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México

En el olvido, cumple el expresidente Luis Echeverría cumple 100 años de edad

Este lunes 17 de enero, Luis Echeverría Álvarez, el único expresidente mexicano que ha sido llevado ante la justicia por los delitos de lesa humanidad y genocidio, cargos que le fueron retirados por falta de pruebas, cumple 100 años de edad. Actor clave de las matanzas del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, durante su sexenio se llevó a cabo una persecución y represión sistemática de los opositores del sistema, un pasaje obscuro conocido como la “guerra sucia”; desde que dejó el poder ha vivido alejado de los reflectores, confinado, repudiado por la sociedad y por su propia familia en una fortaleza de la soledad.

Hasta el 2018, cuando entró en vigor la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, a Luis Echeverría se le pagaron casi 80 millones de pesos por concepto de pensión presidencial en tres décadas; estas prestaciones significaron para el país un gasto estimado de 44.4 millones de pesos al año. El 31 de marzo de 1987 por acuerdo de Miguel de la Madrid Hurtado se estableció que los expresidentes disfrutarían de una pensión equivalente al sueldo total correspondiente a los servidores públicos que ocupan el cargo de secretario de Estado.

«Me parece que podemos esperar una relación de trabajo extremadamente feliz con Echeverría», indicó en octubre de 1969 el entonces embajador estadunidense en México, Robert McBride, en un telegrama enviado al Departamento de Estado, cuando se conoció la nominación del secretario de Gobernación como candidato presidencial del PRI.

Durante ese periodo Winston Scott Mackinley, jefe de la estación de la Agencia Central de Investigación (CIA, por sus siglas en inglés) en México de 1956 a 1969, reclutó como sus informantes bajo el nombre clave de Litempo, a los expresidentes Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría.En 2017, el gobierno Donald Trump desclasificó 2 mil 891 documentos sobre el magnicidio del presidente estadunidense John F. Kennedy en 1963. Uno de esos papeles confirmó que el priista era un informante de la CIA. El 23 de noviembre, un día después del asesinato ocurrido en Dallas, la estación de la agencia envió un cable a Echeverría, entonces encargado del despacho de la Secretaría de Gobernación para que se detuviera a Sylvia Tirado Bazán de Durán, una mujer que trabajó como secretaria del embajador de Cuba en nuestro país y que en septiembre de ese año había conocido a Lee Harvey Oswald a quien el gobierno estadunidense califica como el único autor del atentado presidencial. El documento 180-10142-10133 de la CIA revela que el subdirector de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), Fernando Gutiérrez Barrios la interrogó y permaneció incomunicada hasta que contó todo lo que sabía de Oswald, quien había visitado la Ciudad de México.

Tlatelolco
No hay ningún responsable en la cárcel por la masacre del 2 de octubre de 1968, donde oficialmente murieron una veintena de personas. Las organizaciones civiles dicen que fueron 200 o 350 los fallecidos, pero la cifra real es desconocida. Al rendir su informe presidencial, el presidente Gustavo Díaz Ordaz dijo que asumía “íntegramente la responsabilidad: personal, ética, social, jurídica, política e histórica, por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado”, exonerando así al entonces secretario de Gobernación, Luis Echeverría para poder sucederlo en el cargo.

Luis M. Farías, quien era líder de la Cámara de Diputados en ese año, declaró a Proceso en 1993 que «la mano dura en los hechos de Tlatelolco salió de la Secretaría de Gobernación» y que Luis Echeverría «aisló al presidente Díaz Ordaz y le tamizó la información sobre el movimiento estudiantil, para calentarle la cabeza y empujarlo a una solución violenta».

Como titular de la Segob, Echeverría fue responsable de la DFS, la policía política del régimen priista, encargada del seguimiento a los líderes del movimiento y aunque Díaz Ordaz asumió la responsabilidad de la represión, los estudiantes siempre señalaron a Echeverría como una de las cabezas detrás de la matanza. Lo mismo hizo, en 2002, la fiscalía encargada de investigar los delitos cometidos por el régimen priista, que lo procesó por genocidio y por el que tuvo prisión domiciliaria en 2009, a los 87 años.

De acuerdo con su carta de renuncia, dada a conocer por el fundador de Proceso, el periodista Julio Scherer García, en su libro Los patriotas. De Tlatelolco a la guerra sucia, Echeverría hizo suyas las acciones y decisiones de Díaz Ordaz.

“Hoy expreso a usted, como ciudadano mexicano, mi solidaridad sin reservas hacia todos los actos de su Gobierno y mi sincera admiración por la obra moral, cultural y material que ha desarrollado, en estos cinco años, para bien del país”, escribió Echeverría el 10 de noviembre de 1969.

