Enrique Servín habla más idiomas que todos los chihuahuenses juntos. Veintidós, para ser exactos, con los cuales podría hacerse entender en los cinco continentes. Pero a pesar de haber cultivado una de las mentes más cosmopolitas que podamos conocer, lo que en verdad le apasiona es una región olvidada y empobrecida: la Sierra de Chihuahua, cuyo patrimonio cultural se ha dedicado a preservar.
Su cualidad más conocida es el haber aprendido por sí mismo lenguas tan lejanas en el tiempo y el espacio como el portugués,italiano, catalán, francés, inglés, alemán, danés, sueco, polaco, ruso, georgiano, griego clásico, latín, maltés, árabe, persa, indonesio, náhuatl, maya, guaraní y el que más le gusta: tarahumara.
Con ese amor por las palabras no es raro que el también abogado y maestro en antropología social acabara ejerciendo un oficio que compensa los bajos ingresos con las millonarias satisfacciones: es un poeta empedernido, reconocido con galardones como el Premio Chihuahua [1996], el Premio Nacional Fuentes Mares [2000], el Premio Andrés Henestrosa [2014], el Premio Linda Gaboriau de Traducción Literaria [Canadá, 2014]. También ha sido asesor e invitado distinguido en países como China, Grecia, Canadá, Estados Unidos y Noruega.
Pero no todo es amor al arte. También ha trabajado impartiendo clases de idiomas, talleres literarios, y como coordinador del área de Literatura de la Universidad Autónoma de Chihuahua, donde fundó Flor y Arena, la primera serie editorial permanente para difundir las letras chihuahuenses. Luego se incorporó al Instituto Chihuahuense de la Cultura (Ichicult), donde editó la revista Solar.
Fue hace seis años que el castellano no le bastó y enfocó su esfuerzo en la conservación de las lenguas y culturas del estado como coordinador del Programa Institucional de Atención a Lenguas y Literaturas Indígenas (PIALLI), un proyecto que tardó años en ejecutar por la incredulidad y desinterés de las autoridades, el cual es ahora un referente replicado a nivel nacional por los resultados alcanzados a partir de cuatro ejes principales: documentación, estudio, revitalización y difusión.
UN ESTADO, SIETE IDIOMAS
Para comprender la complejidad cultural de Chihuahua, Servín refiere las cuatro lenguas indígenas que sobreviven: guarojío, tepehuan, tarahumara y pima, así como las minoritarias de origen europeo: el alemán bajo hablado por los menonitas y el inglés por los mormones. Por supuesto también cuenta el español.
No obstante, son las lenguas indígenas las más amenazadas, pues pierden hablantes a un ritmo acelerado, mientras que el inglés y el alemán bajo se expanden y consolidan. Es por ello que ha encabezado los esfuerzos de rescate con la publicación de22 libros entre los que destaca Anirúame. Historias de los tarahumaras de los tiempos antiguos.
SISTEMA ESCOLAR OFICIAL Y DESIGUALDAD, ENEMIGOS DE LA DIVERSIDAD
“El principal enemigo de las lenguas indígenas en México se llama escuela. Un gobernador tarahumara denunció que ‘las escuelas son fábricas de blancos; entran hablando sólo tarahumara y salen hablando sólo español’. Esto los aleja de la vida comunitaria, ya no quieren participar en las ceremonias, quieren irse a las ciudades o al narco. El problema es que estas escuelas fueron diseñadas por el Estado para servirle al Estado, no a la comunidad. Si queremos mantener nuestra pluralidad necesitamos transformar las escuelas indígenas y convertirlas precisamente en escuelas indígenas, no escuelas del Estado Mexicano funcionando en zonas indígenas”, indicó el especialista.
“Un ejemplo son los menonitas, que ya desplazaron al rarámuri como primera lengua minoritaria. Debido a dos grandes diferencias: son una comunidad empoderada que compite en igualdad e incluso en superioridad de circunstancias respecto a sus vecinos, y la otra es la escuela en la que sólo manejan su lengua. Muchos creen que si los rarámuris estudian sólo su idioma se van a separar o a balcanizar, pero con los menonitas no dicen nada porque tienen ojos azules. Necesitamos ser valientes y avanzar hacia modelos que desde hace décadas se ejecutan con éxito en numerosos países, sin menoscabo de que aprendan español, pero su lengua de trabajo debe ser la materna”, agregó.
