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Policiaca

Encuentra FGE vehículo robado a las 4 mujeres asesinadas

En esa misma área, los investigadores encontraron dos vehículos abandonados que cuentan con reporte de robo en ciudad Cuauhtémoc y en la ciudad de Delicias.

Como parte de la investigación para el esclarecimiento de los homicidios de cuatro mujeres cuyos cuerpos fueron localizados el pasado viernes en el tramo carretero Guachochi-Samachique, se informa que ha sido localizado el vehículo en el que viajaban las víctimas y otros dos, con reporte de robo, abandonados en la zona del crimen.

Los tres automotores se encuentran a disposición de Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado para ser sometidos a diversas pruebas científicas con el objetivo de encontrar evidencia que apoye la investigación que mantienen sobre estos lamentables hechos, ministerios públicos y policías de las Fiscalías Sur y Occidente.

Los cuerpos de las cuatro mujeres, familiares entre sí, fueron encontrados la tarde del pasado viernes a unos 200 metros del tramo carretero Samachique- Guachochi, en un lugar conocido como La Casita.

A unos diez kilómetros de ese lugar, sobre un arroyo, se localizó el fin de semana el vehículo en el que se desplazaban las víctimas, un Jetta modelo 2012.

Asimismo y en esa misma área, los investigadores encontraron dos vehículos abandonados:

Una pick up diesel, de redilas tipo ganadero, con reporte de robo en ciudad Cuauhtémoc.

Una pick up diesel, modelo 2010, con reporte de robo en la ciudad de Delicias en fecha 26 de octubre de 2012 y en su interior un fusil de asalto R-15.

El equipo de trabajo integrado por peritos en criminalística, agentes investigadores y ministerios de las Fiscalías Sur y Occidente, continúa la indagatoria para lograr el esclarecimiento de estos hechos.

Foto de archivo

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Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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