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Entra en vigor nuevo alto al fuego de las FARC

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El nuevo alto al fuego unilateral de las FARC comenzó hoy, día en que Colombia celebra el 205 aniversario de su independencia, como parte de un intento de reducir la intensidad del conflicto armado e impulsar la paz en los diálogos de La Habana.

De momento no hay informaciones sobre el grado de cumplimiento de este alto al fuego, que comenzó a primera hora de hoy, según una orden emitida el domingo por elsecretariado (máximo órgano de esa guerrilla) y divulgado en Cuba.

Comunicamos a todos nuestros Bloques, Frentes, Columnas, Compañías y demás estructuras político militares, al igual que a las milicias bolivarianas y populares y estructuras subordinadas, que a partir de las 00.00 horas del 20 de julio próximo rige la orden de cesar toda acción de carácter ofensivo contra las Fuerzas Armadas del Estado y la infraestructura pública y privada», indica la orden.

El alto al fuego fue precedido sin embargo por hostilidades en algunas regiones de Colombia.

Según autoridades, desconocidos lanzaron en la noche del domingo explosivos contra la sede de la Tercera Brigada del Ejército en la ciudad de Cali (suroeste), sin que fueran registradas víctimas.

En las afueras de Quibdó, capital del departamento del Chocó (oeste), dos soldados del Ejército fueron heridos por disparos al parecer de miembros del frente 34 de las FARC y también hubo hostigamientos sin consecuencias contra unidades de la Policía y el Ejército en la localidad de Calamar, departamento del Guaviare (sureste).

Las FARC hicieron el pasado 8 de julio el anuncio del alto al fuego unilateral, en principio de un mes, pero luego el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, explicó que la suspensión de hostilidades será de cuatro meses, al cabo de los cuales y dependiendo de su cumplimiento, decidirá si se continúa o no con el proceso de paz.

En su instrucción del domingo, las FARC recordaron que la orden del cese al fuego unilateral obedece al llamado de los países garantes, Cuba y Noruega, y acompañantes, Venezuela y Chile, de las conversaciones de paz que se adelantan en La Habana, para reducir la intensidad de la guerra en Colombia.

La guerrilla afirmó que el cese al fuego constituye un «serio compromiso» de su organización y declaró responsables de su «cumplimiento estricto» a «cada uno de los mandos e integrantes de las FARC».

De la misma forma advirtió que «ninguna unidad de las FARC está obligada a dejarse golpear por fuerzas enemigas y tendrá todo el derecho al ejercicio de su legítima defensa en caso de ataque».

El pasado 20 de diciembre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) iniciaron un cese al fuego unilateral que suspendieron cinco meses después, el pasado 22 de mayo.

Fuente: Excélsior

Resto del mundo

Estados Unidos se alista para atacar instalaciones militares en Venezuela vinculadas al narcotráfico

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La tensión entre Washington y Caracas alcanzó un nuevo punto crítico luego de que medios estadounidenses revelaran que el gobierno de Donald Trump se prepara para bombardear instalaciones militares dentro de Venezuela, como parte de una operación para debilitar al régimen de Nicolás Maduro y desmantelar las redes del narcotráfico controladas por el llamado Cártel de los Soles.

De acuerdo con reportes del Miami Herald y The Wall Street Journal, los ataques aéreos podrían iniciarse “en cuestión de días o incluso horas”. Aunque aún no se ha tomado una decisión final, fuentes cercanas a la Casa Blanca confirmaron que el plan contempla golpear puertos, aeropuertos y bases militares supuestamente utilizados para el tráfico de drogas.

Los funcionarios citados aseguran que la ofensiva busca forzar la salida de Maduro del poder y cortar las fuentes financieras del narcotráfico venezolano. “El tiempo de Maduro se está agotando”, afirmó una fuente consultada por el Herald, al señalar que “más de un general estaría dispuesto a entregarlo”.

El despliegue militar estadounidense en el Caribe ya está en marcha. El portaaviones USS Gerald R. Ford, considerado el buque de guerra más grande y avanzado del mundo, se dirige hacia las costas venezolanas acompañado por destructores, un submarino, aeronaves F-35B y aviones de patrulla P-8. Según el Pentágono, esta es la mayor movilización naval en la región desde la invasión de Panamá en 1989.

Washington ha justificado la operación bajo el argumento de combatir el narcotráfico transnacional, tras dos meses de ataques contra lanchas en el Caribe y el Pacífico que, de acuerdo con cifras oficiales, han dejado 61 muertos y tres sobrevivientes. “Estamos librando una guerra como nunca antes contra los cárteles, y la estamos ganando”, declaró Trump ante tropas estadounidenses en Japón.

La ofensiva ha provocado fuertes críticas internacionales. La ONU acusó al gobierno de Estados Unidos de violar el derecho internacional y denunció que los ataques marítimos recientes podrían constituir ejecuciones extrajudiciales. “Estos ataques, y su creciente costo humano, son inaceptables. Estados Unidos debe ponerles fin”, expresó el alto comisionado para los derechos humanos, Volker Türk.

En medio del despliegue militar, la tensión diplomática aumenta mientras la comunidad internacional observa con cautela una posible intervención directa. De concretarse los bombardeos, la operación marcaría un giro histórico en la política estadounidense hacia América Latina y abriría un nuevo capítulo de confrontación entre Washington y el régimen de Nicolás Maduro.

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