No pasaron ni cuarenta y ocho horas luego de la detención de Elba Esther Gordillo, cuando el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, gobernadores y aliados políticos ya la habían abandonado y reemplazado, sin decir pío. Resultó que esa fiera de rostro atigrado no era más que un tigre de papel, encumbrada por un sindicato apático y convenenciero.
Ni siquiera su partido, Nueva Alianza, hizo el más tibio intento por defenderla. En Chihuahua César Tapia se limitó a hacer copiar-pegar de un escueto boletín en el que el Panal se deslinda de ella y señala que “confía en la justicia mexicana”.
De sobra es sabido que Nueva Alianza es un partido que en su nombre lleva su penitencia. Cada semana es capaz de entablar una “nueva alianza”, pues la moral de sus dirigentes parece ir en zig-zag: un día apoya a un partido y al otro trata de despedazarlo sin mostrar visos de ningún tipo de ideología o un mínimo interés por algo que no sea el poder mismo. Ahora se ha forjado una “nueva alianza”, pero contra su fundadora. Cría cuervos y se llamarán César Tapia…
Los medios internacionales destacaron, ante todo, que la detención se diera apenas un día después de la publicación de la reforma educativa a la que Gordillo había jurado combatir. El presidente Enrique Peña y su equipo no le dieron ni oportunidad, pues no solo fue perfecta la detención, sino también las acciones subsecuentes. El linchamiento mediático ha sido atroz sin que el Estado pueda ser acusado directamente de nada más que ejercer la Ley mientras “se filtraron” fotos de la ex líder sindical en aspectos que hubieran avergonzado al más descarado capo.
Encima le negaron el amparo, le catearon sus propiedades y posiblemente le apliquen la Ley de Extinción de Dominio, algo que quizá no le impida beber su agua Fiji de 50 pesos el medio litro, como hizo durante su audiencia, pero sí que le impedirá ir de compras a Neiman Marcus, tienda de donde curiosamente es clienta asidua “La Gaviota”.
Elba no alcanzó a comprender a tiempo que era una presa fácil y además muy útil como trofeo, pues con su “cabeza” el presidente Peña dio una sacudida a todos los poderes fácticos, ya que la aprehensión se dio días antes de que se presente la nueva Ley de Telecomunicaciones que pretende debilitar a los monopolios televisivos y telefónicos, la reforma energética que busca abrir Petróleos Mexicanos a la inversión privada, así como la reforma hacendaria que aplicará el IVA a alimentos y medicinas. Levante la mano el que se oponga.
En los estados, los dirigentes sindicales y figuras políticas cercanas a “La Maestra” como Ricardo Yáñez están temblando. Los líderes locales René Frías y Alejandro Villarreal se irán pronto, pero seguramente habrá numerosos cambios destinados a dotar al nuevo dirigente nacional, Juan Díaz, de un verdadero liderazgo. Le conviene a todos, menos a los elbistas.
El gobernador César Duarte destacó la “madurez” de los maestros ante la sacudida en el magisterio y le tendió la mano al nuevo dirigente. Mientras, Ramón Álvarez, dirigente del Panal en Chihuahua, se atejonó en lo más profundo de sepa Dios dónde, para eludir cualquier cuestionamiento.
Una posición que ya no tendrá el SNTE es la delegación del ISSSTE, pues de haber sido uno de los botines del magisterio pasó a manos de Jorge Esteban Sandoval, un reyista puro y duro que asumió el cargo este jueves.
En el IMSS es donde no tienen para cuando. Aunque ha sonado mucho Cristián Rodallegas para el puesto, él sigue trabajando para la Conferencia Nacional de Gobernadores, y a pesar del ruido, asegura que no le han dicho nada, ¿será?.
Otro tema ruidoso es el traslado del mausoleo de Francisco Villa desde su ubicación actual en el Parque Revolución, hasta la Plaza Mayor, donde quiere colocarla el gobernador. Como de costumbre, grupos de activistas han servido de escaparate a algunos oportunistas que, ahora sí, se rasgan las vestiduras por este monumento que anteriormente ni pelaban.
Duarte tiene fama de autoritario, pero se ha abierto a negociar y ya hasta planteó la probabilidad de instalar una réplica y así todos contentos. Lo cierto es que el mandatario ya logró el que quizá era su principal fin: llamar la atención sobre este valiosísimo monumento que hasta hace unas semanas nadie hacía en el mundo y polemizar sobre él para crear conciencia del gran tesoro que, por décadas, ha servido de letrina, motel y picadero.
Otras obras que también causarán polémica serán las 180 que entregará el alcalde Marco Adán Quezada hasta el fin de su gestión, pues destacó que no cesarán sus actividades durante el proceso electoral, solo la difusión. Quezada está decidido a irse por la puerta grande, ¿tendrá alguna aspiración para el futuro? La respuesta es obvia.
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