La mitad de las empresas mexicanas son afectadas por chismes o rumores entre sus empleados. Se trata de un fenómeno que reduce la productividad de hasta ocho de cada 10 personas.
Incluso provoca la aparición de enfermedades gastrointestinales, tristeza, desaliento y negativa a trabajar en equipo, síntomas que pueden llegar al despido de los afectados, reveló un estudio de la consultoría Crecimiento Sustentable.
El documento, titulado Emociones y trabajo, arrojó que el fenómeno –también conocido como radiopasillo– es la primera causa de desmotivación laboral, incluso por arriba de los bajos salarios y falta de reconocimiento.
Alfonso Del Valle, director de dicha consultoría, explicó que los rumores se desatan cuando las empresas no tienen bien definidos sus objetivos, sistemas de producción, métodos de comunicación y empleo del tiempo libre.
“Es un fenómeno considerado normal entre las compañías, pero cuando se sale de control se convierte en conflictos que merman la productividad. Basta que 20% de la plantilla laboral se involucre para que 80% de los empleados sean afectados”, dijo.
El especialista refirió que 60% de las víctimas son hombres y, aunque sólo 40% son mujeres, ellas suelen ser las principales promotoras de los rumores que afectan a las empresas.
Ellos, apuntó, promueven versiones sobre aspectos laborales: ineptitud, irresponsabilidad o errores, mientras que ellas critican puntos personales: mala madre, fracaso conyugal y falta de atractivo físico.
Los síntomas
La rumorología y los chismes provocan a sus víctimas:
• Enfermedades: gastritis, colitis, estrés o tristeza y, en casos graves, problemas de hipertensión o ansiedad.
• Enojo, castigos laborales injustificados y aislamiento, lo cual impide el trabajo en equipo y obstaculiza los proyectos de la empresa.
• Despidos, pérdida de creatividad y talento entre los grupos de trabajo.
Qué puedo hacer
Para contener los daños de dicho fenómeno los expertos recomiendan:
1. Mejorar los sistemas de comunicación de la empresa: de directivos a trabajadores y entre compañeros.
2. Emplear la “confrontación diplomática”, es decir, enfrentar personalmente al agresor sin involucrar a todo el equipo o buscar su aprobación para actuar.
3. Capacitar a los jefes de área para manejar las relaciones interpersonales en sus equipos, promoviendo el trabajo conjunto y la interacción.
4. Promover esquemas de comunicación asertiva. Ello implica respetar y expresar aquello que necesitas, sientes y piensas, pero sin pasividad o agresión a otras formas de pensar y actuar.
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