El Halconazo
«La matanza del Jueves de Corpus fue preparada por Luis Echeverría para matar dos pájaros de un tiro: escarmentó a quienes, decía él, querían provocar a su gobierno al inicio de su mandato, y se deshizo de mí. Yo tenía pasado, fuerza política. Le hacía sombra», declaró a Proceso Alfonso Martínez Domínguez, jefe del Departamento del Distrito Federal (DDF). El 10 de junio de 1971 alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) protestaron en apoyo a la huelga que se había conjurado en la Universidad de Nuevo León, la marcha se realizó en las inmediaciones del Casco de Santo Tomás, cuando un grupo paramilitar conocido como “los halcones” atacó al contingente, provocando la muerte de 120 personas.

Martínez Domínguez aseguró que ese día, Echeverría le dijo: «Quieren a mi gobierno, pero los vamos a escarmentar; la izquierda me está toreando, quieren que muestre debilidad y entonces se me subirán a las barbas. Los meteremos al orden”. Años más tarde, el exregente afirmaría que en esa época todas las Fuerzas Armadas estaban bajo las órdenes de la Presidencia de la República”.

Proceso (edición 1770) documentó como en el libro Conversaciones en San Jerónimo, basado en una serie de entrevistas hechas por el periodista Salvador del Río, Luis Echeverría alegó su inocencia en torno a la matanza perpetrada por “los Halcones”. “Yo puedo precisar ahora, después de haber visto las fotografías, y con la reflexión natural y hablando con muchas personas que observaron aquel acontecimiento, que el gobierno del DF seguramente pensó en evitar actos de provocación de los que siempre intervienen para hacer grandes los acontecimientos como ese.

“Pero estos muchachos (del grupo paramilitar Los Halcones, organizado y entrenado por el general Manuel Díaz Escobar) fueron con palos de tipo japonés, y tan luego como los vieron los estudiantes sobrevinieron hechos violentos. “Nunca se ha publicado quiénes fueron los muertos. Más bien, en la refriega –eran muchachos unos y otros– algunos fueron a dar al hospital Rubén Leñero y estaban allí heridos, y en la noche siguiente fueron recuperados, inclusive sacados de las camas del hospital, por compañeros suyos. Y claro, se afirmó que se trataba de estudiantes heridos que estaban en ese hospital oficial y que habían sido secuestrados por el grupo. La verdad es esa y se supo oportunamente”.

La guerra sucia
En 1972 el gobierno de Estados Unidos reportaba sobre las actividades de la guerrilla de Lucio Cabañas en Guerrero, documentos desclasificados del Departamento de Estado daban cuenta que Luis Echeverría utilizó la persecución contra los grupos radicales y la violencia para preservar el statu quo y así apaciguar al Ejército, luego de que su imagen pública se había visto afectada por la masacre de Tlatelolco. Por lo que una posibilidad era que el mandatario otorgara mayor libertad y recursos a las tropas, quienes «probablemente se olvidarían de sus dificultades temporalmente si les dieran la oportunidad es aplastas algunas cabezas» (Proceso edición 1414). Cabañas murió a manos del ejército el 2 de diciembre de 1974; organizaciones de derechos humanos recopilaron evidencias sobre 650 desapariciones, más 400 procedían de Atoyac de Álvarez, el poblado donde vivía Cabañas.

Durante el gobierno de Vicente Fox, la Fiscalía Especializada para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado (Femospp) intentó reconstruir cuál fue la cadena de mando que autorizó, propició, ordenó y ejecutó la tortura, desaparición y asesinato de estudiantes, guerrilleros y organizaciones subversivas en el país durante la década de los 60 y 70, efectuada por los elementos del Ejército Mexicano y los agentes de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS).

Tan sólo el Comité ¡Eureka! contabilizó 557 personas arrestadas por motivos políticos y que hasta el día de hoy continúan desaparecidas.

El golpe a Excélsior
Durante el cenit del poder presidencial que impuso el PRI, en una era en que la prensa, la radio y la televisión eran controladas por presidente y su gobierno, Luis Echeverría patrocinó el derrocamiento de Julio Scherer García, elegido director del periódico Excélsior desde 1968. El ataque al diario que dirigía Scherer comenzó en agosto de 1972 con el boicot publicitario empresarial que encabezó el empresario Juan Sánchez Navarro, ante la actitud crítica y cargada a la izquierda que el diario asumía. Los hombres del poder económico se reunieron en la casa del fundador de ICA, Bernando Quintana, a donde el presidente había acudido, quien sugirió que el rumbo de la empresa periodística sólo podía ser frenado si se le cortaba la publicidad que ellos mismos le suministraban, esto provocó una crisis financiera editorial.

