numeroso, seguidos por los australianos y los chinos, según la prefectura municipal. Incontables japoneses también la visitan.

«El nombre Hiroshima ha sido famoso entre los turistas extranjeros por su historia; recientemente, la publicidad de boca en boca de los visitantes le agrega realismo», dijo Taeko Abe, representante de la Oficina de Convenciones y Turismo de Hiroshima, en 2014. «En años recientes, la información de boca en boca en internet también ha influido poderosamente».

«Por ejemplo: el Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima estuvo en el primer lugar de la clasificación de ‘los sitios turísticos más populares en Japón para los turistas extranjeros’ en el sitio web de viajes TripAdvisor durante dos años consecutivos», señaló.

TripAdvisor actualmente considera que Hiroshima es el segundo atractivo más importante del país después de la isla Miyajima, también situada en la prefectura de Hiroshima.

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Exposiciones de pesadilla

Un bombardero estadounidense B-29 dejó caer la bomba sobre Hiroshima.

La explosión borró casi todo lo que había a 10 kilómetros a la redonda de la zona centro y mató a entre 60,000 y 80,000 personas. El envenenamiento por radiación tarde o temprano hizo enfermar a otros, lo que causó que la cifra total de muertos ascendiera a 135,000 personas.

Situado al otro lado del río Motoyasu, que fluye justo frente a la Cúpula de la Bomba Atómica, el Museo Conmemorativo de la Paz presenta exposiciones provocadoras, entre ellas un triciclo achicharrado y fundido que un niño de cuatro años montaba cuando la explosión lo mató.

Las fotos, las películas documentales, los dibujos tormentos de los sobrevivientes, las explicaciones científicas de la explosión y otros artefactos como vidrios derretidos y ropas calcinadas, dan una idea de lo inimaginable.

«El ayuntamiento de Hiroshima fundó este museo para mostrar al mundo la realidad del ataque atómico, para contribuir con la abolición total de las armas nucleares y para lograr la paz mundial duradera», dijo Kenji Shiga, director del museo, a CNN.

La creciente popularidad del museo entre los turistas se debe en parte a «la debilidad del yen y a las diferentes actividades de promoción turística que han llevado a cabo los gobiernos nacional y local», dijo Shiga a CNN en 2014.

«También creemos que la excelente reputación de TripAdvisor, que atrae a muchos visitantes extranjeros, es una de las principales razones» por las que llegan más turistas cada año, señaló.

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Un mensaje de esperanza 

«La ciudad de Hiroshima ha logrado una recuperación sobresaliente» desde que se dejó caer la bomba atómica, dijo Abe, del Centro de Convenciones y Turismo de Hiroshima.

«Los visitantes cuentan que sienten el mensaje más poderoso, el de esperanza, y que aprecian nuevamente la importancia de la paz», dijo.

«La impresión que los visitantes se llevan de Hiroshima parece que recibe la influencia de haber tenido la oportunidad de conocer y comunicarse con la gente local», señaló Abe.

Peter Kuznick, director del Instituto de Estudios Nucleares de la American University, ha llevado a sus estudiantes a Hiroshima desde hace más de dos décadas.

«Es muy poderoso estar allá en este momento, particularmente cuando lo has estudiado tanto. Es diferente a tan solo leer al respecto o aprender sobre eso», dijo.

Cuando trabajaba con su colega Koko Tanimoto Kondo, sobreviviente de la bomba atómica, Kuznick empezó a reunir a estudiantes japoneses y estadounidenses cada verano para hacer un viaje a Hiroshima y Nagasaki.

«Mi objetivo desde hace más de 20 años ha sido educar a los estudiantes sobre la historia nuclear y este viaje me parecía la oportunidad perfecta para hacerlo, tanto en el sentido intelectual como vivencial», explicó Kuznick.

Para Keni Sabbath, nieta de un sobreviviente de Hiroshima, visitar la ciudad y el Museo Conmemorativo de la Paz le ayudó a identificarse con la historia de su familia.

«Cuando entré [al museo], una de las primeras cosas que vi fueron las figuras de niños, de una madre que cargaba a su bebé», contó a CNN. «Estas figuras de cera estaban cubiertas con piel derretida y en el fondo se veía una foto real del panorama, de la destrucción; era como algo salido de una película de horror. Pensé que esta es una ciudad pacífica y una vez fue el infierno».

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El testimonio de los sobrevivientes 

Muchos de los visitantes dicen que el testimonio de los sobrevivientes (a los que se conoce como hibakusha) ayudó a humanizar la historia. Los hibakusha han sido factores relevantes de la identidad pacifista de Hiroshima desde el incidente y parte importante del Museo Conmemorativo de la Paz (que puede verse en la foto de arriba).

«Los hibakusha tomaron su furia y su sufrimiento y en vez de amargarse, encabezaron la lucha por la abolición de las armas nucleares y la oposición a la guerra», dijo Kuznick. «Se comprometieron a transformar a Hiroshima en una ciudad que sería testigo de la necesidad de eliminar las armas nucleares».

