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Salud y Bienestar

Especialista advierte sobre síntomas de tuberculosis

Si una persona tiene tos persistente por más de 15 días, pérdida súbita de peso y fiebre, debe acudir al médico porque puede tratarse de tuberculosis, advirtió la especialista Leslie Lorena Salazar Zúñiga.

La responsable del programa de Microbacterosis, de la Secretaría de Salud de Quintana Roo, explicó que la tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por una bacteria que se transmite por vía aérea de persona a persona.

Precisó que desde que inició 2015 y hasta el 5 de diciembre pasado, se han registrado poco más de 14 mil casos, de acuerdo con el Boletín Epidemiológico.

En un comunicado de la Secretaría de Salud federal, expresó que la recomendación es que las personas acudan a su centro de salud más cercano y se hagan una prueba de baciloscopía para recibir tratamiento específico y oportuno en caso de que lo requieran.

Destacó que en el sector salud se proporciona el tratamiento farmacológico, estudios de laboratorio y rayos X a cada paciente y familiares que lo necesiten.

Agregó que las personas que padecen tuberculosis y otras enfermedades como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), diabetes, obesidad e hipertensión, son más vulnerables a que los padecimientos evolucionen y se hagan crónicos porque afectan su sistema inmunológico, por lo que es importante la detección oportuna de la tuberculosis.

Notimex

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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