Durante casi 500 metros de la carretera Aguililla-Apatzingán había cascajos de alto calibre. Según las primeras investigaciones, durante al menos medio kilómetro los pistoleros dispararon desde vehículos en movimiento y desde ambos costados de la carretera.
La emboscada liderada por 30 sicarios en cinco vehículos blindados, que dejó el saldo de 13 policías muertos, fue justo al salir de El Aguaje. En una recta muy prolongada. Hasta ahora se sabe que presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) utilizaron rifles calibre .223 y 7.62. Una de las patrullas presenta orificios que hacen suponer el uso de Barret, un fusil antiaéreo.
El ataque ocurrió muy cerca de la cabecera municipal; los autores viajaban en camionetas blindadas, reportaron, a través de mensajes audio grabados, algunos policías sobrevivientes.
A 500 metros de donde inició el ataque, dos camionetas oficiales fueron incendiadas. El fuego alcanzó al menos a tres policías; uno de los oficiales quedó totalmente calcinado. Sus restos estaban frente a la patrulla.
Tras la emboscada contra elementos de la Policía Michoacán, en El Aguaje, poblado emblemático de la Tierra Caliente Michoacana, prácticamente todos sus habitantes se encerraron en sus casas.
Solados y policías buscan a los agresores por tierra y aire. En la carretera Aguililla-Apatzingán también escaseó el tránsito vehicular; la presencia de patrullas militares y policiales era muy evidente; todos preparados para reaccionar a la menor señal de peligro o cuando no distinguen entre un reportero que documenta el operativo y un eventual nuevo ataque.
Entre los agentes de la policía estatal hay mucho coraje por lo ocurrido a sus compañeros. No descartan que la emboscada esté relacionada con capturas contra el CJNG o municipales los hubieran “puesto”.
Excelsior