Ante toda nuestra duda e inclinación a volver a Egipto (la esclavitud de donde Dios te ha sacado), Dios se muestra a nosotros como el Dios del presente, el Dios que camina con nosotros día a día, dándonos todo lo que necesitamos para enfrentar el aquí y el ahora. Acuérdate de el Dios del Maná, ¡Él es suficiente!