Conecta con nosotros

Resto del mundo

El país donde están prohibidos los indigentes

BUDAPEST, 28 de abril.- Una polémica ley húngara estrecha el cerco legal a los 30 mil «sin techo» del país, que pueden ser condenados a seis meses de cárcel por vivir en la calle.

La normativa, que entró en vigor hace dos semanas y ha recibido criticas de organizaciones de defensa de los derechos humanos húngaras e internacionales, les obliga a mudarse a alguno de los centros de acogida, aunque en ellos no hay plazas para todos.

La ley prevé para los que sigan en la calle penas crecientes: tras una primera advertencia, si reinciden, se les impone una multa de 500 euros, en caso de no disponer de ellos, deberán pasar seis meses en prisión.

Pese a la amenaza, un grupo de tres vagabundos en una de las calles de Budapest cercanas a un centro comercial, no parece por ahora estar preocupado: «los policías nos piden que nos vayamos, pero buscamos algún lugar en las afueras y allí no nos encuentran», dice uno, y agrega que él nunca acudiría a los centros, ya que allí solo hay «mal olor, robos y desorden».

La ley prevé que las sanciones sólo se podrían aplicarán en aquellas localidades que aseguren alojamiento a las personas afectadas, algo que no cumple ninguna ciudad del país.

Condena internacional

El rechazo de la legislación, una de las más restrictivas en Europa, ha sido rotundo y organizaciones civiles húngaras como la Unión para las Libertades Fundamentales (TASZ) o la internacional Human Rights Watch (HRW) han pedido anular la ley.

Esta legislación significa un «grave problema» desde el punto de vista de los derechos humanos, aseguró HRW, mientras que según TASZ, viola la idea del trato igualitario de las personas.

Stefania Kapronczay, directora de programas de la TASZ explica que la legislación es anticonstitucional, la define como «sin lógica ni sentido» y resalta la falta de programas sociales de vivienda y trabajo, recordando que el defensor del pueblo ha llevado el caso al Tribunal Constitucional para su revisión.

Esta ley nacional completa un proceso de sanciones que ha ido expandiéndose. Primero fue una ley municipal en Budapest que prohibía vivir en los pasajes subterráneos de Budapest y después se les impusieron multas en varios distritos de la cuidad.

Un sin techo que se presentó como «Maci Laci» (una figura de dibujos animados), en un centro de acogida del barrio Óbuda, afirmó sobre esta presión creciente: «¿por qué no tiramos todos los vagabundos al Danubio? ¡Eso sería una solución al problema!».

En los primeros meses de este año más de 270 personas fueron arrestadas en Budapest por la aplicación de la ley municipal, aunque casi todos los casos han concluido con una «advertencia».

«Hasta el momento no tenemos informaciones de que algún sin techo haya sido multado (por la normativa nacional), pero la ley significa una tremenda amenaza», explicó Attila Takács, también sin techo y activista de la ONG «A Város Mindenkié» (La ciudad es de todos).

Según Takács, que trabaja y vive en la redacción de una radio alternativa de Budapest, las autoridades realizan «campañas» en determinados periodos, pero su experiencia es que el comportamiento de los policías es ambiguo.

«La mayoría de los policías están hartos» de tener que participar en estas acciones y sólo piden a los vagabundos que abandonen la calle, aunque «cuando tienen esa orden» les arrestan, relató.

Crisis dificulta reinserción social

Muchos vagabundos opinan que la única solución para su situación es encontrar un trabajo, pero pese a que las organizaciones civiles y varios centros de acogida les ayuda en la búsqueda, resulta cada vez más difícil debido a la crisis.

«Yo trabajé durante un año, viviendo en una carpa y me bañaba todos los días en el Danubio», explica Zsuzsa, de unos 60 años, que ahora vive en un centro de acogida, pero sin trabajo, aunque su sueño es poder mudarse a un inmueble social, donde no tenga que compartir habitación.

Los centros de acogida del país varían desde salas para más de 100 personas, hasta los albergues con habitaciones con dos camas, baños, conexión a internet y cocina, aunque estos últimos son muy escasos.

Un nuevo aspecto de los últimos meses es que «aparecieron en la calle también los gitanos sin techo», agrega Takács sorprendido, ya que según explica «los lazos familiares entre los romanís son muy fuertes, se ayudan» y aunque su número sigue siendo reducido, esto indica que la crisis se está agravando.

jrr

Clic para comentar

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply

Deportes

Más de 50 mil policías cuidan París para la inauguración de los Juegos Olímpicos

Más de 50.000 policías, gendarmes y militares constituyen esta tarde el mayor dispositivo de fuerzas del orden que se ha desplegado en París, con ocasión de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos que ha trastocado totalmente el transporte y el funcionamiento habitual de la ciudad.

«Es sin duda el mayor dispositivo policial que alguien ha podido poner en marcha», ha destacado esta tarde el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, en declaraciones a la prensa mientras hacía una visita a los agentes desplegados sobre el terreno acompañado del prefecto de policía de París, Laurent Núñez.

Darmanin ha recordado que se espera que «casi 400.000 personas» presencien la ceremonia en el tramo de seis kilómetros del río Sena por el que bajarán los barcos con los deportistas participantes en los Juegos, y que se encuentra en un espacio acordonado.

Allí también van a estar, en una tribuna en el Trocadero, cerca de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno que han sido recibidos en el Palacio del Elíseo por el presidente francés, Emmanuel Macron, que hace de maestro de ceremonias.

El titular de Interior ha asegurado que se han encontrado soluciones para los deportistas o árbitros que debían llegar a París en tren y que se han visto afectados por los sabotajes coordinados que ha sufrido esta pasada madrugada la red de alta velocidad francesa, y que ha perturbado tres de sus cuatro grandes corredores.

La Fiscalía de París dirige las investigaciones sobre esos sabotajes y la coordinación se ha encargado a la Subdirección Antiterrorista de la Policía (SDAT).

Darmanin ha subrayado que esos ataques están afectando más a los que se iban de vacaciones que a quienes iban a asistir a la ceremonia de inauguración de los Juegos.

El ministro, que no ha querido especular sobre la autoría de esos actos, ha señalado: «Estamos evidentemente concentrados para ver si podemos detener rápidamente a esos autores».

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto