México publicó un manual para regular el uso de la fuerza en situaciones de riesgo por parte de las instituciones armadas, «observando siempre un irrestricto respeto a los derechos humanos». Está destinado al personal del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada.
El documento privilegia la disuasión y la persuasión como mecanismos para conducirse en las actividades de apoyo a las autoridades civiles, y establece la legitimidad del uso de la fuerza «bajo los principios de oportunidad, proporcionalidad, racionalidad y legalidad».
«Debe recordarse en todo momento que el uso de la fuerza por parte de quien la ejerce o la ordena es una decisión que debe tomarse de manera razonada», señala el texto.
De acuerdo con el instructivo, «cuando sea necesaria la aplicación de la fuerza para el cumplimiento de las funciones que se encuentra desarrollando el personal de las fuerzas armadas, debe usarse siempre el nivel de intensidad que logre el objetivo, acorde a las disposiciones legales vigentes para el caso».
Además, indica que se debe evitar el uso de técnicas de defensa personal que restrinjan la respiración o la irrigación de sangre al cerebro para controlar a una persona, salvo en casos en que, de no hacerlo, sea evidente que los miembros de las fuerzas armadas o terceros se verán gravemente afectados y no hay otra forma de evitarlo.
Señala entre las acciones que constituyen un uso indebido de la fuerza, menciona disparar a través de ventanas, puertas, paredes y otros obstáculos y hacia un objetivo que no esté plenamente identificado, o cuando exista un riesgo inminente para terceros.
También se incluyen «homicidios, detenciones arbitrarias, incomunicación, cateos y visitas domiciliarias ilegales, tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes, violencia sexual y desapariciones forzadas, entre otros».
El manual dispone que en las operaciones que realicen las Fuerzas Armadas, en particular aquellas en que haya posibilidad de emplear la violencia, los agentes cuenten con cámara de video, fotográfica o instrumentos de grabación de sonido, para estar en condiciones de aportar medios de prueba fehacientes sobre su actuación.
Finalmente, estipula que el uso indebido de la fuerza genera responsabilidad penal y administrativa para el personal de las fuerzas armadas en lo individual o bien, incluso «para el Estado mexicano en el ámbito internacional».
InfoBAE
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