Las elecciones de 2024 pintaron un contexto inimaginable para quienes fundaron el Partido de la Revolución Democrática en 1989. Después de aliarse con dos partidos con los que rivalizó en la arena política durante décadas, registró niveles bajos de votantes durante los procesos electorales, situación que pone en riesgo al instituto y las aspiraciones de Jesús Zambrano, su dirigente nacional.
Después de las elecciones del 2 de junio de 2024, en la cabeza de Jesús Zambrano Grijalva rondan dos grandes inconvenientes. Uno está relacionado con la supervivencia del partido político que dirige en la actualidad y el otro atentaría contra sus aspiraciones de ocupar un cargo público. Ambas situaciones derivan del desastroso resultado para el PRD en los comicios.
A pesar de que una de las razones por las que el PRD se alió con el Partido Acción Nacional (PAN) y Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue el de la supervivencia política, los resultados arrojados por el conteo del Instituto Nacional Electoral (INE) podrían significar el no cumplimiento de dicho objetivo.
Jesús Zambrano pactó una alianza con el PAN y el PRI con la finalidad de la supervivencia política (Infobae México/Baruc Mayen)
De acuerdo con los datos mostrados en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) del Instituto Nacional Electora (INE), con el 95.23% de las actas capturadas hasta las 20:05 horas del 3 de junio, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) obtuvo un porcentaje de votación del 1.9270%respaldado por un millón 78 mil 701 sufragios en la elección presidencial.
En el caso de las elecciones para conformar el Senado de la República, con un corte realizado en la misma hora y fecha, así como un avance del 94.6043% de las actas capturadas, el porcentaje para el PRD fue del 2.3312 por ciento, con 1 millón 295 mil 305 votos. Por otro lado, en los comicios de la Cámara de Diputados la cifra fue del 2.5004 por ciento, es decir 1 millón 355 mil 45 votos, con un avance del 94.2182% en el cómputo.
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Las tres cifras obtenidas por el PRD en las elecciones federales resultan desfavorables para cualquiera de las aspiraciones institucionales, así como individuales de Jesús Zambrano. Y es que, según lo dicta el Artículo 94 de la Ley General de Partidos Políticos (LGPP), no alcanzarían el porcentaje mínimo requerido para mantener el registro.
El Partido del Sol Azteca podría no alcanzar el 3% requerido para mantener su registro (PRD Estado de México)
“Son causa de pérdida de registro de un partido político: (…) b) No obtener en la elección ordinaria inmediata anterior, por lo menos el tres por ciento de la votación válida emitida en alguna de las elecciones para diputados, senadores o Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, tratándose de partidos políticos nacionales”, se lee en la legislación.
La misma situación aplica para la asignación de senadurías por el principio de mayoría relativa. Cabe recordar que Jesús Zambrano se registró en el primer lugar de la lista de Senadurías plurinominales del PRD con la finalidad de asegurar su continuidad a través de la Cámara Alta. No obstante, para poder participar en dicha asignación también es requisito haber obtenido, al menos el 3% en la elección.
Anthony Joshua dejó en claro la diferencia entre un excampeón mundial y una celebridad convertida en boxeador. El británico venció por nocaut técnico a Jake Paul en el sexto asalto de un combate de peso completo celebrado la noche del viernes en Miami, una pelea que desde su anuncio generó polémica por el contraste de experiencia, tamaño y trayectoria entre ambos contendientes.
El enfrentamiento, pactado a ocho rounds profesionales, despertó críticas por los riesgos que implicaba para Paul, quien llegó con marca de 12 triunfos y una derrota frente a Joshua, dos veces campeón del mundo y con récord de 28 victorias y cuatro caídas. Sin embargo, contra la mayoría de los pronósticos, el estadounidense resistió más de lo esperado y logró extender la contienda hasta bien entrada la segunda mitad.
Desde el inicio, Paul optó por el movimiento constante y el amarre, una estrategia evidente para consumir tiempo y evitar los golpes de poder del británico. Joshua, por momentos impreciso y visiblemente frustrado, tardó en encontrar su distancia, aunque poco a poco fue imponiendo su físico y su alcance.
En el quinto episodio llegaron los primeros momentos realmente críticos para Paul. Joshua conectó combinaciones más limpias, provocó dos caídas y estuvo cerca de finalizar el combate, aunque su rival logró sobrevivir con esfuerzo y algo de teatralidad, incluso recurriendo a gestos provocadores hacia el británico.
El desenlace llegó en el sexto round. Joshua salió decidido, conectó una derecha contundente que envió a Paul a la lona y, tras reincorporarse en evidente mal estado, el estadounidense recibió un uppercut y una nueva derecha al mentón que obligaron al réferi a detener la pelea. Paul terminó con el labio inferior partido, pero consciente y sonriente, reconociendo el cierre inevitable.
Más allá del resultado, el combate dejó sensaciones encontradas. Para Joshua, la victoria confirmó su superioridad sin que el análisis técnico vaya mucho más allá. Para Paul, haber llegado al sexto asalto frente a un peso completo de élite fue visto por algunos como una muestra de valentía y por otros como una peligrosa puesta en escena.
El debate sobre este tipo de cruces seguirá abierto, pero en el ring no hubo discusión. La experiencia y el poder de Anthony Joshua marcaron el final.