CIUDAD DE MÉXICO, 28 de diciembre.- Alrededor de ocho por ciento de los mexicanos es workaholic; es decir, que tienen una dedicación excesiva al trabajo no sólo durante la jornada laboral, sino también en su tiempo libre, lo cual a largo plazo puede generar problemas respiratorios o dermatológicos graves.
Estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señalan que un foco rojo para saber si una persona es adicta o no al trabajo, es contar el número de horas que dedica a éste, de tal modo que alguien que labora más de 12 horas al día o 60 a la semana es probablemente un workaholic.
Sin embargo, esa persona también dedica tiempo al empleo en sus ratos libres o cuando ya concluyó su jornada, por lo que no sólo el número de horas que trabaja es un foco rojo, señaló Rodrigo Peniche Amante, académico de la facultad de Psicología de la UNAM.
Explicó que esta patología se considera igual de dañina que la adicción al alcohol u otro tipo de sustancias, ya que las personas empiezan a desligarse de otras actividades importantes, incluyendo el descanso y la convivencia familiar.
Las estimaciones del académico de la UNAM apuntan que este problema lo padecen cinco millones 600 mil mexicanos, quienes han dejado de separar las tareas personales y familiares de las ocupacionales remuneradas.
Aunque presenten cansancio, están de manera permanente conectados al trabajo a través de la tecnología, incluso dejan de lado las vacaciones y, si las toman, atienden asuntos laborales desde el lugar donde se encuentran.
El profesor Peniche aclaró que esta adicción se presenta en quienes dedican más de 12 horas a la jornada diaria, pero se asocia con el consumo de estimulantes, desde aspirinas, analgésicos y café, hasta sustancias ilegales, para soportar las jornadas.
Este padecimiento, añadió, se potencia porque lo común es que muchas empresas exigen y fomentan esos patrones; es un fenómeno mundial pero una economía como la mexicana, donde sobra la oferta de mano de obra, se hace más evidente.
“Si alguien no está dispuesto a permanecer hasta las nueve o diez de la noche, ni a responder a un llamado o correo electrónico a la una de la mañana, muchas veces se prescinde de los servicios de un empleado o trabajador, bajo el argumento de que sobran candidatos”, lamentó el académico de la Facultad de Psicología.
Detalló que entre las consecuencias que padece un workaholic están relacionados con problemas vasculares, endócrinos, respiratorios o dermatológicos graves; incluso hay casos documentados de predisposición al cáncer.
También presentan rasgos narcisistas y empiezan a relacionarse con otros compañeros no con el objetivo de compartir experiencias interpersonales gratificantes, sino para ver qué beneficio inmediato les reportan, y, si ya no les sirven para ascender, los desechan.
Estas personas terminan desgastadas y al cabo de dos o cinco años desempeñarán su trabajo con desánimo porque es inevitable el agotamiento y la insatisfacción, además dejan de ser productivos. Si tienen hijos, es casi seguro que vivirán un distanciamiento.
Quien padece esta adicción debe aprender a poner límites, como apagar el celular a determinada hora o no estar conectados siempre en las redes sociales.
You must be logged in to post a comment Login