LOS CUATRO PASOS PARA RESCATAR LAS LENGUAS INDÍGENAS:
Enrique Servín propone cuatro ejes para la preservación cultural:
Documentar los idiomas tiene el objetivo de fijar expresiones concretas en video, audio o texto. Así se evita lo que ocurrió con el legado de los pueblos conchos, que a pesar de haber triplicado a la población rarámuri en la época prehispánica, fueron exterminados en el Siglo XVIII y su cultura se perdió para siempre. Gracias a esta actividad se han preservado historias, mitos y leyendas como la guerra de los árboles, el segundo diluvio y otras con notable valor cultural, mitológico y antropológico, explicó Servín.
Estudiar lo documentado es esencial. Se han publicado 22 libros en los cuatro idiomas indígenas, así como materiales bilingües y en castellano dirigidos a las comunidades mestizas, académicas, y a los participantes de los cursos de tarahumara organizados por el Ichicult, que han sido cuatro de nivel principiante, dos de intermedio y está por iniciar el primero de avanzados. “Fue muy difícil. Tanto la inscripción como los materiales son totalmente gratuitos y al principio se inscribían cinco o seis personas. Ahora llegan hasta 150 interesados y debemos duplicar los grupos, lo cual demuestra que el programa, con todos sus defectos y limitaciones, ha logrado posicionar a la lengua indígena como un tema de la cultura chihuahuense”.
Revalorizar las culturas y lenguas indígenas: “se trata de una transformación ideológica para evitar que sientan inferioridad, discriminación, y que sufran el desplazamiento lingüístico. Buscamos rescatar la importancia de la tradición oral, el vínculo con su cultura y su territorio; la cohesión social, la permanencia, y un capital político. A través de tu lengua mantienes tu identidad y tu conciencia de ser un sujeto de derechos”.
Capacitar es ir un paso más allá. Quienes han aprendido a revalorar las lenguas y culturas de Chihuahua reciben formación no sólo para enseñar, sino para diseñar, gestionar y ejecutar proyectos como promotores lingüísticos. Esto incluye audiolibros, murales, talleres literarios, ediciones y cortometrajes, entre otras iniciativas. Las acciones destacadas en este esfuerzo son reconocidas con el Premio Guardián de la Palabra.
Estos cuatro pasos son reforzados con acciones como la instalación de 32 murales y letreros de negocios, 12 señalamientos carreteros en lenguas indígenas, y el reparto focalizado de los materiales producidos por el PIALLI. “Sólo somos dos personas y tenemos tan pocos recursos que cuando vamos a la Sierra o a eventos llevamos nuestra mesita y ofrecemos los libros gratis a las personas interesadas. Si los regalas masivamente acaban usándolos para fogatas, así que sólo los damos a quienes nos los piden”.
No obstante, uno de los mayores desafíos es la modernización léxica de lenguas indígenas como el tarahumara y el tepehuan. “Son lenguas que durante miles de años sólo se han hablado en contextos rurales, y por tanto son increíblemente ricos para expresar su realidad como tipos de tierras, terrenos, ríos, movimientos, nubes, vientos, animales, plantas, y tienen capacidades expresivas que el castellano no, pero son muy pobres para expresar aspectos técnicos o científicos como electricidad, cable, vacuna, pues no hay equivalencia”.
Por ello, estos comités se conforman con especialistas que tienen la encomienda de crear nuevas palabras a partir de los procedimientos derivacionales típicos de los idiomas. “Para los libros no teníamos una palabra para terremoto, así que los llamamos kahuinoca, que es la unión de ‘tierra de montes’ y ‘movimiento’. En tarahumara ya publicamos un primer diccionario y así podemos enseñar muchos más conceptos y materias en su idioma”.