Después, el 10 de junio de 1976 ejidatarios encabezados por el diputado priista Humberto Serrano, líder del Consejo Agrarista Mexicano invadió los terrenos de Paseos de Taxqueña, desarrollo urbanístico que pertenecía desde décadas atrás a la cooperativa del diario. Esto provocó una campaña contra Scherer en el Consejo de Vigilancia del diario, por radio, televisión y en los diarios capitalinos oficialistas. Echeverría secretamente se apoyó en Regino Díaz Arredondo para dar un golpe interno y tomar control de la cooperativa, expulsando a quienes le incomodaban en una asamblea el 8 de julio de 1976, que derivó en la destitución de Scherer y de sus colaboradores cercanos.

En su libro Los Presidentes, el fundador de Proceso diría: “Los ladrones se quedaban en Excélsior”… El presidente Echeverría nos expulsó de nuestra casa. Combinó, como es usual, la fuerza, el sometimiento y una gran recompensa”.

Fuente: proceso

México

Cómo realizar el pago en línea de CFE: guía paso a paso

Pagar el recibo de luz de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ya no requiere salir de casa ni hacer largas filas. Gracias a las plataformas digitales, ahora es posible realizar el CFE pago en línea desde cualquier dispositivo con acceso a Internet, de forma sencilla y segura.

Si es tu primera vez haciendo este trámite por Internet, o si simplemente quieres una forma más eficiente de mantener tus pagos al día, esta guía te explicará cómo hacerlo paso a paso, además de presentarte una alternativa práctica como la app Stori.

¿Por qué pagar el recibo de luz en línea?

La digitalización de servicios ha facilitado la vida de millones de usuarios. Realizar el pago de tu recibo de luz en línea no solo te ahorra tiempo, también te permite tener mayor control sobre tus finanzas.

Puedes pagar desde casa, el trabajo o incluso durante un viaje. También tienes la posibilidad de recibir notificaciones, consultar tu historial y evitar cargos por retrasos.

Formas de hacer el pago en línea de CFE

El método más conocido es a través del portal oficial de la CFE. Al ingresar a su sitio web, puedes registrarte y asociar tu número de servicio. Desde ahí, podrás consultar el saldo actual, revisar tus recibos anteriores y efectuar el pago con tarjeta de débito o crédito.

El sistema es intuitivo, pero puede resultar lento en horas pico o en dispositivos móviles antiguos.

Otra opción práctica es la aplicación “CFE Contigo”. Esta app está disponible para Android e iOS y permite pagar tu recibo, consultar el consumo, generar reportes y recibir alertas de vencimiento. Solo necesitas tener a la mano tu número de servicio, que aparece en cualquier recibo.

Sin embargo, si buscas una solución más amplia y centralizada, existen plataformas como Stori, que permiten pagar múltiples servicios —incluido CFE— desde un mismo lugar. Esta app se ha vuelto popular entre quienes prefieren tener un solo canal para gestionar sus pagos de luz, teléfono, Internet, agua y otros.

Con una interfaz sencilla y opciones de pago seguras, Stori te da la posibilidad de registrar tu recibo y hacer la transacción en minutos.

Lo que necesitas para pagar en línea

El proceso, aunque varía ligeramente según la plataforma, requiere básicamente lo siguiente: tu número de servicio, un método de pago válido (tarjeta de crédito o débito), acceso a Internet y un dispositivo móvil o computadora. No necesitas hacer filas ni proporcionar documentación adicional.

En el caso de Stori, una vez que te registras y accedes a la sección de pagos, solo debes buscar la opción de luz o CFE, ingresar el número de servicio, revisar el monto a pagar y confirmar la transacción. La app guarda tu historial y te permite recibir recordatorios para que nunca se te pase una fecha.

¿Qué pasa si tu pago no se refleja?

Aunque los pagos digitales suelen ser inmediatos, en algunas ocasiones el sistema puede tardar unas horas en actualizar la información. Si después de 24 horas tu recibo sigue apareciendo como no pagado, lo más recomendable es verificar tu comprobante, revisar tu estado de cuenta y contactar al soporte de la plataforma que utilizaste.

Tanto el portal de la CFE como apps como Stori ofrecen atención al cliente para resolver estos inconvenientes.

Seguridad y confianza al pagar en línea

Uno de los temores más comunes al hacer pagos digitales es la seguridad. En este sentido, tanto el portal de CFE como aplicaciones reconocidas utilizan protocolos de seguridad robustos para proteger tus datos bancarios.

Asegúrate de usar redes privadas y evitar acceder desde dispositivos públicos o conexiones inseguras. También es buena práctica guardar el comprobante digital de cada pago como respaldo.

Pagar tu recibo de luz por Internet es una herramienta útil que cada vez más mexicanos están adoptando. Ya sea a través del sitio oficial, la app de la CFE o plataformas como Stori, el objetivo es el mismo: facilitar tu vida y darte el control de tus finanzas sin complicaciones.

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