Ya se encuentra en la cárcel, el presidente municipal de Aquila, Juan Hernández Ramírez, acusado de participar en dos atentados en contra del comandante del grupo de autodefensa de la comunidad de Ostula, Cemeí Verdia Zepeda.
La procuraduría de justicia de Michoacán hizo notar que el alcalde está acusado de los delitos de cohecho, tentativa de homicidio calificado y se encubrimiento, por lo que ya fue consignado ante un juez penal.
El Congreso de Michoacán determinará en los próximos días el nombre de la persona que asumirá el cargo de alcalde de Aquila, en tanto prosigue el proceso penal en contra de Juan Hernández.
La procuraduría informó que derivado de investigaciones llevadas a cabo con relación a hechos ocurridos los días 16 de diciembre del 2014 y el pasado 25 de mayo, en los cuales se atentó contra Cemeí Verdia, se acreditó la probable responsabilidad del presidente municipal de Aquila y del encargado del grupo de autodefensas de la comunidad de la Huahua.
Durante las diligencias realizadas por el personal ministerial, se logró establecer la autoría y participación de José Antioco Calvillo García, quien al estar al frente del movimiento de autodefensas de Huahua, informaba de los movimientos realizados por Cemeí Verdia actividad por la que el presidente municipal de Aquila, Juan Hernández, le proporcionaba recursos económicos procedentes de integrantes de un grupo delictivo.
La procuraduría dijo que en cumplimiento a una orden de localización y presentación, las autoridades ministeriales requirieron a José Antioco Calvillo García de 44 años y Juan Hernández Ramírez de 43 años, quien al momento de ser requerido ofreció una gran cantidad de dinero a sus aprehensores para no ser puesto a disposición del Ministerio Público.
Al rendir su declaración ante el Representante Social, los inculpados aceptaron tener contacto con integrantes de la delincuencia organizada, entre ellos Federico González Medina «Lico», y haber asistido a reuniones en que planearon atentar contra la vida del comandante de las autodefensas en Ostula, Cemei, a cambio de recibir importantes cantidades de dinero y seguir al frente de dichas comunidades.
El Financiero