Aunque la cantidad de hibakusha está disminuyendo, la ciudad ha emprendido esfuerzos concertados para documentar sus relatos por escrito y en video.

«Japón es el único lugar en el que hay un ejemplo realmente vívido de lo que significa una era nuclear», dijo Bruce Blair, presidente de Global Zero, una organización internacional dedicada a la eliminación de las armas nucleares. Blair dijo que la resonancia emocional de los relatos de los sobrevivientes puede impulsar a la gente a interesarse más activamente en los temas nucleares.

Este artículo se publicó originalmente en agosto de 2014 y se actualizó en agosto de 2015.

Museo Conmemorativo de la Paz de Hiroshima. 1-2 Nakajimacho, Naka-ku, Hiroshima 730-0811, prefectura de Hiroshima.

Richard S. Ehrlich es escritor independiente y vive en San Francisco. Ha reportado para medios de comunicación internacionales desde Asia desde 1978, ha trabajado en Hong Kong, Nueva Delhi y Bangkok. Jane Darby Menton fue asistente de producción de CNN y ganó la beca Rhodes para hacer una maestría en Estudios del Medio Oriente Moderno en la Universidad de Oxford.

Resto del mundo

Colapsa el Louvre por huelga: trabajadores paralizan el museo más visitado del mundo por turismo excesivo y abandono oficial

El Louvre, emblema cultural de Francia y cuna de obras maestras universales como la Mona Lisa y la Venus de Milo, cerró abruptamente sus puertas este lunes debido a una huelga espontánea de su propio personal, que denuncia una crisis estructural alimentada por el turismo masivo, el abandono estatal y condiciones laborales insostenibles.

Miles de turistas —algunos con boletos en mano desde hace meses— quedaron varados frente a la icónica pirámide de cristal, sin explicaciones claras, formados bajo el sol parisino. La imagen fue impactante: el museo más famoso del planeta, paralizado por los mismos trabajadores encargados de proteger y compartir su patrimonio con el mundo.

«Es el gemido de la Mona Lisa aquí afuera», dijo con ironía Kevin Ward, un visitante estadounidense. «Miles esperando, sin comunicación. Supongo que hasta ella necesita un descanso».

El paro surgió sin aviso, en medio de una reunión rutinaria entre trabajadores de galería, seguridad y venta de boletos, quienes decidieron no tomar sus puestos como forma de protesta ante lo que definen como una situación “inaguantable”. Denuncian afluencias desbordadas, plantillas insuficientes y un desgaste físico y emocional permanente.

A pesar de que el presidente Emmanuel Macron anunció en enero un ambicioso plan de renovación por hasta 800 millones de euros, el personal del Louvre afirma que los problemas son actuales y urgentes. “No podemos esperar seis años para tener ayuda”, afirmó Sarah Sefian, una de las trabajadoras en huelga. “No se trata solo del arte, se trata de las personas que lo cuidan”.

El museo recibió 8.7 millones de visitantes el año pasado, más del doble de lo que su infraestructura puede tolerar. La sala donde se exhibe la Mona Lisa recibe a diario unas 20,000 personas, muchas de ellas empujadas a tomar una selfie rápida sin siquiera mirar las otras obras maestras que la rodean. “No ves un cuadro, ves celulares y empujones”, lamentó una turista coreana.

El proyecto anunciado por Macron —bautizado como «Nuevo Renacimiento del Louvre»— contempla una nueva entrada por el río Sena, una sala dedicada exclusivamente a la Mona Lisa y boletos con horario asignado. Sin embargo, los trabajadores critican que, mientras se planean reformas para dentro de una década, las subvenciones operativas del museo se han reducido más de 20% en diez años.

“No nos parece bien que el presidente venga a dar discursos aquí, mientras por dentro el museo se está cayendo”, dijo Sefian.

En una nota interna filtrada, la presidenta del Louvre, Laurence des Cars, reconoció que el edificio ya no es completamente hermético, que las fluctuaciones de temperatura amenazan las obras y que los servicios básicos para visitantes —como baños, áreas de descanso y señalización— no cumplen estándares internacionales.

La crisis del Louvre coincide con protestas contra el turismo descontrolado en toda Europa. Este fin de semana hubo manifestaciones en Mallorca, Lisboa y Venecia, donde miles de residentes salieron a las calles a denunciar el impacto del turismo sobre la vida cotidiana. En Barcelona, incluso, activistas usaron pistolas de agua contra los visitantes.

A pesar de la huelga, algunos trabajadores del Louvre podrían permitir el acceso limitado a una “ruta de obras maestras” este mismo lunes. El museo cerrará el martes, como es habitual, y se espera que el miércoles se reanuden las operaciones con normalidad, aunque todo dependerá de los avances en las negociaciones.

Por ahora, el Louvre, símbolo del arte y la historia humana, se ha convertido también en un símbolo del colapso de un modelo turístico que, sin límites ni responsabilidad institucional, amenaza con rebasar incluso los cimientos de la cultura más sagrada.

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