URGE TRANSFORMAR LAS POLÍTICAS CULTURALES DE CHIHUAHUA
Ante la próxima transición de gobierno, Enrique Servín, acompañado de expertos en cultura como Roberto Ransom, Rubén Mejía, Luis Armendáriz, Gisela Franco, José Luis Evangelista y Rubén Nevárez, envió una carta pública al gobernador electo Javier Corral, para compartirle sus puntos de vista sobre el perfil que debería tener quien encabece las políticas culturales de la administración entrante.
“Las personas con experiencia no pueden ser desperdiciadas. Descalifican de un plumazo a quienes estamos dentro de las instituciones a pesar de que contemos con 25 o 30 años de experiencia en manejo de proyectos culturales, promoverlos, en fin… los artistas conciben al Ichicult como una institución para apoyarlos, es normal que el gremio se concentre en sus propios intereses, pero también manejamos una red de bibliotecas que operan a nivel estatal, archivos históricos, complejo de teatros, museos, lenguas indígenas, cultura popular, cultura urbana, un sistema editorial, etcétera”.
También criticó la propuesta de desaparecer el Ichicult: “Qué fácil se dice pero descalificar de un plumazo todo eso no tiene ningún sentido. Debe haber entre los distintos grupos un diálogo muy amplio, bien intencionado, desapasionado, pero lo que veo es un apasionamiento enorme. Todos peleándose contra todos. Debemos mantener el sentido de la cultura en un estado postrauma, en una sociedad terriblemente herida en la que la cultura debe jugar un papel de sanación inmenso”.
Respecto al perfil que debería cubrir el próximo director del Ichicult, señaló que debe contar con trayectoria personal y profesional impecable, un conocimiento profundo, desinteresado y lúcido del complejo panorama cultural, una sólida experiencia administrativa, así como una extensa y diversa red social. “Yo espero que el ofrecimiento de Corral de escuchar perfiles sea cierto, aunque en política normalmente no ocurre así. Hoy tenemos una gran esperanza y alegría por los resultados de la elección. Ojalá que la comunidad cultural entienda la importancia de este momento histórico para construir las bases desde una perspectiva democrática, abierta, incluyente, no manipulada, para poder conceder a la cultura el papel de sanación que debe tener y que deje de ser privilegio de algunos para ser un derecho de todos”, finalizó.
Maru Campos preside desfile conmemorativo por el 114 aniversario del Inicio de la Revolución Mexicana
La gobernadora Maru Campos presidió la celebración del desfile conmemorativo por el 114 aniversario del Inicio de la Revolución Mexicana, que contó con la presencia de más de 10 mil personas que se dieron cita en las principales avenidas del centro de la ciudad de Chihuahua para ver el recorrido de los contingentes.
Previo a su arranque, la mandataria encabezó también la ceremonia de Guardia de Honor y colocación de la ofrenda floral en memoria de los héroes nacionales del episodio histórico, al exterior del Palacio de Gobierno.
La titular del Ejecutivo mostró su respeto y dirigió el acto protocolario como muestra del valor de reconocer la memoria de quienes dieron su vida por la justicia, y la importancia de seguir su espíritu de lucha por la libertad.
El marchista Andrés Olivas, recién galardonado con el Premio Estatal del Deporte 2024 en la categoría de atleta, fue el encargado de dar comienzo a la marcha cívica-deportiva, conformada por más de seis mil participantes entre estudiantes, asociaciones, clubes deportivos, personal de seguridad pública y elementos del Ejército Mexicano, en 76 contingentes acompañados de carros alegóricos.
Las y los chihuahuenses admiraron y aplaudieron las diferentes actividades del desfile, entre las que destacaron interpretaciones de danza folclórica, escenificaciones de pasajes históricos, cuadros gimnásticos, acrobacias, baile country y agrupaciones de charros a caballo, entre otras diversas exhibiciones.
Maru Campos estuvo acompañada por la cónsul de Canadá, Annabelle Larouche, los titulares de las secretarías de Educación y Deporte y de la General de Gobierno, Francisco Gutiérrez Dávila y Santiago de la Peña, así como por la magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Myriam Hernández y el alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, entre otras autoridades militares.