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México

El PIB de México creció 19.6% en el segundo trimestre de 2021: es menos de lo esperado

La economía de México creció 19.6% a tasa interanual en el segundo trimestre del año, según cifras preliminares difundidas este viernes por el instituto de estadística, INEGI.

La segunda economía más grande de América Latina registró una caída de 18.7% en el mismo periodo de 2020 por el impacto de la pandemia del coronavirus y por una recuperación de su principal socio comercial, Estados Unidos.

El Producto Interno Bruto (PIB) mexicano mostró una expansión de un 1.5% a tasa trimestral, según cifras desestacionalizadas preliminares, por debajo del 1.7% esperado en un sondeo de Reuters, pero por arriba del repunte del 0.8% del trimestre previo.

El INEGI detalló que el sector industrial, que representa un 30% de la actividad económica, creció 28,2% en el segundo trimestre. Por su parte, el vasto sector servicios, que representa el 60% del PIB, subió 17% y las actividades primarias crecieron 6,8%.

(Foto: Twitter/@INEGI_INFORMA)(Foto: Twitter/@INEGI_INFORMA)

Frente al trimestre previo, las actividades primarias de la economía tuvieron una expansión de un 0.6%, mientras que las secundarias, compuestas principalmente por la manufactura de exportación, aumentaron en un 0.4%. Los servicios, en tanto, crecieron un 2.1%, detalló el INEGI.

La actividad económica en el país se ha venido beneficiando desde que la capital, Ciudad de México, y otros estados comenzaron a suavizar las restricciones para hacer frente al avance de la pandemia, aunque en las últimas semanas el país ha registrado un repunte de contagios.

Por otra parte, un alza en las exportaciones de México a Estados Unidos, con quien comparte una frontera de más de 3,000 kilómetros, también beneficiaron al país latinoamericano, pues prácticamente se duplicaron en abril y mayo a tasa interanual, aunque perdieron dinamismo en junio, según datos del INEGI.

Frente al mismo lapso del año previo, la segunda mayor economía de América Latina se disparó un 19.7%, ligeramente menor al 19.8% que esperaban los analistas, impulsado principalmente, por una baja base de comparación en el mismo lapso del año pasado.

“Después de ocho trimestres consecutivos con una tasa anual de crecimiento negativo, el Producto Interno Bruto finalmente en el 2021-T2 registró una tasa positiva; su valor relativamente elevado resulta de la comparación con el colapso de 2020-T2”, explicó Julio Santaella, jefe del INEGI, en su cuenta de Twitter.

(Foto: EP)(Foto: EP)

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador evitó rebajar la carga impositiva y en su lugar apostó por la entrega de microcréditos, programas sociales y por sus proyectos emblema de infraestructura como la construcción de una refinería en Tabasco, en el sur del país.

Tanto el autónomo banco central como el gobierno esperan que la economía tenga un rebote de entre 6 y 6,5% en todo 2021.

A inicios de junio, el Banco de México dijo en un reporte que entre los principales riesgos que enfrenta la recuperación de la economía están retrasos en la producción o aplicación de vacunas contra el covid-19 y cuellos de botella en las cadenas globales de suministro que afecten a sectores clave de la manufactura como el automotriz.

El INEGI dará a conocer la cifra definitiva de crecimiento del segundo trimestre el próximo 25 de agosto.

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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